viernes, 27 de agosto de 2010

III Salón Internacional de Humor Gráfico

Al parecer ya todo está listo para la inauguración del III Salón Internacional de Humor Gráfico este 2 de setiembre. El tema de este año será el agua. Eso está muy bien. La tarea de despertar una activa preocupación por el tremendo daño que se le está causando a nuestro planeta es un esfuerzo que hay que respaldar decididamente.
Ahora bien, si todo ello se trabaja a través de actividades artísticas como el humor gráfico, mucho mejor. Estoy seguro de que una imagen, presentada con arte y con un toque de humor, puede ser tan o más afectiva que una larga charla apocalíptica sobre nuestra autodestrucción planetaria.
La noticia llega a mí a a través del infatigable Pepe San Martín que -al igual que todos los demás organizadores - le vienen poniendo todo el esfuerzo para que este III salón supere las expectativas del II salón que se dio el año pasado y que convocó a decenas de artistas de muchos países.
Parte de una nota recogida dice:

Sin mayores preámbulos y con mayores expectativas, se abrió la convocatoria al III Salón Internacional de Humor Gráfico - Lima 2010, que este año tendrá como tema EL AGUA. La expectativa crece cada año y nos obliga a ser cada vez más exigentes y este año debemos superar todos los cálculos; pues el año pasado tuvimos 5 millones de visitantes a lo largo de todas las exposiciones que se hicieron en las principales plazas y parques de Lima, así como en Trujillo y la selva peruana.
Este año tendremos como invitados especiales, al maestro argentino Caloi, el gran Ares de Cuba, Boligán (que vuelve por segunda vez) de México, Raúl de la Nuez de Estados Unidos y el organizador del Festival de Caricatura de Rionegro, el colombiano Fernando Pica.
Como ven, el Perú de vestirá de fiesta con los grandes del humor gráfico del mundo que estamos seguros enviarán sus obras para el libro y la exposición.
¡Los esperamos a todos!
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martes, 24 de agosto de 2010

Fotografías de Sonia Cunliffe. "Mutaciones de Venus"



Hace unos días tuve la grata experiencia de asistir a la presentación del libro “40 poemas” de Fernando Ampuero. La editorial “Alegoría” tuvo la feliz idea de fusionar los poemas de Ampuero con hermosas fotografías trabajadas por Sonia Cunliffe.
En un post aparte anotaré mis modestas opiniones con relación al poemario de Fernando Ampuero, libro que estoy leyendo por estos días en una hermosa edición. No obstante, aquí quiero anotar mi fascinación por las fotografías que Sonia Cunliffe ha incluido en el mencionado libro en un magnífico juego entre la palabra y la imagen.
Aun cuando no tengo las suficientes herramientas para construir un análisis sólido sobre el arte fotográfico, entiendo que una imagen, cuando en verdad es buena, sencillamente te impacta, y punto. Los demás - es decir - las razones por las que la obra te captura y te seduce vienen a cuento solo luego. En ese sentido, menuda tarea la de los críticos que deben racionalizar sobre las causas de esa seducción.
En lo personal, considero que las fotografías de esta artista se hermanan con la poesía porque llevan inmediatamente al observador a ese plano donde cada sombra es equivalente a una alegoría y cada imagen se asemeja a una metáfora, en este caso particular, sobre la nostalgia. Quizás por ello, encajan tan bien con los poemas tan naturalmente sensibles de Ampuero.
Solo después de haberme encontrado con las fotografías de este libro, me entero de la ya larga y profesional trayectoria de Sonia quien no solo trabaja con fotografia sino que usa tambien pintura, costura, catres viejos, lupas, moldes de ropa es decir diversos elementos que le permiten transmitir sus conceptos.
Ahora me entero de que mañana miércoles 25 en la Galería Vertice, Ernesto Plasencia 350, San Isidro, a las 7 y 30 de la noche se inaugura la muestra titulada "Mutaciones de Venus" en donde habrá oportunidad de conocer algo más de su fascinante obra artística.
La muestra va hasta el 17 de setiembre. Vayan apenas puedan. Por lo menos yo me apunto para la inauguración. Iré - luego de varias suplicas - con la profesora de fotografía y arte Carla Levi para que me dé un curso rápido sobre la fotografía artística.
La invitación ya está hecha.
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lunes, 23 de agosto de 2010

El libro clásico y el electrónico pueden convivir

Como una interesante reminiscencia de lo que fue el 8° Festival Literario Internacional de Paraty, en muchos espacios virtuales y periódicos aún se sigue charlando sobre la confrontación entre los libros virtuales y los libros físicos. No es que el tema sea tan original, aunque tampoco está, ni de lejos, concluido.
En la página virtual de Castellano.org encuentro algunas ideas que se expusieron durante el Festival. Por ejemplo, aquella presunción de que el perfeccionamiento y la divulgación de la tecnología estarían llevando al mundo de los libros a una nueva era, la del surgimiento de la cuarta pantalla, que sigue a la televisión, la computadora y el teléfono móvil. Para Robert Darnton, historiador y director de la biblioteca de Harvard, hay que aceptar ese inevitable hecho y, mejor aún, aceptar que los libros digitales y convencionales pueden convivir pacíficamente.

La radio no mató a los periódicos, la televisión no mató a la radio. Es claro que el futuro es digital, pero el libro no murió y no lo tiene previsto. Este año se publicará un millón de libros en todo el mundo, sólo estamos pasando por una transición con la aparición de un nuevo modelo de mercado.

En otro momento de la conversación, ante la idea de que en el mercado de los libros haya una crisis similar a la que viene afectando al ramo de la música, con la reducción de hasta un 70% en la venta de CD en los últimos años. Se argumentó:

Hay una diferencia entre la música y los libros. Con la era digital, el consumidor vio que era posible comprar sólo una canción, pero nadie va a entrar a una librería a comprar sólo un capítulo de un libro. Uno puede tener 35.000 canciones en un iPod, pero no tiene sentido tener 35 000 libros en un lector electrónico, explicó el invitado, quien además de editor s propietario de una pequeña librería independiente en Inglaterra. A diferencia del caso de la música, la impresión ilegal no afecta las ventas de libros.

Los invito a leer el artículo completo en Castellano.org. Por mi parte, concuerdo con lo que ha de ser inevitable y, con fondo de bolero afirmo que nada es para siempre. No obstante, mientras la palabra siga vigente como ese sistema de signos que nos permite articular nuestro pasado, comprender nuestro presente, presumir nuestro futuro y, más aún, construir esos mundos paralelos que nos permite la literatura, ciertamente no importa mucho el formato, solo es cuestión de aceptar que los tiempos cambian y subirse al tren, más tarde o más temprano.

jueves, 19 de agosto de 2010

Hemingway y su pasión por los libros

Me encuentro con un artículo de Manuel Lucena Giraldo, escrito para la revista Abc, en donde da cuenta de un hecho, cuando menos, curioso: los libros y archivos de Hemingway comparten espacio con los archivos de John F Kennedy en un edificio al sur de Boston.
Ahora bien, no obstante lo interesante de la nota sobre el paralelo entre estos dos personajes aparentemente tan disímiles, me llamó más la atención la información del autor sobre la intensa pasión que sentía Hemingway por los libros. Por supuesto que no se espera menos de los escritores, pero siempre es interesante corroborar tal suposición con datos más concretos.
Hemingway y su hermana se llevaban hasta cuatro libros de la biblioteca pública para tener entretenimiento nocturno. Quizás entonces se originó su hábito de leer muchos libros al mismo tiempo (y de tener insomnio). Los amigos de juventud señalaron que estaba siempre leyendo «cuando no estaba trabajando»: ocho o diez libros cada vez, uno y medio al día, además de revistas y periódicos, a los que estaba suscrito en gran número. Las teorías literarias que concibió Hemingway como consecuencia de esta voraz bibliofilia fueron bizarras... Los libros que a falta de otros nuevos debía releer y le aburrían constituían una categoría execrable: en ella incluyó nada menos que Santuario, de Faulkner, porque no había conseguido releerlo en un barco.
...El pánico a quedarse sin qué leer obligó a Hemingway a viajar con una verdadera biblioteca ambulante. Su chófer, Toby Bruce, indicó: «Llevamos libros donde quiera que vayamos. Si nos dirigimos al campo llevamos una maleta de buen tamaño llena solo de libros». Por el camino adquiría más volúmenes, hasta que el coche se llenaba por completo. Daba igual que se tratara de viajes de miles de kilómetros o de idas al aeropuerto: siempre adquiría libros, revistas, periódicos. De regreso a casa, Hemingway escribía por la mañana y leía por la tarde y por la noche. En Finca Vigía (Cuba), donde se trasladó en 1939, después de la siesta volvía a la lectura, cada vez hasta más tarde: solo se detenía si cenaba con amigos.
En 1950 señaló a Edmund Wilson: «Scott Fitzgerald pensaba que la medianoche estaba embrujada, pero es la mejor hora del día para leer, desde que he aceptado el insomnio y ya no me preocupan mis pecados». Más allá de estos, o quizás no tanto, Hemingway dejó un reguero de libros en diferentes lugares, la genealogía intelectual de un cazador, paralela a las piezas de animales que abatía con regularidad.
Poco se sabe de los libros de su primera juventud, pero desde que llegó a París en 1919 empezó a acumularlos: «No tenía mucho dinero, así que pedía prestados libros de la biblioteca de alquiler de Sylvia Beach en la rue del Odeon, un lugar delicioso con volúmenes nuevos en la ventana y fotografías en la pared de escritores famosos, vivos y muertos». En la capital francesa también se aficionó a los libros de segunda mano. En 1928 se asentó en Key West, Florida, con su segunda esposa, Pauline. Allí llevó volúmenes traídos de Europa y adquirió otros muchos en los años siguientes, en especial en la librería de Leonte Valladares, que lo recordaba años después tal y como se había presentado a comprar la primera vez, en pantalones cortos y con una cuerda a modo de cinturón.

martes, 17 de agosto de 2010

Presentación de "40 poemas" de Fernando Ampuero

Escribir cuentos y novelas ya es cosa de locos, más en estos tiempos en donde todo vale lo que pesa. La literatura narrativa, en ese sentido, se sostiene a duras penas o, en todo caso, haciéndole guiños a las demandas del mercado. Pero escribir poesía, y en serio, esa sí que es una locura mayor por la que guardo un gran respeto. La poesía toca ese espacio en donde se rompen todos los esquemas y en donde el lenguaje es libre de proponer osadías tanto en la forma como en el fondo.
Leer una buena novela o un cuento es un placer que nos estimula en varios niveles enmarcados aún dentro de la razón; sin embargo, leer poesía es integrarse en una dimensión en donde, básicamente, se tocan los niveles sensoriales más puros.
Pues bien, el infatigable escritor Fernando Ampuero, luego de haber cerrado una interesante trilogía narrativa enmarcada en la ciudad de Lima y con una reciente antología de sus cuentos, ahora se da tiempo para presentar un muy buen libro de poemas titulado "40 poemas", libro en donde se combinan sus trabajos (algunos inéditos) con fotografías de Sonia Cunliffe.
La invitación la hace la editorial "Alegoría" y la presentación se llevará a cabo en la Escuela Superior de Bellas Artes, Corriente Alterna, avenida Aviación 500, Miraflores. Como tenía que ser, si se trata de Fernando, en la presentación habrá una instalación fotográfica, lectura de poemas y mucho jazz.

lunes, 9 de agosto de 2010

Conclusiones sobre la 15 Feria Internacional de Libro de Lima

Me entero de que el balance de la 15 Feria Internacional del Libro de Lima ha sido ajustadamente positivo. Por un lado, la aún errabunda Feria del Libro alcanzó los seis millones y medio de soles frente a los 6 millones del año pasado. Asimismo, contó con la asistencia de más de 240 mil personas. También entiendo que los libros más vendidos han sido de autores peruanos. El controvertido y mediático escritor Jaime Bayly encabezó la lista de los preferidos del público con más de 750 libros vendidos y convocó a cerca de dos mil personas durante la ceremonia de presentación. El Pezweon se ubicó en el segundo lugar de ventas con cerca de 600 ejemplares, mientras que en tercer lugar estuvo Sacha Barrio con su libro La nutrición inteligente que vendió 530 ejemplares.

Ahora bien, hay que anotar que con relación a libros extranjeros, fueron las novelas de Stephenie Meyer, Eclipse y Amanecer las que vendieron más de 300 ejemplares. Se dice que los vampiros rondaron por los 270 stands que tuvo la feria. Aunque también hubo demanda de libros de literatura infantil. El libro De verdad fue así de varios autores, se ubicó en el primer lugar de las preferencias, seguido de Cuentos para antes de dormir de todo el mundo, de Silvia Dubovoy, y Perúguntones Incas, de Andrea y Claudia Paz. Cada uno de estos títulos logró vender alrededor de 200 ejemplares, según cifras de la Cámara Peruana del Libro.

No obstante, la Feria aún no cuenta con un local destinado específicamente para el evento, hecho que obliga a sus organizadores a tener que buscar durante todo el año un lugar que pueda acogerlos y a gastar algo así como 110 mil dólares cada año en infraestructura temporal, un monto que –de contar con un local apropiado– podría invertirse en una mejor promoción y convocatoria de editoriales más importantes con título más selectos que – de paso – sí se hicieron extrañar.

La mala nota la dieron las autoridades políticas y culturales que no tuvieron la delicadeza de presentarse en la inauguración del evento y, tampoco, a su clausura. Bueno, tampoco es de extrañar tal conducta en quienes han deteriorado la política hasta los límites de la vergüenza.

Entiendo que aún hay mucho que caminar para alcanzar una Feria que satisfaga las expectativas actuales. También comprendo que no todos terminen satisfechos con el tono que se le ha querido dar. Por ejemplo, en lo personal, coincido con la crítica por la falta de títulos literarios y lingüísticos más exquisitos. Supongo que, desde otras áreas académicas, también puede haber otros reclamos respetables. Sin embargo, creo conveniente - en el colofón de esta Feria - destacar el esfuerzo de los organizadores y el entusiasmo de los miles de asistentes a las muchas actividades programadas. De un país acusado de leer poco y de leer mal, estamos pasando lentamente a un país que, en medio del reconfortante crecimiento económico, también comienza a interesarse por un hábito que definitivamente nos ayudará a crecer no solo económicamente sino, mejor aún, humanísticamente.

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jueves, 5 de agosto de 2010

El problema del vocablo "apertura" (Programa radial de APL)


Quiero aperturar este post con un enlace para el programa radial sobre el idioma producido por la Academia Peruana de la Lengua a través de radio San Borja. Este programa se aperturó ya hace varias semanas y, ojalá, se mantenga en el aire por mucho tiempo; aunque, la verdad sea dicha, desde su apertura, su horario de las seis de la tarde de los domingos no ha sido muy atractivo. No obstante, bien vale la pena darse un tiempo para escucharlo.
El tren del desarrollo no se va a detener por asuntos del idioma; sin embargio, el mejor conocimiento de los idiomas que se hablan en nuestro país puede colaborar en la búsqueda de una mayor integración en esta nación culturalmente tan fragmentada.
Los invito a escuchar un fragmento del programa en donde se aborda el problema de uso que hay con la palabra aperturar. La verdad aperturamos muchas cosas: aperturamos una cuenta, un programa, un espectáculo, y mucho más, aun sabiendo que dicho vocablo es más un sustantivo que, por capricho del hablante, se ha instalado como verbo en la hablar común.

Acerca del suicidio de Silvia Plath

Para cuando tengan algo de tiempo disponible, les dejó un fragmento de un artículo que encuentro en el diario El País, gracias a un dato alcanzado por Gabriel Ruiz Ortega. En la nota del diario se da cuenta del libro publicado por la periodista de origen checo Janet Malcolm, libro titulado 'La mujer en silencio' y que indaga acerca de la turbulenta vida de la poetisa Sylvia Plath, que se suicidó a los 30 años.
La tentación del suicidio alguna vez pasó por mi vida, aunque con el tiempo comprendí que aquello fue apenas un arrebato mental frente a una fuerte depresión en la que caí. No obstante, entiendo que los entrecijos del suicidio suelen ser mucho más complicados. Janet Malcolm se adentra en el caso particular de la escritora norteamericana. Un libro más en la cola de aquellos que debo leer.

Parte de la nota dice:

La obsesión por la muerte llevó a Silvia Plath a intentar suicidarse tres veces en sólo 30 años. A la tercera lo consiguió. Metió la cabeza en el horno, abrió la llave de gas y ejecutó un suicidio perfecto. A pocos metros sus dos hijos dormían. Ella había dejado una nota al vecino de abajo para que llamara a un médico. La niñera la encontró a primera hora de la mañana, demasiado tarde. Janet Malcolm (Praga, 1934) describe en La mujer en silencio (Gedisa) la retorcida vida de la poetisa americana Silvia Plath (Boston 1932-Londres 1963) y la relación con su marido, el también poeta Ted Hughes...
...La muerte de su padre cuando solo tenía diez años marcó para siempre a Plath. A los 20 años trató de suicidarse con pastillas un verano al regresar de la universidad, tras lo que fue tratada en una institución psiquiátrica. Poco después viajó hasta Cambridge (Inglaterra) con una beca y fue allí donde conoció a Ted Hughes. Después de nacer sus dos hijos, ella no pudo compaginar su papel de madre, amante y artista, a pesar de que, como aclara Malcolm, se repartía con su marido el cuidado de los niños. Los problemas llevaron a la pareja a la separación, y Plath acabó malviviendo en un pequeño piso de Londres, donde finalmente se suicidó.
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