viernes, 7 de septiembre de 2007

ADIOS, LUCIANO PAVAROTTI




DESCANSA EN PAZ, GRAN TENOR

No hay nada nuevo que agregar a todo lo que se ha escrito y se sigue escribiendo a propósito del fallecimiento de Luciano Pavarotti. Sólo mi más profunda condololencia por su partida. Sé que la muerte es un encuentro inevitable que todos tendremos que enfrentar más tarde o más temprano. Ya se sabía que el gran tenor estaba enfermo y que esto era inevitable; pero, igual, siempre va a molestar que la muerte tenga la costumbre de no diferenciar a unos de otros, que tenga a veces que arrastrar al cuerpo por la humillación de la agonía y el deterioro. En casos como éste, uno piensa si no debería haber una distinción para quienes dejan una huella intensa como la vida de ese tenor y evitarles el trámite farragoso y deprimente de la enfermedad. En fin, palabras escritas sin mucho orden y sin más motivo que la pena por esta despedida.

De otro lado, me parece mezquino que algunos aprovechen momentos como éste para denostar contra Pavarotti o contra cualquiera en un momento como este. Si fue el mejor, o no. Si acaso su egolatría era más intensa que su portentosa voz, o no. Si con él termina una tendencia ya caduca o que en él se consolidó una manera de llevar un género selecto hasta la gente común, es cosa que se puede decir después o de otra manera. Por ahora, sólo queda decir QUE DESCANSE EN PAZ, PAVAROTTI.

NOTA:Cuelgo para ustedes un video en donde el tenor demuestra su talento y su deseo de proyección y difusión de la música. Pavarotti & U2 (Bono) - Ave María

3 comentarios:

Anónimo dijo...



Hoy estuve por Atlantic City con unos amigos y en el hotel donde estaban las huellas de sus manos en la pared y dejaba un msjito...

:(


Jen dijo...

hola Richard, soy Jennifer Thorndike... al fin pude encontrar tu blog! jeje gracias por presentarme. Si entras a mi perfil están los links a mi dos blogs.
un abrazo
Jen

Anónimo dijo...

Es cierto que la muerte tenga que ser tan cruel a veces cuando te visita. dices bien en eso de tener que aceptar que morir es fatalidad necesaria.
Tu amiga, de siempre