martes, 10 de julio de 2007



LEYENDO A FERNANDO VALLEJO

Acabo de terminar la novela del escritor colombiano Fernando Vallejo, El desbarrancadero. Novela galardonada con el Premio Rómulo Gallegos en su XIIIª edición, 2003. Sé que siempre voy un poco atrasado en mis lecturas y, seguramente, hoy estoy redactando una nota ya pasadita para algunos de mis amigos escritores que leen con mayor disciplina y rapidez. Pero ellos comprenden que este blog tiene sus cosas y sus características. Entre otras, servir de puente de media altura para quienes van más calmados por la vía literaria.
Ahora bien, la lectura no me defraudó; más bien, me mantuvo cautivo durante sus 194 páginas. Narrado en una primera persona intencionalmente confundida con el escritor (para quienes no los sepan, no debe confundirse voz narrativa con escritor) tuvo el efecto esperado para que la voz narrativa pudiera explorar todas sus odios y simpatías, sus temores y rencores sin el resquemor de perder objetividad para el lector. Con este recurso narrativo, Vallejo, sin ocultarse detrás de de una pluralidad de máscaras logra asumir sin disimulos sus amores y sus odios. Por eso - dice en la contracarátula del libro - ante este escritor no se caben términos medios: o se toma o se deja.

La novela narra la decadencia y desintegración de una familia de Medellín. El narrador y mayor de nueve hermanos, regresa al hogar, después de años de vivir en México, para asistir a su hermano Darío quien está muriendo de Sida, y a su padre también enfermo. De poco sirven sus esfuerzos y sus conocimientos de medicina, pues los dos mueren tras penosas agonías, pero el reencuentro al menos le permite recuperar, a través de largas conversaciones, los buenos momentos vividos con ambos: la infancia al lado del padre y las aventuras de juventud con Darío, en las que los hermanos (los dos homosexuales) incurrían en excesos de todo tipo. Todos los problemas y desgracias familiares, a decir del narrador, son de la madre, a la que denomina "la Loca" Mujer que nunca trabajó y obligó a su esposo a mantener una familia demasiado numerosa y complacerla en todos sus caprichos. Las diatribas de Fernando están dirigidas también contra el menor de los hermanos, los políticos colombianos y toda institucionalidad religiosa.


La coincidencia a mi favor es que Vallejo probablemente esté entre nosotros durante la Feria Internacional del Libro de Lima. Se espera que se mueva el ámbito literario porque Vallejo suele ser un escritor confrontacional que no tiene tapujos en decir lo que piensa y que, al parecer, piensa en contracorriente de lo establecido.
Para muestra baste con agregar en febrero de 1971 se trasladó a Ciudad de México, donde produjo el total de su obra. Desde entonces no ha vuelto a vivir en Colombia. En abril del año 2007, obtuvo la nacionalidad mexicana y el 8 de mayo del mismo año renunció a la colombiana. Una declaración suya publicada por Caracol Radio, el mismo día de su renuncia a la ciudadanía colombiana, dio la vuelta al mundo y causó reacciones encontradas en casi todos los medios de Colombia.Al renunciar a su nacionalidad Fernando Vallejo se refirió a su pais como "esa mala patria de Colombia".
En el post inferior transcribo un fragmento de este reciente lectura mía.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buena idea esa de ir dando nota de los libros que se han leido. Orienta a algunas que no sabemos que comprar cuando pasamos por la libreria.
J

Anónimo dijo...

hello profesor, esta interesante su blog; resumir los libros que usted va leyendo y darle su punto de vista me parece interesantísimo; lastima que los libros originales aquí en Perú son muy caros, incluso a veces uno tiene que recurrir a la piratería que en muchos casos, tiene errores terribles.