martes, 22 de diciembre de 2009

Crítica a la novela "Segunda persona"

Una buena novela tiene que atraparte, debe convencerte de que vale la pena continuar con su lectura. Tal vez te seduzca desde el arranque; en otros casos, luego de algunas páginas. Puede que se decida seguir con la lectura porque te ha capturado el argumento y necesitas entender el conflicto y, por supuesto, conocer el desenlace. Quizás lo que te ha llamado más la atención no es tanto el argumento, sino el encantamiento de las palabras o el atmósfera que, en conjunto, expresa la novela.
En general, la primera impresión que genera una novela es lo que más importa, aun cuando sea necesario remarcar que una segunda lectura, un tanto más reflexiva, nos va a permitir encontrar nuevos niveles de lectura.
Por supuesto que la contundencia de una novela responde a un laborioso trabajo de orfebre. Una buena novela es la lógica consecuencia de haber pulido un buen argumento, más el talento para presentarla en una precisa estructura temporal y espacial con las palabras exactas.
Mi sincero respeto a quienes emprenden el laborioso proyecto de escribir una novela. Un proyecto largo y agobiante cuyo resultado no siempre llega a concordar con lo que se pretendía contar o como se quería contar.
Quería hacer una nota sobre la novela Segunda Persona, de Selenco Vega, recientemente ganadora del Concurso de Novela convocado por la Cámara Peruana del Libro. No obstante, encuentro una crítica escrita por Lenín Pantoja Torres, en el blog El Hablador que expresa con la necesaria sutileza e eficiencia impresiones que comparto.



La novela de Selenco Vega (Lima, 1971), Segunda persona, fue premiada con el primer puesto en el concurso de novela corta organizado por la Cámara Peruana del Libro. Tomando en cuenta la presencia en poesía y también en narrativa, sobre todo en el contexto de los concursos literarios, el último libro de Vega reafirma el talento de un narrador que promete nuevas y mejores incursiones literarias. Precisamente, aquí nos muestra un buen manejo de la técnica, a pesar de no llegar a redondear una historia que impacte al lector. Mi incidencia, por tanto, radica en la buena disposición estructural de la novela, mas no en una historia interesante y bien construida que capture plenamente.
Segunda persona es una novela organizada en siete apartados o capítulos. Esta organización permite el desarrollo de la historia mayor basada en una estructura narrativa dividida en tres bloques interrelacionados por la figura de Ernesto, el personaje principal. El nombre de la novela alude a la voz narrativa explícita a lo largo de la novela. Justamente es esta voz, en segunda persona, la que se dirige a Ernesto como si ella fuera su consciencia, y también es este tono el que brinda a la narración una envoltura poética que nunca llega a saturar lo contado, lo cual es saludable. Una consciencia que revela toda la complejidad psicológica que rodea a este personaje envuelto en un entorno familiar y social muy particular. Ahora bien, los tres pequeños bloques narrativos son representados por la vida de Ernesto en su familia, su vida amorosa con su enamorada Alejandra y su vida laboral en la Biblioteca Central de la universidad donde trabaja.
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