miércoles, 27 de febrero de 2008

ESTAR EN LA UNIVERSIDAD ES UNA COSA DE LOCOS


...La locura de cada año

POSTULAR
A LA UNIVERSIDAD







Llevar un lápiz "b2". No olvidar que según Tales de Mileto "todo es agua". Tener tranquilidad porque en los momentos difíciles es donde se demuestra el temple de las personas, al menos eso dicen por allí. Llegar temprano y no olvidar llevar la tarjeta de postulante. Tampoco hay que olvidar que "todo es relativo y que, finalmente, lo único absoluto es que todo es relativo". Tener ganas de mandar a la mierda a todos los que se cruzan en el camino los días previos a la postulación para preguntar cómo van las cosas. ¿Cómo carajo van ir?: tensas, ansiosas, cansadas.
Hacer la cola y estar despierto porque hasta en colas como esas hay uno que otro ladroncillo que podría fastidiar el día y hasta la vida si acaso se roban la billetera con la constancia de postulante.
Vamos, hay que repasar un poco más: en lengua hay categorías variables e invariables, y esto depende de los benditos morfemas flexivos, que no tienen que ver con la flexibilidad de los cuerpos que es más bien cosa de física y que la palabra física es esdrújula y que lleva tilde general y que el general Odría gobernó ocho años luego de derrocar a José Luis Bustamante y Rivero, el presidente más calzonudo del Perú del siglo veinte, al menos, según dice un personaje en la novela "Conversación en La Catedral" de Mario Vargas Llosa, novelista que inició el fenómeno literario denominado "boom" y que junto a Gabriel García Márquez - quien obtuvo el Nobel de literatura 1982- generaron la mayor expectativa contemporánea sobre la literatura latinoamericana.

Estudiar un poco más, repasar razonamiento matemático porque tienes que llenar una piscina y tienes dos mangueras de diferente grosor. Buscar con calma que el salón coincida con tu código. Si utilizas la manguera ancha tardarás 240 minutos (4 horas) en llenar la piscina. Prometer de todo si crees en Dios o prometer creer en Dios si éste ayuda un poco. Ahora bien, si utilizas la manguera delgada tardarás 360 minutos (6 horas) en llenarla. ¿Y eso qué importancia tendrá en la vida? ¿Cuánto tardarás en llenarla si utilizas las dos mangueras?
Contestar lo que se pueda. Empezar por las fáciles, recomendó el profesor en alguna de esas tardes de consejo; pero entonces aparece el viejo chiste de dónde están las fáciles, y carajo, basta de cojudeces porque a esto hay que ponerle seriedad, hay que marcar con fuerza la alternativa que señale la analogía correcta: postular - estado de locura temporal.

Son estos los días cuando se sabe quién postula, precisamente por la cara de fantasma con la que caminan: siempre dándose de tropezones por andar leyendo hasta en la combi (figura difícil porque en esos espacios no cabe ni el alma)
Suerte a todos y, en todo caso, mi solidaridad con ellos, pero, eso sí, sin olvidar que "ellos" es pronombre personal subjetivo de tercera en plural.

lunes, 25 de febrero de 2008


Y SE FUE FIDEL CASTRO


El cielo no se iluminó con las bombardas y los juegos artificiales, ni tampoco los cantos de libertad ensordecieron las calles. Simplemente Fidel Castro presentó su renuncia en una extensa carta y la posta la tomó oficialmente Raúl Castro el domingo siguiente. Cuba sigue siendo revolucionaria, me escribió un amigo, un tanto confuso con la semántica de lo que acababa de decirme.
Aun así, se esperan los tan sonados e inevitables cambios para ese país. No obstante, todo hace suponer que dichos cambios se harán al ritmo que los cubanos “revolucionarios” señalen. Es decir, que los capitales cubanos norteamericanos se quedan todavía con las ganas y con los crespos hechos, al menos por un tiempo más.

Con la salida de Castro tendría que haber terminado una dictadura d 49 años y, como toda dictadura, no debería repetirse. La columna que sostiene la dignidad del hombre es la libertad y ésta es irrestricta y no se conculca por ninguna razón. De eso no me cabe la menor duda. Sin embargo, los asuntos de las relaciones humanas y, por ende, políticas no siempre tienen una división tan clara. Cómo se explica que un país que ha vivido medio siglo enclaustrado por el sistema económico dominante haya configurado una nación en donde el analfabetismo es mínimo, y otros problemas como el hambre y la salud no caminen por la miseria por donde va la vida en otras naciones más dóciles al ideal del mundo moderno.
Seguro que debe haber más de una argumentación; pero hay que cuidarse con las argumentaciones que buscan simplemente probar una acusación o una justificación, al margen de la verdad. Aquí hay algo más contundente que una posición ideológica. Cuba tiene muy poco, y con lo poco que tuvo construyó una nación a la que le faltan muchas cosas, pero que, con lo que tiene, es una nación que sonríe, al menos mucho más que otros en donde, de cada diez jóvenes, dos se suicidan abrumados por la insatisfacción. Esto aparte de los locos que, cada vez con mayor frecuencia, cogen un fusil y matan a otros jóvenes antes de meterse un tiro que los alivie de su infelicidad.
He leído tantas veces que la maldad del régimen cubano es inobjetable por los crímenes que cometió, por la anulación de las libertades, por las atrocidades contra quienes no estuvieron de acuerdo con los gobernantes, y es seguro que Castro tendría que responder por cada uno de ellos; pero lo que no encuentro es coherencia en quienes – con un pase mágico verbal – dejan de lado la horripilante actividad criminal de quienes encabezan tales acusaciones. Y que matan, individualmente y en masa, y que aniquilan con la sutileza de una hipnosis consumista descomunal.

Hay quienes no tienen a quien responder por lo que piensan ni tienen la urgencia de una visa ni el deseo de ser apreciado por los últimos “izquierdistas” de salón. Solo quieren plantear una intriga que debería descifrarse pronto y con cuidado.

DESCANSA EN PAZ J.B. ADOLPH


MURIÓ ESCRITOR J.B ADOLPH
Aun cuando nació en Stuttgart, Alemania, José B. Adolph es definitivamente un escritor peruano por sus cuatro costados. No solo porque vivió aquí desde muy niño, sino porque su peruanidad saltaba a la vista en todo su quehacer artístico y periódistico. Legalmente fue ciudadano peruano desde 1974. No obstante, su presencia - pólemica y su producción prolífica - ya tenía larga data. Ahora, a los 74 años, la muerte se lo lleva con total discreción. Probablemente no puedan convencerlo por mucho tiempo, ni en el espacio inexorable de la muerte, de que ya no podrá inventar sus tantas historias con las que vivía casi bulrándose de la realidad.
Quienes lo conocimos, quienes leímos sus cuentos y sus novelas nos sentimos conmovidos. Quienes hayan leídos su artículos periódisticos, su página casi constante en Caretas, sus declaraciones casi paraliterarias también lo van extrañar. Porque no hay mejor cosa que la discusión, cuando ésta es inteligente aunque nos cause picazón y molestia.
Tuvo una amplia labor literaria que abarco casi todos los géneros. En cuentos, solo por mencionar El retorno de Aladino (Lima, 1968), Hasta que la muerte (Lima, 1971) , Cuentos del relojero abominable (Lima, 1973), La ronda de los generales (Lima, 1973), Mañana fuimos felices (Lima, 1974), La batalla del café (Lima, 1984), Mañana, las ratas (Lima, 1984), Un dulce horror (Lima, 1989), Diario del sótano (Lima, 1996). En 2003 publicó Los fines del mundo. En novela “La ronda de los generales” (Lima 1973) . “Un ejército de locos” (Lima, 2003), entre tantos otros.
En el blog de Fernando Tuesta Soldevilla, éste agrega que José Adolph cultivó la ciencia ficción, un género raro en la literatura peruana, frecuentó el cuento, la novela y el teatro. Era enemigo de la solemnidad, reclamaba tomarse menos en serio el papel de escritor, pero alentaba a su público a pensar. Su última producción tiene un título premonitorio, quizá: Es sólo un viejo tren (2007)
ADIOS, J.B. ADOLPH

jueves, 14 de febrero de 2008




EL AMOR, DICEN, ES PURA QUÍMICA
Por Yessenia Mora

Los últimos estudios científicos del amor señalan que al enamorarnos se producen, en nuestro organismo, una impresionante serie de alteraciones químicas, tal y como ocurre cuando éste recibe la inyencción de ciertas sustancias. Lo bueno del amor es que es gratis, no daña al organismo y produce sensaciones mucho más placenteras que el mejor de los estimulantes. Lo malo es que esta adicción, que bien quisiéramos que durara mil años, se cura sola y en un plazo máximo de tres años; que ese es, aunque nos duela, el mayor tiempo que el organismo soporta la explosión atómica que el enamoramiento produce. Antropólogos y otros investigadores han estudiado en laboratorio la bioquímica del amor. Y han demostrado, científicamente, que el amor se acaba.
Por suerte, con el tiempo se llega a un estado que, si bien no es tan espectacular como el inicio del romance, puede ser tan o más maravilloso: el desarrollo de un lazo indisoluble entre dos personas. Las etapas del amor han sido definidas de la siguiente manera:

1. EL DESEO. Es decir, el flechazo inicial. Algo humano que parece haber sido creado con el único fin de invitarnos al maravilloso trance de la lujuria. ¿Qué es lo que provoca que con solo mirar a una persona sintamos que el corazón nos dé un vuelco? Químicamente, este momento comienza con la secreción de feromonas, una hormona que es capaz de transmitir señales de un cuerpo a otro tal como sucede en todo el reino animal. Es el olor de la persona lo que produce la reacción, aunque no seamos conscientes de ello. Al producirse es "click" feroz, el cerebro segrega cantidades industriales de testosterona que, como se sabe, es la hormona de la tentación.

2. EL ROMANCE. Esta es, sin duda, la mejor etapa del amor. Es cuando ya tuvimos una aproximación inicial con el objeto de nuestro deseo y comenzamos a sentir que eso de "la media naranja" es cierto: que ese ser humano hermoso, brillante, especial y delirantemente atractivo aaterrizó en este mundo con la única finalidad de hacernos sentir como protagonistas de un cuento de hadas. El príncipe azul, o la bella princesa, es real. Está ahí al alcance. Todo en ese persona es perfecto, son almas genelas y están destinados a amarse hasta que la muerte los separe e, incluso, más allá. ¿Cómo se traduce esto en términos de laboratorio? Las palabras clave son dopamina, norepinefrina y serotonina. Las dos primeras fluyen en la sangre intensamente y trasnportan a la persona al adrenalínico estado de euforia. La última baja considerablemente siendo la responsable directa de la consabida torpeza y nublamiento del juicio de los amantes eufóricos.

3. EL VÍNCULO. Es lo único que perdura. Es el momento en que nuestra pareja ya sabe que nos gusta el chocolate "bitter" y no el blanco, por ejemplo. Es la etapa de la sociedad, donde picos y caídas se hacen manejables gracias al apoyo mutuo; es la etapa en que disfrutamos la complicidad, la amistad, la comprensión y la deliciosa sensación de sentir "que alguien en el mundo piensa en vos", como dice el gran Charlie García. Y no se crea que aquí la química se acabó, solo se cambió la fórmula explosiva por una más tolerable y perdurable: oxitocina más vasopresina.

Estas sustancias generan esa sensación de placentera calma y seguridad de la que gozan las parejas felices de larga data. ¿Y por qué la naturaleza nos regaló tremendo cóctel químico? Dicen los estudios que simple y únicamente para preservar la especies. Y así, como se ve, el amor es pura química, pura sensación, dicho de otra manera, para no ser tan aguafiestas: es puro sentimiento.

miércoles, 13 de febrero de 2008

Jorge Eduardo Benavides

PRESENTA NOVELA EN ESPAÑA
Un millón de soles
Finalmente se presenta en Madrid, España, la novela más reciente de Benavides y la que, finalmente, cierra la trilogía de sus novelas políticas. Proyecto que inició con Los años inútiles (2002), luego vino El año que rompí contigo (2003) y ésta última titulada Un millón de soles en 2007; pero presentada sólo este año en la ciudad en donde el autor radica desde hace dieciocho años. Qué barbaridad. Tanto tiempo.
Ya hemos comentado en post anteriores la valía de Un millón de soles. Basta ratificar que, en ella, el escritor confirma su gran capacidad en cuanto al manejo narrativo, manejo que va desde la eleción correcta de la estrategia para desarrollar los hechos, más la elección de la construccón sintáctica: casi un aluvión que hace concordancia con la abrumadora sucesión de personajes; hasta la maestría para difuminar a los personajes principales con el fin de destacar más un retrato moral de una época que la focalización en alguno de ellos.
Jorge Eduardo dice que lo que quería era ahondar en el papel de los pequeños individuos que medran en torno al poder. En otra parte agrega que la novela incluso se puede leer en clave actual ya que el contexto de la dictadura es meramente anecdótico. Lo deprimente podría estar en que las cosas, en ese sentido, no han cambiado mucho. Cambian los jugadores se mueven un poco las reglas, pero el trasfondo tiene el mismo olor podrido de la felonía y la corrupción.
De otro lado, leo por allí que su nueva novela tratará sobre la identidad europea. Era de esperarse - luego de dieciocho años de estadía - en un escritor que está en constante indagación y crítica de su tiempo y de su entorno.

lunes, 11 de febrero de 2008

A propósito de esta semanita amorosa

EL AMOR EN LA LITERATURA Y EL AMOR EN LA VIDA REAL

El Dominical de El Comercio sintetiza diez de los más grandes amores literarios. Esto a propósito del día de los enamorados que nos caerá el jueves catorce. Por lo conversado con algunos amigos, más versados en la cosa literaria, la lista es corta y a la vez erradamente selectiva. Puede ser.
Sin embargo, para mí, que en estos tiempos ando fascinado con el redescubrimiento de mi macondiano entorno familiar, del que me mantuve alejado por más de dos décadas, por razones que no incumben a esta nota, me pareció sorprendente cómo se comprueba aquello de que en las cosas del amor los conflictos son los mismos y tan antiguos como el propio inicio de la sociedades humanas. Simplemente cambian los nombres, el contexto, pero el conflicto y hasta el desenlace se siguen repitiendo de manera desoladora. Digo esto porque no es alentador que tu propia historia de amor, la que a veces sientes que te parte el corazón como nunca hubo jamás, es la misma situación y la misma equivocación humana desde el comienzo de los tiempos.

Orfeo y Eurídice es un mito griego que cuenta la historia del cantante y citarista Orfeo que descendió hasta el mundo de los muertos por su amada Eurídice. La condición era que, mientras la sacaba del mundo de los muertos, no debía volver el rostro hacia ella, sino confiar en que Eurídice lo estaba siguiendo. De lo contrario la perdería. El mito cuenta que Orfeo no pudo con la duda y volvió la mirada y perdió para siempre a su amada. Tanto como mi tío Manuel, medio hermano de mi madre, ahora un anciano venerable a quien se le enredan los recuerdos de ochenta años de vida, treinta de ellos tocando la guitarra como los dioses en muchas orquestas. Sólo ahora, luego de tantos años de secreto, mi hermana me redondeó la historia de aquel hombre que trató de rescatar a una bella muchacha de las garras de un mal matrimonio. Se habían enamorado perdidamente, y nos les quedaba otra cosa que fugarse. Para ello, habían planeado encontrarse en alguna hora de la tarde en la Terminal de Trenes de Desamparados, a la espalda de Palacio de Gobierno, para fugar hacia algún punto de la sierra. Lamentablemente, ese viernes de agosto las horas fueron pasando mientras la mísera lluvia limeña cosquillaba las fachadas percudidas de las viejas casas del Centro. La fugitiva no llegaba. Desesperado, el guitarrista fue hasta la casa de la mujer y entonces sí que se armó el escándalo mayor. Dicen que hubo amago de disparos. Todo mientras la bella mujer cansada de su vida, cansada de esperar por todo, finalmente abordó el tren que la llevaría lejos de todo y de todos de una vez y para siempre, aunque sea sin amor. Nunca más, mi tío Manuel la volvió encontrar. Con el tiempo, mi tío se casó y tuvo hijos y debió ser feliz, pero para el secreto familiar, nunca volvió a enamorarse como aquella vez.

Para mi abuelo Santiago fue siempre un orgullo haberse casado con la mujer más bella de todo la provincia de Dos de Mayo, Huánuco. Pero la vida lo puso a prueba cuando mi abuela Zenaida, quien se había casado demasiado joven, se tropezó con la más grande tentación de su vida, un joven apuesto que, entre otras cosas, era parte de una familia que tenía una empresa de transportes que competía con la Agencia de Transportes “El Pachasino” de mi tío Santiago. Se desató el escándalo cuando mi abuela desapareció un día y reapareció en las oficinas de la competencia como secretaria. Se intercambiaron las maldiciones, se desató un litigio sin pies ni cabeza, se prohibió mencionar el nombre de mi abuela Zenaida por mucho tiempo. Hubo una batalla cruenta por ganar la concesión de las difíciles y agrestes rutas de la sierra huanuqueña en el afán de quebrar a la competencia. Pero el tiempo y la vida tienen en su haber la habilidad de hacer olvidar la pasión y también el odio, así como las grandes hazañas o los grandes errores. Años después mi tío Santiago y mi tía Zenaida se reencontraron, se reconciliaron y tuvieron tiempo para ser felices y dar vida a cuatro hijos. Estoy leyendo el resumen de la historia de Helena, Paris y La Iliada y de cómo, después de toda la gran tragedia épica que generaron, Helena regresó con Menelao y hasta tuvieron un hijo. Mal antecedente para mi abuelo que de mitología griega conocía poco y, de paso, no creo que le haya gustado ser el Menelao de la familia. Mi sabia tía dice que el amor es algo más trascendente que la pasión y que eso había confundido a mi abuela, no obstante el tiempo devolvió las cosas a su lugar. Quizás, pero que mi abuelo se hizo fama de cachudo por un buen tiempo, también fue cierto.

Sé que todo parece una osadía; sin enbargo, podría asegurar que en la vida de cada quien se ha repetido alguna historia de esas que alcanzaron la inmortalidad en la literatura. Después de todo, qué es una novela sino una historia, siempre un poco menos atrevida que la vida, pero con la diferencia de que la novela está organizada en la poderosa magia de las palabras.

lunes, 4 de febrero de 2008

CINE - EL AMOR EN LOS TIEMPOS DEL CÓLERA


Una vez más el encontronazo entre la magia verbal y el lenguaje audiovisual

EL AMOR EN LOS TIEMPOS DEL CÓLERA
La película

Era previsible que la realización audiovisual de una novela como El amor en los tiempos del cólera iba a tropezar con la poderosa verdad de la palabra como columna central de una historia. Por allí, como que ya se intuía que el resultado de la pelicula iba a ser como la cronica de un fracaso anunciado.
La novela de García Márquez es valiosa por una serie de razones, pero es la construcción verbal del autor la que logra que una historia de amor sea el espacio en donde se puede meditar sobre las sentimientos, pasiones y contradicciones que habitan en el alma de cada individuo. Ya en la novela misma hay un trabajo difícil para manejar con cuidado las formas, las palabras, los dramas para no llegar a la simple cursilería de situaciones simplonas propias de un manual de bolsillo que habla sobre el amor. La novela de García Márquez (en lo personal su mejor novela) tenía que ser extensa para desarrollar un contexto y un referente en donde las pasiones de Florentino Ariza, las vueltas sorpresivas de carácter de Fermina Daza, la casi odiosa vida perfecta de Juvenal Urbino, y sobre todo el amor, llevado hasta el límite del lirismo, puedan ser aceptados por el lector sin mayor crítica, sino simplemente aceptar que las cosas del amor son tan complicadas que se necesitaría de toda una vida para intentar entenderlas.

Allí está, por supuesto, la gran debilidad de la película. No tiene tiempo para ello y eso que es extensa. El error de buscar ser la recreación visual de una historia (grande por lo verbal); el temor de no arriesgar una diferente forma de contar la historia, en donde las herramientas del lenguaje audioivisual pudieran desarrollarse con comodidad; la equivocación de querer darle al público en la yema de las imágenes casi evocatorias de su mundo personal. Son algunas de las debilidades de la construcción audiovisual.
He visto adaptaciones que han llevado con mano firme la historia verbal a un formato visual. En el camino por supuesto que se fue perdiendo el peso de la palabra y, de pronto, el hilo conductor ya era distinto, aunque al final, sentías que el lenguaje del cine había sentado posición y te había convencido que la historia tenía que contarse así si se hablaba de cinematografía.
De todas maneras, no me quejo, al menos no del todo. En lo personal la actriz que hace de Fermina Daza, con limitaciones propias de una dirección equivocada, es la imagen que tuve de ella. Hay momentos en donde sentí que algunas escenas las había pensado de la misma manera.

Creo que me entretuvo bien. Ahora que sí me hubiera gustado conversarla después, y mucho, un poco para el tonto ejercicio de comparar escenas del libro, con las del cine y con las que uno se fue haciendo cada vez que releía la novela. Otro poco porque ese el gustito del cine: la charla posterior. Pero otro tipo de cólera se llevó la magia del café post cine, desde hace tanto tiempo. Pero, ese ya es otro rollo, casi tan cursi como toda historia de amor.


Cuelgo el trailler, y si tienen tiempo, vayan a ver la pelicula, y luego una pequeña charla como debe ser. A eso sí, se me olvidó. Shakira será lo mejor de lo mejor; pero, por favor, ¿cómo se les pudo ocurrir usar su voz para una película así? En fin.

Correo de Salem
Elecciones USA: El Papa también vota

Por Eduardo González Viaña

Los telespectadores del mundo ya conocen de memoria los discursos de Obama, las sonrisas de Hillary y el precio del famoso corte de pelo del senador John Edwards.
Saben también que, en el campo republicano, al no encontrar un candidato especial, los votantes terminaron votando por todos. De todas formas, el senador John McCain parece haber tomado la delantera en ese espacio y es el casi seguro candidato del partido de gobierno. Si ganara esa “nominación” y las elecciones generales fueran este domingo, su dudoso premio sería el de perdedor de la presidencia norteamericana.
Sin embargo, los comicios no son este domingo, sino más bien en noviembre, y, hasta entonces, las cosas pueden cambiar. Estados Unidos no ganará la guerra de Irak ni volverá de un momento a otro a la prosperidad de que gozaba hasta antes del Sr. Bush., pero hay otro elector que puede hacer un cambio dramático, y que todavía no ha dicho su palabra. Es el Papa Ratzinger. El actual ocupante de la Casa Blanca le debe el triunfo del 2004.
En ningún país ha tenido tanto éxito como en los Estados Unidos. En la España que votará en marzo, la Conferencia de Obispos – de probada inspiración ratzingeriana- acaba de decir que no se debe votar por nadie que haya dialogado con la ETA. En buen castellano: no se debe votar por los socialistas. Algo extraño resulta ese pronunciamiento porque todos los jefes de gobierno del postfranquismo han dialogado con el grupo vasco, e incluso el presidente Aznar contó con un obispo como intermediario.
En todo caso, según las encuestas, los españoles preferirán este domingo ver en la tele un partido de fútbol que asistir a la misa en la que se leerá el pronunciamiento.
En los Estados Unidos del 2004 no fue así. Pocos días antes de los comicios, un aviso de una página publicado en miles de periódicos advertía que el católico dispuesto a votar por John Kerry, y no por el presidente Bush, debería confesarse. Varias decenas de obispos católicos, inspirados por el entonces Cardenal Ratzinger, firmaban la declaración. Curiosamente, el aviso de costo multimillonario fue pagado por una organización de protestantes fundamentalistas llamada “Familia, Patria y Propiedad”.
Aunque parezca increíble, la motivación de los obispos para votar por el presidente era su fijación en temas extrañamente obsesivos, como el aborto y elmatrimonio de homosexuales. Olvidaban la bancarrota moral y económica y la bestialidad de una guerra que se inició sin motivo real alguno. Los pastores demostraban por fin una insensibilidad anticristiana ante la destrucción y la mortandad desencadenados por Bush en un país que fue sede de la historia humana.
Se olvidaban además de que el candidato demócrata John Kerry era católico (les horrorizaba que fuera divorciado), y en el colmo de la amnesia borraban de su memoria el hecho de que en febrero del año 2 mil, George W. Bush, en campaña electoral, se presentó en la Bob Jones University, y recibió el apoyo de esa institución que acusa a la iglesia católica de idólatra y que llama al Papa, agente del Anticristo.
El “voto latino” fue determinante ese año para romper la paridad. Esta vez, con varios millones más, puede ser rotundo. Estamos esperando que los candidatos presidenciales se den cuenta de ello, aunque hasta ahora ninguno de ellos tiene la valentía de proclamar que la solución al problema migratorio es la amnistía general. Esperemos que la Iglesia Católica, si otra vez interviene, deseche sus fijaciones sexuales y sea sensible a los millones de cristianos sudamericanos que viven en este país acorralados.