jueves, 2 de octubre de 2008

CUENTO DE SANTIAGO RONCAGLIOLO

Actualmente radicado en España, pero permanentemente vinculado con el quehacer del país, Santiago Roncagliolo es uno de los escritores peruanos jóvenes que viene logrando un importante reconocimiento de la crítica internacional. En el año 2006, su novela Abril rojo obtuvo el Premio Alfaguara de novela. Previamente, su novela Pudor ya había dejado claro que era un escritor de buen oficio.
Cuelgo este cuento que, amablemente, me envió Santiago para que sea parte de esta lista cuentos de escritores actuales que se está formando en la página de Escritores Peruanos Contemporáneos.


EL PASAJERO DE AL LADO

Fue sólo un susto.
El frenazo y el golpe. Los golpes. Estás un poco aturdido, pero puedes moverte. Abres la portezuela y te bajas sin mirar al taxista. No te duele nada. Eres un turista. Tu única obligación es pasarlo bien.
Para tu suerte, un autobús frena en la plaza. Te subes sin ver a dónde va. Caminas hacia al fondo. Aparte del mendigo que duerme, no hay nadie más ahí. Te sientas. Miras por la ventanilla. La ciudad y la mañana se extienden ante tus ojos. Respiras hondo. Te relajas.
En la primera parada, sube una chica. Tiene unos veinte años y es muy atractiva. Rubia. Todos aquí son rubios. Es la chica que siempre has querido que se siente a tu costado. Va vestida informalmente, con jeans ajustados y zapatillas. Su abrigo está cerrado, pero sugiere su rebosante camiseta blanca. Se sienta a tu lado. No puedes evitar mirarla.
Notas que te mira.
Al principio es imperceptible. Pero lo notas. Voltea a verte rápidamente con el rabillo del ojo, durante sólo un instante. Cuando le devuelves la mirada, vuelve a bajar los ojos. Se ruboriza. Trata de disimular una sonrisa. Finalmente, como venciendo la timidez, dice coqueta:
-¿Qué estás mirando? ¡No me mires!
Vuelve a apartar la vista de ti, pero ahora no puede dejar de sonreír. Hace un gesto, como cediendo a su impulso:
-¿Por qué me miras tanto? ¿Ah? Ya sé -Ahora se entristece-. Se me nota ¿No? ¿Se me nota? Pensaba que no -Sonríe pícara-. ¿Te la enseño? Si se me nota, ya no tengo que esconderla. ¿Quieres verla? -Se da aires de interesante, pone una mirada cómplice y habla en voz baja, como si transmitiese un secreto-. Está bien, mira.
Se abre el abrigo y deja ver una enorme herida de bala en su corazón. El resto del pecho está bañado en sangre.
Ríe pícaramente y se pone repentinamente seria para anunciar:
-¿Ves? Estoy muerta.

Haz click aquí para seguir con el relato en el blog Escritores Peruanos Contemporáneos

2 comentarios:

Xtopher dijo...

Interesante, yo tambien escribi un par de cuentos cada vez que podia: http://xto-pher.blogspot.com pero ahora cada vez que puedo posteo algo, las clases no siempre dejan.

Gabriel Cueva dijo...

Bien elaborado. Me gustó. Aunque debo preguntar: ¿Murió el narrador en el accidente?