domingo, 31 de octubre de 2010

"Extraños frutos" de Alfredo Pita en Paris

Me encuentro con una buena noticia que refresca estos mis áridos días de corrección de un texto académico y evaluación de exámenes. Resulta que el libro de cuentos Extraños frutos, del escritor peruano Alfredo Pita, será presentado en Francia, exactamente en la librería parisina El Salón del Libro el 17 de noviembre a las 7 y 30 de la noche.
Como siempre, es muy grato recibir noticias sobre las infatigables actividades literarias de los escritores peruanos, tanto dentro del país como en el mundo que ya no es tan ancho, claro, pero que a veces sigue siendo muy ajeno.
No obstante, en este caso, no tanto, porque me entero de que hay una buena movida literaria y una gran simpatía por la literatura peruana. Tengo entendido que la presentación correrá a cargo del entrañable Ricardo Sumalavia, a quien no veo desde el Encuentro de Escritores Peruanos en Madrid ya hace varios años.
Alfredo Pita es autor de la novela El cazador ausente (1994), de los libros de cuentos Y de pronto anochece (1987) y Morituri (1991), de los poemarios Hacia los valles (1966) y Sandalias del viento (1995) y del libro para niños Un pequeño capitán (2002). Radica en Francia desde más de veinticinco años, pero mantiene el contacto vívido con el Perú. Considerado como un autor de culto, su novela El cazador ausente ha sido elogiada por escritores como el chileno Luis Sepúlveda y por críticos como el francés Jean-Louis Aragon.
Extraños frutos es un hermoso libro de cuentos que agrupa varios relatos escritos con la prosa densa y a la vez ligera y poética de Alfredo Pita.
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viernes, 29 de octubre de 2010

Se presentó nuevo "Diccionario de americanismos"

¿Qué tienen en común las palabras «afilar», «barbear», «botonear», «culebrear» o «desmamonar»? Que todas ellas significan lo mismo, «adular», pero son empleadas en diferentes países de Hispanoamérica. Si en alguno de ellos le llaman «roncón», se referirán a usted como a una persona «valiente». Para elogiarle de la misma manera utilizarán «agalludo» en países como Colombia, Cuba o Argentina, donde, ojo, también puede entenderse como «persona que tiene afán desmedido por las riquezas»; mientras que si se toma demasiadas «bichas» (cervezas) en Nicaragua es lógico que termine con una gran «riata» (borrachera). Pero tenga cuidado con la primera acepción pues en Cuba su significado es muy distinto pues se refiere a una prostituta.

Encuentro esta nota en el diario Abc y creo que vale la pena rebotarla en esta zona (zona que tengo un tanto de lado mientras acabo de corregir un aburrido libro de redacción cuyo editor me tiene cercado hasta que termine).

Estas y muchas más interpretaciones, hasta 120.000, son las que reúne el «Diccionario de americanismos», confeccionado a lo largo de diez años por las veintidós Academias de la Lengua Española, que acaba de ser editado por Santillana. Un volumen que en sus más de 2.300 páginas acoge 70.000 entradas, con definiciones claras, precisas y objetivas, que abarcan las diversas variantes del español hablado en Hispanoamérica, incluidas las etnias indígenas y las lenguas indígenas vivas.
El volumen es un mapa geográfico del español que muestra su riqueza lingüística en toda su amplitud, deteniéndose tanto en el acervo más popular como en el lenguaje de las jóvenes generaciones. Basta asomarse a él para comprobar el trabajo exhaustivo realizado. Son precisas casi dos páginas para reunir las distintas acepciones de «agua», que en Cuba significa «borrachera»; mientras que «agua de culo» en El Salvador es un brebaje que da una mujer a un hombre para retenerlo. Si pide en Ecuador «agua de vieja» le ofrecerán una bebida de propiedades medicinales.
Entre «las grandes novedades» del texto, que ha sido confeccionado y corregido por lexicógrafos españoles e hispanoamericanos pertenecientes a las veintidós academias, se encuentra una larga lista de sinónimos que aparecen reunidos al final en un índice sinonímico, donde podrá comprobar que si le espetan términos como «abismado», «aboyado», «babosota», «lentejo», «mata de pelotas» o «mente de pollo», le están llamando, simple y llanamente, «tonto o bobo». Si hablan de «ratón», «tongo», «gorila» o «camarón» se están refiriendo a un policía. En cuanto a palabras más comprometidas, tome —y no coja— el diccionario y revise términos como «abrochar», «afilar», «fusilar», «sacarle punta al lápiz», «chiflar», «atornillar», todas referidas a «realizar el coito», que en Chile se traduce en la expresión «afinar el piano», muy lejos de la acepción musical española.

viernes, 15 de octubre de 2010

SE VIENE LA NUEVA ORTOGRAFÍA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Para muchos, la ortografía se parece a la severa presencia de un asesor de tesis al que detestas porque tiene la odiosa costumbre de tener la razón. Con la ortografía, muchas veces, nos pasa lo mismo. Hemos tenido ganas ignorarla, de pasarla por alto para que, así, la palabra discurra libremente, tal y como nos viene a primera mano. No obstante, al final, hay que aceptar que sin ella, la claridad y contundencia de nuestros textos quedaría en entredicho.
Pues bien, hay que estar atentos porque ya está confirmado que para antes de Navidad se publcará la nueva edición de la Ortografía tanto en España como en Latinoamérica.
Una edición mucho más amplia y científica que la de 1999 y que no eludirá los aspectos conflictivos. La espero con suma curiosidad porque, precisamente, anuncia que esta vez sí incluirá las explicaciones del caso. Es decir que la edición no presentará grandes innovaciones en cuanto reglas (uf, las agudas serán las agudas, y las graves seguirán siendo las graves), pero incluirá las razones que justifiquen determinadas arbitrariedades ortográficas.
Como muestra, un pelo del gato: en la edición anterior, la palabra guion estaba autorizada a escribirse con tilde guión o sin tilde guion, según como se pronuncie. Es decir, si la pronunciábamos como monosílabo no se tildaba, pero si la pronunciábamos como bisílabo agudo, entonces sí la tildábamos: (¿?)... De acuerdo con ustedes.

Como sucedió con la Nueva Gramática de la Lengua Española, que se publicó en diciembre de 2009, la Ortografía ha sido realizada con la colaboración de todas las Academias de los países hispanohablantes y el texto definitivo se aprobará en la reunión que estas instituciones mantendrán en la Feria del Libro de Guadalajara (México), a finales del próximo noviembre.
En ese gran encuentro cultural los directores de las Academias escenificarán la aprobación formal de esta obra esencial de referencia, que en España se presentará, se dice, «entre el 10 y el 13 de diciembre».
Para mayor información, puede hacer click aquí, sin cuestionarse el correcto uso de tal onomatopeya: click.
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miércoles, 13 de octubre de 2010

Presentacion de novela "Acuérdate del escorpión" de Isaac Goldemberg

Simón Weiss, de 35 años, y un japonés, Katón Kanashiro, de 25, capitán y teniente de la Policía de Investigaciones del Perú, respectivamente, son encomendados a investigar dos asesinatos: el de un japonés en un billar y el de un anciano judío en una pensión, ambos situados en el Centro de Lima. Lo anterior es parte de la trama de Acuérdate del escorpión, un policial romántico aderezado con la letra de un vals de Felipe Pinglo y de tres boleros. Resumen que recojo del diario La República y que sintetiza muy bien la reciente novela del escritor Isaac Goldemberg.
Pues bien, ahora me entero de que la presentación de esta nueva obra del estimado Isaac Goldemberg se llevará a cabo este lunes 25 de octubre, a las 7 de la noche, en la Feria del Libro Ricardo Palma, Feria que se ha instalado, de nuevo, en el Parque central de Miraflores, contra viento y marea.

La novela, hasta ahora, ha sido bien recibida por la crítica. Noticia que, por supuesto nos alegra mucho. Por ejemplo, para la escritora mexicana Margo Glantz, Premio Internacional Sor Juana Inés de la Cruz, Acuérdate del escorpión es “una novela negra delirante, paródica y eficaz, que reúne todos los estereotipos del género y rinde homenaje a sus antecesores, tanto en la literatura como en el cine”.
Para el escritor argentino Mempo Giardinelli, Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos, “esta nueva novela de Isaac Goldemberg marca el regreso de un gran novelista latinoamericano. Ahora, en la trama jugosa y fascinante de Acuérdate del escorpión vuelven a brillar la imaginación y la prosa firme de este gran escritor peruano”.

Los comentarios correrán a cargo del psicoanalista Jorge Bruce y de la poetisa Marita Troiano. La invitación ya está hecha y habrá que ir de todas maneras. De paso, también hay que darse tiempo para una tranquila vuelta por toda la Feria que regresa a su lugar tradicional.

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martes, 12 de octubre de 2010

Vargas Llosa, sexto Nobel de Literatura para Latinoamérica

A propósito del reciente Premio Nobel de Mario Varga Llosa, encuentro en el blog Papeles Perdidos, del diario El País, un interesante comentario sobre los escritores latinoamericanos que ya han obtenido dicho premio. Lo comparto con ustedes algunos fragmentos. Si desean el artículo en su totalidad los invito a visitar el blog del diario español.

Es el sexto premio Nobel para América Latina. En realidad este premio al escritor peruano se esperaba cada año desde hace 27, cuando en 1982 lo obtuvo el colombiano Gabriel García Márquez. Luego pareció inevitable cuando en 1990 lo ganó el mexicano Octavio Paz. De eso hace ya veinte años. Pero nada. Parecía que las moiras eran ciegas y lo tenían predestinado a la misma suerte injusta de Juan Rulfo y Jorge Luis Borges. Pero hoy, día de luna nueva, esa mala suerte se ha conjurado.
Aunque para los latinoamericanos era como si ya lo hubiera ganado hace muchos años.
El recorrido literario de lo que ha premiado la academia sueca a lo largo de su ya pasado siglo es interesante. Sin pretenderlo ha creado una especie de gran arco biográfico de la historia del continente.
Cuando en 1945 Gabriela Mistral obtuvo el Nobel de literatura, el resto del mundo empezó a saber un poco más de América Latina. En los versos de la poeta chilena confluyen los dos mundos, América y Europa. Una poesía tapizada de lo autóctono pero donde resuena la religión y creencias traídas de ultramar... Es en 1967 con el premio al guatemalteco Miguel Ángel Asturias cuando se muestra parte del lugar de donde procede el continente y del por qué de su idiosincrasia. Sus narraciones anidaban en lo aborigen, él conectaba esa memoria precolombina con el presente. Es el fundador de lo que habrá de ser conocido como realismo mágico a partir de su libro Hombres de maíz.
Pero es Pablo Neruda, Nobel de 1971, quien se rebela y pone en versos la geografía política y social del continente. Con él, la política y el reclamo se hizo arte en Latinoamérica. Antes, el amor y los desamores con su famoso Veinte poemas de amor y una canción desesperada... Pero fue Residencia en la tierra el que lo puso en las cumbres del mapa literario... Y otros libros donde miraba al pueblo y transmitía su sentir, el oprobio, la esperanza y la desesperanza.
Once años más tarde la academia sueca premia, en Gabriel García Márquez, a una generación irrepetible de autores latinoamericanos que desde su propio continente y desde fuera empezaron a reconstruir la memoria de América Latina. Y en su empeño ensancharon los lindes de un idioma. Fueron más allá del final del horizonte visible desde un punto fijo. Rulfo, Cortázar, Onetti, Vargas Llosa, Fuentes, Donoso, Cabrera Infante y otros más que radiografiaron, cada uno a su manera, la experiencia de una tierra aún desconocida para el resto del mundo...
Hasta que en 1990 llegó el Nobel a Octavio Paz. El poeta y ensayista mexicano trató de entender y hacernos comprender el origen de lo latinoamericano. A finales de la década del cuarenta era un prometedor poeta mexicano. A partir de ahí, lo suyo sería explorar, conquistar y volver a explorar. En su travesía literaria participó en el neomodernimo, el realismo y otros movimientos...
Ahora, en un día que precede a la luna nueva, esas cuatro maneras de mirar el mundo desde América Latina confluyen en la obra de Mario Vargas Llosa. Realidad mirada de frente, intención de entenderla y comprenderla, de aprender de ella. De una prosa que cuenta a la vez que analiza, y que analiza a la vez que hace soñar. Un escritor que siempre ha tomado el pulso de su tiempo, y como un relojero ha querido saber la función de cada pieza en el transcurrir de ese tiempo. Pero hay un aspecto que también es fundamental: la crítica o análisis literario. Su excelente y entusiasta aproximación a los libros que le apasionan. Su amor por la literatura, y su contagioso entusiasmo.
Y este arco de los seis premios Nobel latinoamericanos se condensa en la frase del propio Mario Vargas Llosa cuando dijo que “América Latina no puede renunciar a esa diversidad que hace de ella un prototipo del mundo”.

lunes, 11 de octubre de 2010

Cuento de Fernando Morote

Me complace incluir en la antología de Escritores Peruanos Contemporáneos al escritor Fernando Morote. Antología que, cada día, va ampliándose gratamente. Fernando es abogado de profesión y escritor desde el fono del alma. Con estudios de literatura en la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Nos une como punto de referencia la experiencia común de haber participado en los Talleres de Creación Literaria del Museo de Arte de Lima, hace tiempo ya.
Fernando, en 1994, publicó un libro de poemas titulado “Poesía Metal-Mecánica” y en 2009, la novela “Los quehaceres de un zángano”. Entiendo que está por salir su más reciente trabajo "Polvos ilegales, agarres malditos".

PODER

-Tenemos que inscribirlo como sea –insiste Nelson.

Le explico las dificultades del caso. El documento no reúne un solo requisito legal. Los registros públicos dejaron de ser hace tiempo lo que fueron en otras épocas. Verdaderas ollas de grillos, festines de coimas para incompetentes. El mundo fácil se acabó con las reformas del nuevo gobierno. Todo es ahora más serio, irracionalmente formal. Los funcionarios y empleados están sometidos a una serie de controles y trabajan bajo mayor vigilancia. Su ética personal y profesional, además, ha sido transformada desde las aulas universitarias. Increíble. Y los que mantienen el espíritu torcido, no se atreven a meter la mano por miedo a perder el sustento. No hay forma.

-Habla con tus amigos –prosigue Nelson- Tal vez puedas convencer a uno de ellos que se haga de la vista gorda.
No existen tales amigos. Aquellos que lo eran, fueron oportunamente despedidos. Y tampoco eran amigos; sólo recursos disponibles.

-¿No conoces a alguien que pueda echarnos una mano? –inquiere Nelson.

Los notarios, por supuesto. Sin duda ellos tienen más influencia que yo. Ellos sí que tienen amigos entre los nuevos registradores, los de la nueva clase con filosofía último modelo.

-El documento no ayuda –dice uno de ellos.

-¿Tienes certificado de vigencia? –pregunta otro.

-¿Puedes conseguirlo? –indaga un tercero.

No lo creo. El poder está extendido en Bahamas. Habría que ir hasta allá para obtenerlo.

-¿Algún contacto? –es la curiosidad de otro notario.

Ninguno que yo conozca. O, mejor dicho, ninguno del que se pueda echar mano. Nadie quiere molestar a nadie. Pero todos quieren el resultado. Y rápido. Porque es urgente. El directorio del banco lo exige.

-Tenemos que inscribir el poder como sea, Fernando –repite Nelson.

Qué puedo hacer.

-Confiamos en ti, Fernando –muy cariñoso Nelson- El asunto está en tus manos.

Mis visitas a los notarios no terminan. Busco por dónde entrarle a la pelota. Veo el arco muy lejos. El balón se desinfla. La única solución es rogar. O hacer trampa.

Haga click aquí para continuar con el cuento en "Escritores Peruanos Contemporáneos"

jueves, 7 de octubre de 2010

Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura 2010,

A las seis treinta de la mañana me enteré de que Mario Vargas Llosa había ganado el Premio Nobel de Literatura. Lo escuché por el radio del auto justo cuando salía del garaje. Qué notición. Estuve tentado a suspender la clase que tenía programada para esa mañana tan temprana, y dedicarme a buscar más noticias sobre el asunto. Luego, quizás, buscar mi novela favorita de Vargas Llosa, y de dedicarme a releerla como una manera de festejar su premiación. Llamar a los amigos con quienes hemos compartido, por larguísimos años, nuestra admiración por el escritor. Escribir un post en mi blog para compartir esta alegría con mis lectores: festejar de alguna manera este reconocimiento que termina por consolidar la trascendencia de Mario Vargas Llosa en la literatura universal. No obstante, la responsabilidad de una clase me esperaba, y entonces decidí esperar a la tarde para regocijarme cómodamente con la noticia. A la siete y media de la mañana ya había recibido veinte mensajes de amigos que compartían la misma noticia alegremente.

La primera novela que leí de Vargas Llosa fue Conversación en la Catedral y – mis amigos más cercanos lo saben – fue la lectura que alteró el curso de mi vida. Aun esta misma mañana, en que que he tenido que pasar por la avenida Tacna, y después de tantos años transcurridos, las primeras frases del libro me parece que reverberaran todavía nítidamente entre sus grises edificios, y luego: automóviles, edificios desiguales y descoloridos, esqueletos de avisos luminosos flotando en la neblina. ¿En qué momento se había jodido el Perú? Claro que las cosas han cambiado, y en este mi país, por fortuna, ya pocos se hacen esa pregunta y, más bien, ahora se dedican a construir un futuro optimista, al menos la mayoría. Sin embargo, cuadros realistas verbales como esa novela, permitieron que entendiéramos que tan al fondo de la desazón estábamos llegando.

A la una de la tarde, entendí que el día iba a ser muy intenso y que no tendría tiempo de escribir nada sobre el tema sino hasta la noche. Eso sí, la noticia del premio estaba en todos lados, y yo diría que en el rostro de la mayoría de personas con las que me crucé había un gesto de orgullo, como tenía que ser.


Después de Conversación en la Catedral, leí la Casa verde y nombres como Lituma, los inconquistables, Bonifacia, Trinidad, Fushía; lugares como Piura, Santa María de Nieva quedaron en mí dando vueltas por mucho tiempo. Con Pantaleón y las visitadoras tuve un descoloramiento inicial porque ahora el escritor planteaba otros recursos narrativos que se alejaban de sus monumentales novelas totalizadoras. Con la Guerra del fin del mundo, para mí, quedó sentado que Vargas Llosa había alcanzado la más alta maestría en la novela contemporánea. Pero, claro, me quedé corto por no entender que el verdadero escritor se reinventa una y muchas veces porque, precisamente, la novela perfecta siempre es la que se está por escribir.

Para las cinco de la tarde, hubo tiempo para un descanso y rápida charla con Renato Zárate sobre el premio. Poco después, intenté una llamada a Madrid para comunicarme con Jorge Eduardo Benavides, el gran compinche de la juventud, con quien pasábamos largas horas leyendo y comentando, una y otra vez, las novelas de Vargas Llosa. Mala suerte. No lo encontré.
Finalmente, ahora que por fin tengo algo de tiempo y de aliento para masticar la noticia, he tenido ganas de escribir primero esta breve nota en este blog de tantas noches, antes de beberme un café y pasar un par de horas releyendo al Sartrecillo Valiente, como lo llamaban sus entrañables amigos Luis Loayza y Abelardo Oquendo. Entiendo que no todos están tienen la misma admiración por Vargas Llosa. Sus ideas políticas y económicas no siempre han sido bien recibidas por algunos; es más, la manera de defender sus ideas, que en el fondo, es la manera de defender su principio más preciado, la libertad, ha causado más de un resentimiento. No obstante, como dijo Martha Hildebrandt en el diario Perú 21, habría que poner al margen todas las distancias extraliterarias para celebrar, en conjunto, que un peruano ilustre haya alcanzado tan elogioso premio.

No más, este escribidor se va a releer Travesuras de la niña mala por un buen rato.
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