domingo, 16 de diciembre de 2012

"Lima a tientas" comentado en Radio París Plurielle



Mi sincero agradecimiento al escritor Lenin Solano quien, desde Francia, y a través de su programa radial, hace un análisis concienzudo de mi reciente libro de cuentos, "Lima a tientas", editorial Arsam.
Me enorgullece que un buen escritor y un especialista en literatura se haya dado tiempo para analizar mi trabajo.
Me alegra también, tanto o más, escuchar a un gran amigo haciendo su trabajo con talento.
Los invito a ver el video apenas puedan.

jueves, 6 de diciembre de 2012

"Cuerpos secretos". Una historia de amor difícil, pero no imposible



He terminado de leer la reciente novela de Alonso Cueto, “Cuerpos secretos”.   En lo que a mí respecta,  un muy buen trabajo narrativo. Ahora bien, declaro que hubo  hechos previos que marcaron mi lectura. Algunos comentarios con los que me fui encontrando antes de empezar a leerla. Por ejemplo, que el libro  era un intento fallido en la intención de reflejar nuestras aún complejas relaciones sociales  y que, aún más, la relación de amor  entre dos personas de distintas condiciones sociales, raciales y hasta de edad  era un imposible que le quitaba verosimilitud a la historia. No obstante, ahora que he terminado de leerla, y cuando aún flotan en mi mente los personajes que participaron en la historia, discrepo de tales afirmaciones.
 “Cuerpos secretos” es  la historia de Lourdes de Schon, una mujer de cuarenta años, profesional, casada con un influyente empresario vinculado al gobierno,  que  se enamora de Renzo Lozano, un profesor de veinticinco años, oriundo del Cusco, que vive en el distrito de Los Olivos.  Es decir dos vidas aparentemente opuestas que en un punto de la historia se enamoran.   Claro,  una relación poco probable en una sociedad como la nuestra, de convivencia tan compleja y acomplejada. En la novela, el enamoramiento es directo y apasionado, sin enredos filosóficos  ni oscuros recovecos psicológicos.  El escritor cuenta la historia de ambos en un estilo claro, sin afanes por lograr  un lenguaje alambicado ni  intentos de acrobacias estructurales.
Pienso entonces que uno de los atributos  de la novela   está  precisamente en el reto de narrar una historia con esos componentes y asumiendo, seguramente, que iba a causar el escepticismo de algunos y la inconformidad sociológica de otros.  “Cuerpos secretos” es una historia de amor poco probable dentro de sociedades como la nuestra, pero no imposible. Es en ese pequeño resquicio de lo posible desde donde parte el argumento de la novela. Lourdes y Renzo se han enamorado a pesar de todas las condiciones que los separaban y,  sobreponiéndose a todo ello, intentan hacer lo que hacen todos los enamorados: permanecer juntos.
En la historia de amor de ellos, hay un mundo complejo y difícil que el autor les ha armado cogiendo componentes de nuestro entorno, pero que no necesariamente debe ser un fiel reflejo de nuestra realidad. Sin embargo, entiendo que ese siempre va a ser un escollo cuando se trata de pedirle  a la ficción toda la rigurosidad de una disciplina científica. 
De otro lado, aun cuando las cifras dadas  por las estadísticas sean contundentes, y relaciones como las que se plantea en la novela no sean de las más comunes, he sido testigo de algunas  historias peculiares  que, precisamente por ello, llaman la atención, porque rompen con la tradición.  He allí el secreto de una buena historia, si acaso se sabe manejarla con destreza narrativa. Los personajes y los ambientes presentados en la novela no son - ni tienen por qué serlo - una copia idéntica de lo que hay en nuestro entorno, pero corresponden dentro de la atmósfera de la novela.

Recomiendo leer "Cuerpos secretos", participar de su historia y respirar el aire de ese mundo, parecido o no al de nosotros,  y solo entonces decir si la novela le gustó.

sábado, 24 de noviembre de 2012

"Lima a tientas" de Ríchar Primo


Los cuentos de "Lima a tientas" recogen la idiosincrasia del habitante limeño: sus historias  vivencias  triunfos y fracasos. En algunos de los cuentos que componen este libro, como "Tiempos difíciles" o "Un fracaso más, sí importa", se muestra una radiografía de nuestra ciudad, salpicada con las atractivas historias de las cuales son víctimas sus protagonistas.
A medida que se lee "Lima a tientas", se descubre el intento de ubicar al lector en un contexto cargado de emociones humanas nacidas de una ciudad agitada, caótica y acorralada por un contexto social abrumador para cada unos de sus actores. 
En definitiva, "Lima a tientas"  es un libro que describe cuadro por cuadro las paradojas de nuestra capital y sus paulatinas transformaciones
Max Palacios

No es cómodo hablar de su propio libro. Sin embargo, es cierto que los buenos momentos hay que compartirlos. Y escribir un nuevo libro es, definitivamente, un grato momento. Más aun cuando la publicación se ha demorado tanto.
En fin, ya está aquí "Lima a tientas" por editorial Arsam y los invito a leerlo apenas puedan. 

domingo, 11 de noviembre de 2012

Alejandro Neyra, "CIA Perú, 1985. Una novela de espías"




Después de terminar de leer la novela de Alejandro Neyra, “CIA Perú,1985. Una novela de espías”,  entiendo por qué recibió el Premio Novela Breve de la Cámara Peruana del Libro 2012.
“CIA Perú, 1985” no es solo novela de espías, como anticipa el título, sino un  recorrido estremecedor por  algunos de aquellos años de violencia terrorista que se vivieron en el país de esa aciaga época.Un recorrido entrelazado correctamente con el argumento de la historia, destreza que no siempre es fácil de conseguir. Probablemente  porque el error de algunas novelas - que buscan contextualizar su historia con los acontecimientos y sentimientos de una determinada época – es que no logran controlar la dosificación de la trama con los datos de época, datos que supuestamente buscan plantear una atmósfera adecuada. En esos casos, el resultado es una novela que transcurre como forzada, poco natural.  
En cambio, en  la novela de Neyra, el interés por el desarrollo de la trama se mantiene constantemente y, junto a ello, el  lector, de pronto se siente inmerso en esos años estremecedores que oscilan entre los días de finales del gobierno de Belaunde y la tormenta cercana del gobierno de Alan García. Un joven e inexperto diplomático con un casi mítico espía internacional en la búsqueda del tenebroso Abimael Guzmán mientras el país se viene a pique.
Ahora bien, la novela tiene otros méritos que llaman mi atención. Por ejemplo, el hecho de que haya tomado como referencia otra novela, “La caza del hombre en el Perú”, de Gerard de Villiers. Una novela ligera, de espías. En ella un agente, Malko Linge,  cumple una misión en el Perú de esos sórdidos tiempos.  Novelita sin mayor vuelo que acompaña a los lectores de aeropuerto; pero que le sirve a Neyra para plantearnos una especie de historia detrás de la historia. Una atractiva estrategia para entremezclar la ficción y la realidad que resulta en una historia donde van apareciendo personajes inesperados – diría míticos – de esos años  con un punto de tensión que se maneja muy bien: la búsqueda del tenebroso Abimael Guzmán. Los invito a leer la novela. Vale la pena.

Felicito a Alejandro por su novela, por su merecido premio  de novela y porque, de paso, se viene consolidando como un sólido escritor peruano. Su mérito más reciente – del que apenas me he enterado esta semana - es que ha obtenido el Premio Copé Plata2012.

domingo, 4 de noviembre de 2012

UN ASUNTO SENTIMENTAL, DE JORGE EDUARDO BENAVIDES. ESTUPENDA NOVELA



He terminado de leer la reciente novela de Jorge EduardoBenavides, “Un asunto sentimental”, y expreso mi profunda satisfacción como lector.
Y  resalto esto primero porque siempre he pensado que una buena obra, básicamente, es válida porque  te “atrapa”, es decir,  en el momento menos pensado ya te ha hecho parte de la trama, y hasta el acto de  mover  las páginas pasa desapercibido porque, para  ese momento,  se está leyendo   con la ansiedad y delectación de quien ha sido transportado a esa otra dimensión. Para ese entonces, el lector ya tiene un asunto emocional con los personajes: de cariño o de odio, da igual; el lector ya respira el aire de las locaciones, siente las oscilaciones del clima y  tiene los sentidos atentos por lo que pueda pasar.  Encontrarte con una novela así es, en verdad, fascinante.  
La novela, “Un asunto sentimental”, cumple ampliamente con este requisito fundamental que suelo reclamar.  Ahora bien, para que una novela alcance ese nivel  es evidente que ha tenido que construirse con el cuidado de una arquitectura  meticulosa. Una buena novela  se sustenta en una  estructura en donde cada una de sus partes está en donde está  porque responde a un cálculo preciso para el equilibrio de la trama; lo mismo sucede con  el manejo de los personajes,  los datos que se dan de ellos, solo lo suficiente como para que el lector coja el pincel de la imaginación y termine de definirlos.
“Un asunto sentimental”  es,  en primera instancia, una historia de amor que implica a tres personajes: Cremades, Dinorah  y  a un supuesto Benavides  escritor. Todos conflictuados en un extraño asunto de amor,  de esos amores arriesgadamente intensos.  Pero la novela es mucho más: es un  inesperado viaje entre la ficción y la realidad, en donde ambos lados terminan por entrelazarse tanto que, de pronto, el lector no llega a estar seguro de qué lado se ha quedado. Es, también, de alguna manera, un libro de viajes a través del cual se puede casi sentir en la piel el aire de lugares que van desde Venecia, Nueva York, Ginebra, Damasco y, pasan por Perú, por supuesto, exactamente por Lima y el Cusco.  Pero, principalmente, es una novela en donde la realidad se contamina de ficción.  Pero esto último,  solo se llega a comprender  cuando se termina de leerla. Hazlo.

lunes, 8 de octubre de 2012

CORRER EN UNA MARATÓN Y LLEGAR COMO SEA, PERO LLEGAR


 


Este domingo he de participar en la maratón organizada por Radio Programas del Perú. Es una tradición familiar y amical que ya lleva varios años. No obstante, debo aceptar mi perfomance de corredor intermedio, alguien que hasta ahora no ha disputado algún lugar especial entre los mejores. Qué importa. Lo que interesa - me digo - es el orgullo de llegar a la meta. Al menos con eso nos justificamos los que sabemos que no tenemos chance.

He corrido en las buenas y he caído más de una vez en el camino. También hubo veces en las que ya había llegado caído, es decir, con los ánimos por los suelos e, igual,  he corrido. He llegado a la meta sin mayor grandeza, cuando ya los campeones celebraban desde el podio de los ganadores, pero he llegado. Quienes hayan participado en estas competencias sí entenderán el esfuerzo que hay que hacer para insistir en la carrera cuando ya las piernas no parecen responder a las otras partes del cuerpo y la fatiga parece una mole que aplasta nuestro agotado cuerpo. 
Sin embargo, esos triunfos silenciosos, personales son, obviamente, tan íntimos que pasan desapercibido para una inquebrantable tribuna que vitorea a los ganadores de medallas. Ese tipo de hazañas se comparte silenciosamente con todos los otros que llegan con uno. A veces se levanta la mirada mientras se recupera el aliento y se mira con respeto a esos que van llegando impulsados con los últimos residuos de combustible que succionan ya del alma. Basta una mirada para compartir la humilde hazaña. Pero se llega a la meta y eso es lo que cuenta.

Ahora bien, no creo que alguna vez llegue a la hazaña de Dorando Pietri quien se hizo famoso por una desastrosa carrera que ganó y, luego, perdió por descalificación. Fue la derrota más gloriosa. Tanto que lo hizo famoso para siempre. Les dejo el video. Y ya veremos cómo me va en esta maratón.

sábado, 6 de octubre de 2012

DESCANSA EN PAZ, ANTONIO CISNEROS





Expreso mi más profunda pena por la partida de Antonio Cisneros.  Se sabía que estaba enfermo, pero no se esperaba que la muerte lo visitara tan pronto. Nada se puede hacer contra ella, pero - con el mayor cariño y respeto - se puede recordar al poeta de la única manera posible: releyendo la poesía que nos ha heredado; una poesía  con una óptica irónica - como ha dicho Ricardo Gonzales Vigil -, pero con los pies en tierra. Que descanse en paz.

ANTES QUE EL OLVIDOS NOS

Lo que quiero recordar es una calle. Calle que nombro por no
nombrar el tambo de Gabriel
y el pampón de los perros y el pozo seco de Clara
Vallarino y la higuera del diablo.
Y quiero recordarla antes que se hunda en todas las memorias
así como se hundió bajo la arena del gobierno de Odría
 en el año 50.
Los viejos que jugaban dominó ya no eran ni recuerdo.
Nadie jugaba y nadie se apuraba en esa calle, ni aun los
remolinos del terral pesados como piedras.
Ya no había hacia dónde salir ni adonde entrar.
La neblina o el sol eran de arena.
Apenas los muchachos y los perros corríamos tras el camión
azul del abuelo de Celia.
El camión de agua dulce, con sus cilindros altos de Castrol.
Yo pisé entonces una botella rota. Los muchachos (tal vez) se
convirtieron en estatuas de sal.
Los perros (pobres perros) fueron muertos por el guardián de la
Urbanizadora.
Y la Urbanizadora tenía unos tractores amarillos y puso los
cordeles y nombró como calles las tierras que nosotros no
habíamos nombrado.
(También son sólo olvido.)

Lo que quiero recordar es una calle. No sé ni para qué.

Crónica del niño Jesús de Chilca.  México, 1982

jueves, 4 de octubre de 2012

EL DEPARTAMENTO ES CHICO, LOS LIBROS A LAS CAJAS



EL DEPARTAMENTO ES CHICO, LOS LIBROS A LAS CAJAS
He tenido que guardar un aceptable número de libros en algunas cajas. Hubo que desplazarlos de su lugar para albergar a otros elementos importantes para la vida doméstica. La verdad no hubo mucho respaldo para la discusión de prioridades. Sencillamente  ganaron su espacio la lavadora y el secador. Por eso se tuvo que correr los muebles unos metros, se movieron dos aparadores  un tanto hacia la izquierda para ganar un poco más de área y, en algún momento, la estantería  de libros terminó de patitas en la calle. Qué más se podía hacer. Eso de buscarse otro departamento más amplio, en donde podamos vivir todos cómodamente – incluyendo los libros – estaba fuera de discusión y de presupuesto.
Me he pasado largas horas guardando los libros en las cajas, porque no solo era cosa de encajonarlos insensiblemente, sino que había  que buscar criterios para guardarlos con cierta consideración.  Entonces, se me pasó el tiempo buscando una manera de adecuada de acomodarlos en las cajas de manera  que ellos pudieran pasar su tiempo con compañeros de encierro con los que tuvieran cierta afinidad. El primer intento de separarlos por géneros como que luego no me pareció. Eso de pasarla solo entre poemas o entre novelas o entre historiadores por un largo tiempo se presagiaba muy aburrido. Intenté otros criterios como lo temático; por ejemplo, todo lo que se relacionara con el conflictivo tema de la peruanidad, es decir, desde Inca Garcilaso de la Vega, pasando por la Rebelión de Juan Santos Atahualpa hasta  las novelas de Arguedas, sin olvidarme incluso de Aves sin nido de Clorinda Matto de Turner. Y hubiera seguido en esa divagante obsesión si acaso no hubiera arribado   la  noche como aborda la luna los navíos de vela, Marisel. (Del poemario de Juan Gonzalo Rosse que, de paso, reencontré en la mudanza). Finalmente,  con la ayuda de mi querida hija – que para estos menesteres suele ser más práctica – los fui guardando siguiendo la idea de antigüedad y género con la certeza  de que – después de todo – no hay nada mejor que pasarla con los de tu generación. Por supuesto que también hubo que ver cosas prácticas como los del tamaño y calidad de los libros. Esto último, por eso de que la vejez no siempre no nos coge a todos por igual ni las polillas tampoco.
Me he quedado luego contemplándolos en el rincón en donde los hemos apilado de la mejor manera. Con el suficiente abrigo y lejos de los vientos malos y de la corrosiva humedad de Lima, en la espera de mejores tiempos. He escuchado consejos sabios como el que debería donarlos porque, después de todo, los libros como tal, ya estaban por ser historia y que, probablemente, en poco tiempo,  muchos de ellos  iban a convertirse en formatos digitales que iban a caber, fácilmente,  en la memoria de ebook, fácilmente guardable en la gaveta del escritorio.  Tal vez tengan razón. Tal vez lo haga. Aun cuando guardo también la esperanza de devolverlos a su anterior ubicación en la larga estantería a donde se podía llegar y apenas se estiraba la mano – como quien saluda a un amigo –  se podía  reencontrarse con cualquiera de ellos y restablecer una vieja amistad.

lunes, 24 de septiembre de 2012

EL CASETE, DIFÍCIL DE OLVIDAR


Qué me queda, sino unirme a quienes celebran los 50 años del casete. Ese dispositivo de innegable trascendencia, principalmente,  para quienes ya hemos dejado de ser jóvenes hace buen tiempo.
Y es que el casete, a diferencia de casi todos los aparatos que en estos tiempos de vorágine tecnológica pasan por nuestros ojos con alucinante rapidez, se mantuvo el tiempo suficiente como para dejar su huella en la memoria de varias generaciones. Digo. Los dispositivos de hoy -  en un abrir y cerrar de ojos -  pasan de lo fabuloso a ser un trasto en el cesto del olvido; sin embargo, el casete, se da pues el lujo de celebrar 50 años y despertar aún nostalgias.
El casete no solo fue la cajita mágica en donde se grababan las canciones de nuestros gustos. El casete también era, para muchos, un instrumento de trabajo en el que se grababa de todo. Una cinta tan guerrera que se podía rebobinar con un lápiz cualquiera y que, rara vez, se malograba con la fragilidad con la que ahora se puede arruinar un aparatito de alta fidelidad y tecnología pero de delicada existencia. No, con el casete, ni hablar, había que haberlo llevado por los peores caminos para que se arruinara.
Ahora bien, he de aceptar que la tecnología ha creado dispositivos de almacenamiento de una maravillosa fidelidad y con una capacidad de memoria que, por cierto, ya se puede decir que casi todo cabe en la punta de un dedo. 
No obstante, el casete, el úlltimo de los héroes de antaño, el valiente aparato analógico - con todas y sus limitaciones - en estos días está celebrando sus cincuenta años y, aunque ya casi es pieza de museo, este fin de semana he de darme tiempo para encontrar alguno de ellos en el cajón de los recuerdos para evocar esos tiempo de la casetera  y walkman y de aquellos años felices de analógica nostalgia.


domingo, 9 de septiembre de 2012

A propósito Bryce Echenique y su reciente novela




Bastante atrasado con mis lecturas, terminé de leer hace poco la reciente novela de Alfredo Bryce Echenique, Dándole pena a la tristeza. Al concluirla, tuve la grata sensación de haberme reencontrado con ese viejo  amigo conversador, aquel  que solía contar  sus experiencias  vitales desde su entrañable punto de vista, es decir,  en tono de  humor con un sutil toque de cinismo. Me gustó mucho la novela.
Creo que Bryce, en esta novela,  ha retomado ese modo particular de presentarnos al  Perú, desde esa perspectiva diferente que ya se había iniciado con sus primeros cuentos y que se consolidó con la novela Un mundo para Julius.
Ahora bien, me parece que la novela  no les ha gustado a todos; es más, por lo que he estado observando en la red, a algunos no les agrada, en general, la obra de Bryce. 
En ciertos casos, esta crítica está relacionada  con ciertas discrepancias, precisamente, por esa perspectiva desde la que el escritor narra y que, según ellos, es una visión perturbada por una nostalgia "aristocrática" de un país que por "fortuna" ya cambió. No estoy de acuerdo con ellos, pero acepto que al menos es discutible la discrepancia. La literatura se enriquece precisamente  con esos diferentes modos de entender y plantear la "realidad".  Si embargo, también  están aquellos que desmerecen la obra de Bryce solo por gratuita antipatía, probablemente sin haber leído sus obras fundamentales o, peor aun, por asuntos distintos a lo literario. Por cierto, si para valorar la obra de alguien se tuviera que conjugar todos los aspectos de su vida, entonces la humanidad enfrentaría un grave  déficit al respecto.
Todo esto viene a propósito de un interesante artículo de AlonsoCueto,  La República sobre la obra de Alfredo Bryce Echenique que enlazo y que, considero, debe leerse. Alonso, como siempre, ha planteado de manera sobria una ruta para valorar la obra de Bryce.


sábado, 18 de agosto de 2012

"ELLA" EXCELENTE NOVELA DE JENNIFER THORNDIKE



Hace unos días leí la reciente novela de Jennifer Thorndike, Ella”. He quedado sumamente impresionado, tanto por la historia en sí misma, como por el tratamiento que la escritora le ha dado al lenguaje.
La novela “Ella”  es la historia de una infausta relación entre madre e hija. Una  madre con dramáticos  trastornos emocionales y una hija que termina prisionera en esa enfermiza relación. Uno de los hilos conductores de esta aguda historia, de intensos momentos, es la ansiedad  de la hija en espera de que la madre muera y ella pueda, por fin, ser libre para decidir su destino. La espera se alarga por mucho tiempo. La madre muere a los  94 años y la hija – con 60 años cumplidos – ya no tiene cómo liberarse de esa dependencia que la alcanza, aun después de la muerte de la madre.
La novela – que de paso mantiene el propósito de la autora de narrar historias desde una perspectiva  femenina - logra ser muy eficiente, entre otras razones, por la atmósfera en la que se desenvuelve: efecto que se logra por un habilidoso manejo del lenguaje.
Tuve el privilegio de ser uno de los presentadores del primer libro de cuentos de Jennifer Thorndike, “Cromosoma Z”. En aquella oportunidad, destaqué, precisamente, la dimensión especial que alcanzaban aquellas historias narradas desde una perspectiva femenina  o de mujeres. Pues bien, en esta novela aún se abordan las complejas relaciones de mujeres - esta vez entre madre e hija –, pero ya con una prosa mucho más madura y con una gran capacidad narrativa.
Desde este discreta zona, recomiendo la lectura de esta novela y felicito a Jennifer por este nuevo paso en su – ya definitiva – carrera literaria.

domingo, 12 de agosto de 2012

"El lenguaje de las sirenas". Una buena obra teatral



Esta semana tuve la oportunidad de ver la puesta en escena de la obra de Mariana de Althaus, “El lenguaje de las sirenas”.
Desde hacía semanas - por no decir meses – que no podía asistir a una obra de teatro. En general, por  las razones pedestres de siempre: los compromisos de trabajo.
En todo caso, eso no viene a cuento, sino que me he reencontrado con el teatro a través de un excelente trabajo del colectivo “Viaexpresa” y de una historia magistralmente construida por Mariana de Althaus.
El constante problema de las complejas relaciones sociales entre los peruanos volvía  a ser tratado, pero desde una perspectiva original.
En la obra, se nos presenta a la ciudad de Lima bajo la amenaza de un tsunami; amenaza que no impide que una familia baje sin preocupaciones a un balneario exclusivo. Y es allí, en una playa nublada, con el viento que corre helado y las olas enormes, donde esta familia irá desmadejando sus intrincados problemas y complejos después de que aparezca – varada en la playa solitaria - una sirena que habla en quechua.
Una vez más, el teatro cumplía con esa función tan importante que es la de expresar - a través de la interpretación de historias reales o ficticias - las emociones, miedos, sensaciones, dudas e inquietudes que nos asolan como individuos y como sociedad.
No soy un crítico de teatro, solo un asiduo espectador de él, y, como tal, creo comprender cuándo me he topado con una buena obra. Una buena obra tanto por los excelentes actores, una eficiente dirección y, principalmente – en lo personal – por una sólida historia construida desde una mirada atenta a relaciones sociales del país.
A la salida, alcancé a darle la mano a la autora y – aunque hubiera querido decirle más - solo la felicité  y observé cuando se iba apresurada, pero con la mirada siempre fija en esta complicada ciudad.
Transcribo un fragmento del escritor Alonso Cueto, quién – como tenía que ser – sabe decir las cosas de manera tan eficiente y serena:

Mariana de Althaus me hace recordar el origen etimológico de la palabra “teatro”, que viene del griego y puede traducirse como “lugar donde ver”. Lugar de exploración, profundización, revelación, el teatro integra en un solo lenguaje vivo, el sonido y la imagen. Más que en la narrativa o la poesía, su tema es el entrecruzamiento de voluntades. Según Gore Vidal, el buen dramaturgo es “un experto en articular relaciones humanas”.
Hace unos años leí una frase del crítico, productor y dramaturgo Robert Brustein, con la cual a veces estoy de acuerdo. “Cuando uno va al teatro es un acto comunitario. Ir al cine en cambio es un acto solitario”.  

martes, 7 de agosto de 2012

"CADA HOMBRE TIENE UN SUEÑO" de LENIN SOLANO



Hace algunas semanas fui parte de la mesa que presentó la reciente obra "Cada hombre tiene un sueño"  del escritor Lenin Solano Ambia. Ser uno de los presentadores de las obras de Lenin se ha convertido en una grata tradición que comenzó con su libro de cuentos "Cartas a una mujer ausente" y siguió con su novela "No le reces a los muertos". 
Por lo general, los presentadores tienden a ser amables con dichas obras por una cuestión de cortesía. No obstante, en este caso, no hubo necesidad de tal "cortesía" porque el libro, por cierto, tiene las condiciones suficientes para destacarse por su propia cuenta. 
Mis felicitaciones a Lenin por su último libro y quedo a la espera de su próximo trabajo. Por ahora transcribo un fragmento de lo que dije en dicha presentación.

... En este caso debo hacer un previo para sustentar la validez de esta nueva obra. Y antes de ello, confirmar que el escritor ahora navega en busca de nuevos horizontes narrativos que le permiten expresar sus ficciones en arriesgados formatos,  diferentes, innovadores y con sutiles juegos de entrevero entre la realidad y la ficción.
... En la literatura se puede hacer historia, crítica, predicción, reinterpretación tanto de lo pasado, de lo presente así como del futuro. Se puede reinventar el mundo, y en ese camino se puede agregar o quitar personajes, tiempos, anécdotas, fechas, datos,  siempre y cuando contribuyan a la solidez del relato. Se puede hacer todo esto. Mejor dicho se puede mentir artísticamente  siempre que se cumpla algunos mandamientos; como por ejemplo, el principio de la verosimilitud. Principio que te permite ficcionar, básicamente, todo. Tan solo con la condición de que parezca posible. 
...Ahora bien, el asunto se complica más  cuando –como es el caso de este nuevo trabajo de Lenin Solano –  se cogen abiertamente hechos de la realidad, historias acaecidas y documentadas de fácil acceso para  cualquier persona y se ficciona a partir de ella. La reciente obra de Solano ha escogido a personajes reales y ha usado acontecimientos que han marcado la vida o la muerte de estos personajes para “recontar” sus vidas, y, en el camino, agregar los incidentes complementarios que elevan dichos sucesos a la categoría de literatura.
...Seguro que no fue una tarea fácil pues había que soldar las fisuras que deja la historia corriente con mucha habilidad para que la historia parezca verosímil. Había que elegir una correcta voz narrativa. 
...“Cada hombre tiene un sueño”  es un viaje por la vida interior de personajes históricos justo en el momento de su gran momento o de su gran despedida. Es un viaje por los esos momentos trascendentes, pero desde dentro de cada uno de ellos. Libro contado en un formato narrativo original,  que deja claro que el escritor sigue experimentando en la búsqueda de una propuesta narrativa que le permita seguir contando sus historias cada vez con mayor certeza.

domingo, 29 de julio de 2012

UN PERUANO EN FIESTAS PATRIAS


MEDITACIONES DE UN PERUANO EN SUS FIESTAS PATRIAS 

No me entusiasma el "chauvinismo". No me parece útil el fanatismo, ni siquiera por mi país. Soy parte de una nación con grandes riquezas y con valiosos ciudadanos; pero también con muchos desaciertos e imperdonables descuidos. 
No creo que, necesariamente, les tenga que gustar a todos la comida, la música, la geografía peruana. No me parece justo desacreditar a quien no comparte la fascinación por los atractivos peruanos. Sin embargo, esta es mi nación, y soy parte de esta historia llena de contradicciones. 
Como sucede con las familias, uno no las escoge, pero, definitivamente, hay que aceptar que sí existe un vínculo íntimo con tu país. Un hermandad que hace que a veces te irriten las cosas que suceden en él, y, en otras, te invada el entusiasmo y amor por las cosas y la gente de tu país. Como debe ser, comparto la cultura de mi país. Trato de corregir los errores que he heredado de nuestra historia accidentada y revaloro con entusiasmo los aciertos que tenemos, y que son muchos. 
Sí me gusta hasta la fascinación el lomo saltado, el ají de gallina, los frijoles con seco, pero no me llevo bien con el olluquito. Me emociono con el Himno Nacional, aunque creo que el mejor himno hubiera sido Contigo Perú en la voz del Zambo Cavero.  Puedo pasar de la sensualidad de una marinera a la melancolía de una chuscada serrana o la alegría oriental de Mujer hilandera, pero no gustan mucho los yaravíes. De otro lado, no voy a decir que las mujeres peruanas son las más bellas del planeta, pero los grandes amores que he tenido han sido, básicamente, las conflictivas damas peruanas, y cuando debo imaginar un rostro fascinante y un amor apasionado, pienso en alguna peruana; pero he aquí, la  contradicción: cuánto me hubiera gustado que Catherine Zeta Jones hubiera sido una limeñita de pura sepa. Ni modo.
Por eso, porque soy parte de esta cultura, de esta familia de peruanos en cuya historia se han mezclado. tal vez no todas las sangres, pero sí muchas por cierto, bien vale la pena, participar de estos días de algarabía por las Fiestas Patrias de este valiente país, mi país.

lunes, 9 de abril de 2012

UNED y los 50 años de "La ciudad y los perros"




Desde la primera vez que la leí y hasta hace unos días cuando volví a leerla, motivado por una charla a la que asistí, aún sigo encontrando ciertas claves que se me escaparon de alguna lectura anterior: cuadros, escenas, cruces de diálogos, pistas para entender un poco más a los personajes, y sigo admirando la destreza narrativa de Vargas Llosa.
El Jaguar, Alberto, el Esclavo, Cava, el teniente, Teresita, cada uno de ellos tiene la identidad suficiente para seguir existiendo 50 años después, tan vitales como al principio.
Confieso que he leído más veces “Conversación en la Catedral”, y que he usado esa novela casi como un manual para la creación narrativa. No obstante, la publicación de “La ciudad y los perros” – lo sabemos bien – marcó un antes y un después dentro de la narrativa contemporánea latinoamericana.
Quienes escribieron después, tanto los que se declararon sus seguidores y hasta sus necesarios detractores, deberán aceptar que el oficio narrativo tuvo un punto de quiebre a partir de esta novela.
Que este aniversario sea una buena oportunidad para reencontrarse con esa portentosa primera etapa creativa del Vargas Llosa, y que más allá de todas las discrepancias que algunos han jurado mantener, hablemos principalmente del gran escritor.

Los dejo con un video que grabé cuando asistí a una charla organizada por la UNED, dirigida en el Perú por Ana María García. No está muy bueno, porque estaba más concentrado en lo que decía Américo Murugarra; pero al menos es mi primer aporte aunándome a estas celebraciones por los cincuenta años de la novela

domingo, 1 de abril de 2012

1er Festival Internacional de Poesía en Lima - Nos visitó Ledo Ivo

No he podido hablar mucho del reciente Festival Internacional de Poesía que se viene desarrollando en Lima con la participación de más de 25 países. Un evento formidable que está siendo medianamente promovido. Mi hija, que asistió al Festival el primer día, en las instalaciones del MALI, salió grata impresionada y con un par de libros de obsequio que está leyendo con fascinación. Al día siguiente estuve en el bar Queirolo para seguir con la jornada y, aunque vi poco, pues estaba repleto, si sentí ese atmósfera particular que resulta de la combinación del licor (de toda calidad), el cigarrillo y las palabras en forma de poesía.
Los dejo con un poema del excelente Ledo Ivo, gran poeta que mientras más años tiene, se hace más vital y profundo.



Ledo Ivo

Los pobres viajan. En la estación de autobuses

levantan los pescuezos como gansos para mirar

los letreros del autobús.Sus miradas

son de quien teme perder alguna cosa:

la maleta que guarda un radio de pilas y una chaqueta

que tiene el color del frío en un día sin sueños,

el sandwich de mortadela en el fondo de la mochila,

y el sol del suburbio y polvo más allá de los viaductos.

Entre el rumor de los alto-parlantes y el traqueteo de los autobuses

temen perder su propio viaje

escondido en la neblina de los horarios.

Los que dormitan en las bancas despiertan asustados,

aunque las pesadillas sean un privilegio

de los que abastecen los oídos y el tedio de los psicoanalistas

en consultorios asépticos como el algodón que tapa

la nariz de los muertos.

En las filas los pobres asumen un aire grave

que une temor, impaciencia y sumisión.

¡Qué grotesco son los pobres! ¡Y cómo molestan sus olores aun a la distancia!

No tienen la noción de los conveniente, no saben portarse en público.

El dedo sucio de nicotina restriega el ojo irritado

que del sueño retuvo apenas la legaña.

Del seno caído e hinchado un hilillo de leche

escurre hacia la pequeña boca habituada al lloriqueo.

En los andenes van y vienen, saltan y

aseguran maletas y paquetes,

hacen preguntas impertinentes en las ventanillas, susurran palabras misteriosas

y contemplan las portadas de las revistas con aire espantado

de quien no sabe el camino del salón de la vida.

¿Por qué ese ir y venir? ¿Y esas ropas extravagantes,

esos amarillos de aceite de dendé que lastiman la vista delicada

del viajero obligado a soportar tantos olores incómodos,

y esos rojos chillantes de feria y parque de diversiones?

Los pobres no saben viajar ni saben vestirse.

Tampoco saben vivir: no tienen noción del confort

aunque algunos de ellos tengan hasta televisión.

Verdaderamente los pobres no saben ni morir.

(Tienen casi siempre una muerte fea y de mal gusto)

Y en cualquier lugar del mundo molestan,

viajeros inoportunos que ocupan nuestros lugares

aun cuando vayamos sentados y ellos viajen de pie.


miércoles, 28 de marzo de 2012

Pepe San Martín premiado por ilustración para Juegos Olímpicos de Londres



Siempre es grato celebrar el éxito de los compatriotas. Aunque a veces no se tiene el placer de conocerlos, siempre hay un espíritu solidario con su triunfo. Ahora bien, es mucho más placentero celebrar el reconocimiento al talento de los amigos.

En este caso, me alegra enormemente postear el reciente logro de Pepe San Martín quien acaba de obtener un importante tercer puesto en el Internationale Sportcartoonale Zemst, Bélgica por la ilustración referida a los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

Pepe San Martín es un genial artista gráfico bastante discreto, y, quizás, hasta tímido, pero que se vuelve locuaz cuando se comunica a través de sus imágenes.

La reciente presentación gráfica de Pepe titulada “Desde tu alma”, que ha estado recorriendo algunas galerías del país, son apenas una muestra de su talento y de su visión crítica del hombre contemporáneo y su descuido para con el medio ambiente.

Felicitaciones, Pepe.

lunes, 19 de marzo de 2012

CUANDO ALGUIEN HABLA MAL DE LO PERUANO


CUIDADO CON LA INTOLERANCIA SI ALGUIEN DISCREPA DE NUESTRAS IDEAS

Esta nota viene a propósito de un reciente artículo en donde se critica el pesimismo en la poesía del vate peruano César Vallejo. Para ser más preciso, se lamenta esa letanía derrotista en su obra y que - copia fiel - tanto daño le hizo al país. Aunque, vale la pena aclarar que el artículo en cuestión no pone en entredicho la valía del poeta, sino tan solo sus mensajes cargados de pesimismo. Todo esto en el marco de las celebraciones por los ciento veinte años del nacimiento de poeta.

Como era de suponerse, se armó la grande y, una vez más, se desataron los espíritus de la furia y de la intransigencia. Las redes sociales se agitaron y se levantó una tremenda polvareda. Alguien había atacado a un ícono de la literatura peruana. Para redondear la faena, Diego de la Torre - que así se llama el autor de la nota - no solo vapuleó el pesimismo de Vallejo, sino que incluyó también al cuentista Julio Ramón Ribeyro, a quien acusó de que sus cuentos fueran una tentación del fracaso.

Tratando de ser objetivo, De la Torre trató de criticar el mensaje negativo que proyectaban las obras de ambos autores, pero sin tocar su calidad narrativa. Mejor dicho, la obra de estos escritores es buena, pero han dejado un relente de derrotismo que podría haber contribuido a esa desmoralización del peruano: sensación que nos acompañó por tantas décadas, y que ahora - se indica con entusiasmo - por fin se ha remontado para suerte nuestra. Complicado intento el de este crítico, intento fallido que le ha significado una azarosa fama y una mentada de toda su parentela.

Ahora bien, de otro lado, salvo alguno que otro interesante argumento discrepante, las respuestas - ya sea en las redes sociales o en los medios de comunicación convencionales - fueron una retahíla de insultos y negaciones obtusas.

Ahora que se han tranquilizado las aguas, me queda una pregunta:¿Tenía derecho De la Torre de atreverse a tocar a algunos de nuestros escritores con proyección internacional? Y ¿Hacerlo justo ahora que pareciera que el presente nos hace gratos guiños y que el futuro nos sonríe?

Yo creo que sí, que tenía todo el derecho de disentir, y los demás, de discrepar de tales afirmaciones. Una manera de medir la solidez de nuestras ideas es contrastarla con las que se oponen. Lo recomendable es demostrar con argumentos la fortaleza de nuestras ideas. Esa es una saludable manera de comprobar nuestra verdad. Sin embargo - por lo que leo en estos días - no lo hemos comprendido aún y seguimos entrampados entre la intransigencia, el encolerizamiento, y poco dados a la discusión de las ideas. Ya había un antecedente cercano cuando al escritor Ivan Tahys se le ocurrió opinar en negativo sobre el boom de la gastronomía peruana. Le cayó tal granizada de insultos que el propio Gastón Acurio – señor del florecimiento de la gastronomía peruana contemporánea – tuvo que intervenir para frenar el atropello verbal y recordarles a todos los furibundos que una crítica debe ser procesada porque en muchos casos te permite ver el tema desde otro ángulo.

También creo que la conjetura de Diego de la Torre sobre Vallejo está equivocada, porque no se puede valorar el contenido de una obra fuera de su contexto temporal y social. Además, la sola idea de que la proyección de una obra artística deba limitarse para no dar un mensaje negativo es, en sí misma, una aberración. El único compromiso de un artista es con la calidad de su propia obra y la honestidad con su punto de vista.

No es posible, ni aceptable que todos estemos de acuerdo. La discrepancia es un requerimiento en la construcción de las ideas. Como muchos peruanos, estoy feliz de esta nueva etapa en la que el país parecer haber entrado de lleno. Aliviado de que los peruanos de ahora no parafraseen la frase aciaga de una novela de los años sesenta: ¿Cuando se jodió el Perú?. Alegre de que los peruanos del presente estén inflamados de de un justo optimismo. No obstante, no comparto la idea de crucificar a todo aquel que discrepe de este optimismo. Hay una sola manera de demostrar nuestra verdad, discutiendo las ideas sin destruir al individuo.