lunes, 19 de enero de 2009

El escribidor de Obama

Hombres talentosos dependen de otros hombres también talentosos. Barack Obama es uno de los ejemplos más recientes, quien tiene en el joven Jon Favreau a uno de los pilares de su retórica de la esperanza con la cual el día 20 de enero llegará a ser el hombre más poderoso del planeta. La nota siguiente fue recogida de El Comercio.

Cuando Jon Favreau conoció a Barack Obama en 2004 tenía solo 23 años. Ahora es el principal encargado de redactar los discursos de quien mañana será investido presidente de Estados Unidos y se ha hecho famoso por sus dotes de orador.

Favreau, a quien todo el mundo llama Favs, y el próximo presidente estadounidense se cruzaron en un momento crucial para Obama, en julio de 2004.

Fue entonces, durante la convención del Partido Demócrata en Boston, cuando Obama, un desconocido senador estatal de Illinois, pronunció el discurso que lo lanzó a la escena política nacional.

"No hay un EE.UU. blanco y un EE.UU. negro, sino los Estados Unidos de América", dijo quien mañana se convertirá en el 44 presidente del país en un discurso conciliatorio e impregnado de esperanza.

En una de esas casualidades del destino, Favs, que trabajaba en 2004 para la campaña del entonces aspirante presidencial demócrata John Kerry, se encontraba en la parte trasera del escenario mientras Obama ensayaba su discurso.

Y en un momento dado interrumpió a Obama para advertirle de que tenía que cambiar una frase porque había una repetición."Se me quedó mirando, un tanto confundido como diciendo, quién es este joven", recordó Favreau el año pasado en una entrevista con el diario The New York Times.

La derrota de Kerry en las elecciones presidenciales de noviembre de 2004 dejó a Favs desempleado pero con buenos contactos que lo recomendaron a quien ahora es su jefe.Obama tenía entonces bastante tiempo libre, y él y Favreau se conocieron bien.

Favs se impregnó de lleno de la retórica de Obama para poder redactar discursos que reflejaran su voz.

El engranaje entre ambos, a juzgar por los resultados, ha funcionado a la perfección.Los dos han trabajado estrechamente en el discurso más importante de Obama, el que pronunciará mañana frente al Capitolio estadounidense.

Según Jen Psaki, portavoz de la oficina de transición de Obama, éste se reunió con Fravreau y su asesor político David Axelrod antes de la celebración de Acción de Gracias, que tiene lugar el cuarto jueves de noviembre en EE.UU.

Favreau acabó el primer borrador a principios de diciembre.Tras conversaciones adicionales con Obama, Favreau y su equipo escribieron un segundo borrador durante las vacaciones de Navidad.

Hace dos fines de semana Obama editó y reescribió el discurso tras recibir varios comentarios y sugerencias de Axelrod y Favreau.

Se espera que el texto provoque la inspiración de John F. Kennedy, refleje los sueños de Martin Luther King y los desafíos que afrontó Franklin Delano Roosevelt, quien en 1933 dijo a sus compatriotas sumidos en la Gran Depresión que lo único que tenían que temer era al miedo en sí.

Obama ha dicho que el principal objetivo de su discurso es definir el momento histórico en el que se encuentra EE.UU.."Creo que esa es la principal tarea para mí en un discurso de investidura (...) el intentar capturar lo mejor que puedo el momento en el que nos encontramos", dijo en una entrevista reciente con la cadena de televisión ABC.

El contenido del discurso es un gran secreto, pero Favreau no oculta que acude a las palabras de JFK, de su hermano Robert Fitzgerald Kennedy y de Martin Luther King en busca de inspiración.

En cuanto a sus predecesores, los encargados de escribir discursos para presidentes, ha confesado que Peggy Noonan, quien trabajó para Ronald Reagan es su favorita.Noonan reconoció el año pasado que el mensaje de Obama es efectivo porque, dijo, va unido a la persona que lo pronuncia y a la inspiradora historia de su vida.

Favreau dice admirar también a Michael Gerson, quien trabajó para el presidente saliente George W. Bush.Obama descubrió su poder dialéctico durante una marcha contra la segregación racial en la universidad en la que se dio cuenta de que había captado la atención de los asistentes tras empezar a hablar.

"Los congregados se quedaron callados y me miraban", recuerda en sus memorias: "Dreams From My Father" (Sueños de mi padre).

Mañana captará también la atención, pero de un grupo mucho más numeroso: los millones de personas dentro y fuera de EE.UU. que están pendientes de su toma de posesión.
Tomado de El Comercio

De esta Feria no me Libro

Feria del Libro de Trujillo 2009

Que exista Ferias de Libros en todo el Perú y que a estas asistan escritores de la talla de Vargas Llosa es una noticia que hay que difundir y aplaudir. El esfuerzo llega del norte: la ciudad de Trujillo organiza por todo lo alto su cuarta feria. Desde este 22 de enero hasta el 1 de febrero lo mejor de la literatura de nuestro país se reunira en el Complejo Mansiche en torno al amor por los libros. Entre las novedades es el concurso de cuento que esta feria también organiza. Trujillo tiene fama de ser una ciudad muy culta, y esta feria lo confirma.

Destaca la conferencia magistral dada por Mario Vargas Llosaen Huanchaco el 23 de enero titulada "Los secretos de un novelista".

El enlace para toda la información en http://www.ferialibrotrujillo.com/.  

CUENTO DE DIEGO TRELLES PAZ

He conseguido que Diego Trelles me envíe uno de sus cuentos. Creo que es un muy buen relato de sólida construcción que, de paso, muestra entrelíneas los demonios literarios que acompañan al escritor. Nuestro invitado estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Lima, con especialización en cine y periodismo. Es doctor en literatura hispanoamericana por la Universidad de Austin, Texas. Es autor del libro de relatos Hudson el redentor (y otros relatos edificantes sobre el fracaso) (2001), de la plaquette Borges en Austin (2004), y de la novela El círculo de los escritores asesinos (Barcelona, 2005) que será traducida al italiano en 2009. Relatos suyos han aparecido en las antologías Destellos digitales. Escritores peruanos en los Estados Unidos (New York, 2005), Pequeñas resistencias 4. Antología del nuevo cuento norteamericano y caribeño (Madrid, 2005) y Nacimos para perder (2008).
Por supuesto, mayor información en el blog de Escritores Peruanos Contemporáneos. Por ahora quedémonos con su voz narrativa.


Sección surrealista en el Harry Ransom Center

Así como ustedes, muchachos, yo tampoco creía en fantasmas y si hubiera escuchado alguna de las historias que ahora le cuento a Mario, mi psicólogo, sin duda alguna habría dicho pobre tipo y luego, convencidísimo, habría agregado: se volvió loco o se hace el loco, o mejor aún, acaba de enloquecer, o bien ya de plano se alocó, y el mundo, muchachos, escúchenme bien esto, el mundo es una interminable broma negra pero al menos yo, no sé si ustedes pero yo, el oficial Warren Supten, ex vigilante nocturno del glorioso Harry Ransom Center de la Universidad de Austin, aquí, a mis cuarenta y pico de años y siempre listo al llamado del orden, aún me encuentro a salvo.
¿A salvo de quién o de qué? Ah pues qué chinga eso ahorita mismo no lo entiendo bien. Ni ahora ni antes. Y es que, antes, lo que se dice hace un chingo de años, yo no hablaba así. Por ejemplo, hará seis meses nomás, broma era para mí sinónimo de chiste o de burla o de chanza, y negro era una palabrita prohibida que yo no hubiera podido usar nunca de los nuncas para hablar, por ejemplo, de los pinches negros. (Mario mi psicólogo —se los digo así en voz baja— los llama ‘afro americanos’ y si son chinos los llama ‘asiáticos’ y si son latinos los llama ‘hispánicos’ y si son indios los llama ‘hindúes’, y así le va muy bien en esto del networking porque lo dice de una manera tan correcta y musical que me cuesta imitarlo cuando me corrige con el acento y la cordialidad del blanco-texano que en realidad no es).
Dice, además, dos cosas estupendas sobre los fantasmas. La primera, Warren —me mira, lo escucho— es que parecen muy reales pero en realidad son el producto de un delirio, de una anomalía mental que es perfectamente controlable si uno la acepta y, claro, Mario, faltaba más, yo la acepto y eso se los he dejado bien clarito a todos los pinches fantasmas. La segunda es que hablar con ellos no debe entenderse necesariamente como un comportamiento sicótico porque hay una serie de ciencias oscurantistas con teorías no del todo descabelladas sobre el tema. Esto, desde luego, me tranquiliza. No he podido estar tranquilo desde que me corrieron del museo. A veces me entran ataques de pánico. A veces me pongo a llorar largo y tendido hasta que me duermo. Los días que no pasa ni lo uno ni lo otro, tengo unas ganas enfermas de ponerme el uniforme azul y volver al Harry Ransom Center a despertar a André y a Antonin y a Louis y a Paul para hablar más.
Si no fuera por mi pobre vieja, que sufre como nadie cuando digo estas cosas, ya lo habría hecho. Digo vieja y ustedes seguro piensan que hablo de mi mamá pero se equivocan. Mi vieja es mi mujer, Leonora Eulalia Campos Santos, señora y madre de mi guacho, el gran Miguelito Thomas Sutpen Campos. Esta es mi familia y yo soy Warren Sutpen y declaro ya mismo que me debo en corazón, cuerpo y alma a ella y a Trilce, nuestro hermoso perro labrador, un pastor alemán al que Miguelito llama Spooky con una terquedad que deberá acabársele pronto si quiere triunfar en la vida. Claro, lo gacho es que cuando no estoy presente, Leonora también lo llama Spooky porque, según dice, Trilce no es un nombre sano para una mascota. Mi pobre vieja. Ni siquiera sabe lo que significa y ya está chingando. Le he dicho una y mil veces que Spooky es nombre para perros gringos y jotos y el nuestro es bien mexicano y, si no le hubieran cortado las bolas, las tendría grandotas como los toros...
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Publicidad y arte

No es que no seamos creativos, más precisamente, no es que nuestros publicistas no propongan una serie de trabajos de "concepto", es decir, trabajos que equilibran el parecer una obra de arte y el mensaje persuasivo para el consumidor; la capacidad no es el motivo que nuestras pantallas televisivas o los paneles en las calles nos hagan sufrir con tandas publicitarias sesgadas, llenas de estereotipos y, a veces, sorprendentes propuestas ingenuas y de mal gusto. La culpa tal vez se explica en el círculo vicioso que es el mercado y la idea de que el público "no lo entenderá" o la genialidad de creer que "esto por más tonto que sea, se queda en el cliente" o peor aún "esto es lo que le gusta a la gente". Mientras unos se limiten a vender detergentes mágicos que hacen volar a las amas de casa (¿?) y otros recurran al cuerpo para atraer los ojos de los consumidores, las posibilidades que da la publicidad a la creatividad se vera reducida a nada. El talentoso César de María organiza una exposición de lo mejor de la publicidad gráfica que nunca vio la luz. Recomendamos darse una vuelta por Miraflores para comprobar el talento peruano.

"Este jueves [15 de enero] se inaugura una muestra en la cual los creativos gráficos de siete agencias publicitarias muestran lo que nunca mostraron, lo que no salió jamás porque no hubo oportunidad, o porque no se atrevieron ellos (o sus clientes), o porque no hubo plata o porque todo cambió. Han decidido reemplazar la frustración por el orgullo, vencer el miedo y exhibir su enorme talento. Tienen que verla: yo iré (porque yo la organizo). Se titula Lo que no vio la luz. Galería el Ojo Ajeno en el Centro de la Imagen, Av. 28 de Julio 815, Miraflores. Participan Circus, El Garaje Lowe, JWT, Mayo, Publicis, Taller 4 y Young & Rubicam. 

domingo, 18 de enero de 2009

Los Reyes Magos de Lima

Pizarro se encontraba en Pachacámac con la idea fija de erigir la capital no en Jauja ni en el Cusco por razones mediterráneas, lo que el Conquistador deseaba era que la principal ciudad de estas tierras tuviera salida al mar. Empezando el enero de 1535, precisamente el día 6, día de los Reyes Magos, Pizarro encomendó a tres soldados de a caballo para que explorasen el valle del río Rimac con el fin de encontrar el lugar idóneo. Así, Ruy Díaz, Juan Tello de Guzmán y Alonso Martín de Don Benito, después de una semana de buscar, regresaron al campamento porque habían encontrado el lugar que tenía "buen viento, buena agua, buena tierra, buena hierba, buenos bosques, buenos indios y buen puerto". Pizarro estuvo conforme, hizo contacto con el curaca Taulichusco, quien residia en un pueblo llamado Lima, muy cerca a un río muy sonoro.

Lima se fundó el 18 de enero, se fundó con el nombre de Ciudad de los Reyes del Perú, no por los Reyes españoles, sino por los tres Reyes Magos de la Epifanía, además porque las coincidencias se convierte en un motor de la historia, porque fueron tres los soldados quienes partieron para buscar la capital, y porque la encontraron. En nuestro escudo, se lee "hoc signum vere regum est" que en español es "verdaderamente este signo es signo de reyes". El signo, como todos sabemos, presenta un significado arbitrario, que dependerá de un grupo de personas. No fueron Melchor, Gaspar y Baltazar, no fueron esos significantes; fueron Ruy, Juan y Alonso, un significante parecido por el número. En ese 1535, esos tres hombres representaron a unos Reyes Magos que trajeron albricias para los que esperaban. Lo que pasó después con esos hombres es motivo de otra historia.

sábado, 17 de enero de 2009

CUENTO DE ISAAC GOLDEMBERG

Su obra ha sido traducida a varios idiomas y publicada en numerosas revistas y antologías de América Latina, Europa y los Estados Unidos. Ha recibido varios premios y distinciones. En el 2001 su novela La vida a plazos de don Jacobo Lerner fue seleccionada por un distinguido grupo de críticos y escritores internacionales, convocado por el National Yiddish Book Center de Estados Unidos, como una de las 100 obras más importantes de la literatura judía mundial de los últimos 150 años. Actualmente es Profesor Distinguido de Hostos Community College de The City University of New York, donde dirige el Instituto de Escritores Latinoamericanos y la revista internacional de cultura Hostos Review. Isaac Goldemberg nos envía un cuento en donde el lenguaje tierno y evocativo camufla hábilmente un relato de corte realista.




MISA DE SEMANA SANTA

Por ese entonces yo tenía seis años y la única comida que me gustaba era la de mi abuela Jesús, una verdadera artista de la cocina. Mano prodigiosa. De bruja. Mi mamá y yo vivíamos en su casa, junto con el abuelo, más mis doce tíos, todos hermanos y hermanas de mi mamá. Así que con tantas bocas que alimentar, más la casi patológica tacañería de mi abuelo, mi abuela tenía que hacer malabares para que no faltara comida en esa casa. Por eso tenía su corral donde criaba gallinas, cuyes, conejos. Yo la ayudaba en la cocina: le molía el ají y el culantro, le espulgaba el arroz, le avivaba el fogón, le traía agua de la tinaja y le hacía los mandados. Y más de una vez la vi degollar, con mano certera y una amplia sonrisa, a una gallina o a un conejo, como si Dios los hubiese puesto en su corral para nuestro sustento. De cualquier cosa hacía un manjar, pero su especialidad era el estofado de pollo. Una verdadera delicia. Embriagador. Lo preparaba sencillo, su arroz y su papa, pero con una sazón que todos en casa atribuían a sus artes de bruja. Todavía recuerdo, al cabo de casi cincuenta años, lo que fue, para mi, su último estofado.
Fue un día cualquiera de Semana Santa. A eso de las once de la mañana, mi abuela anunció que iba a preparar estofado para el almuerzo. Yo me apresté a ayudarla pero ella me ordenó que me fuera a la iglesia y que no regresara, por nada del mundo, hasta la hora de almuerzo. El par de horas que duró la misa yo tenía la boca hecha agua. Toda la iglesia olía a ají, a culantro. Empecé a sentir algo extraño, la cabeza me daba vueltas. Me pareció que al Cristo de la cruz le salían alas y escuché el chillido de un gallo. Me salí corriendo de la iglesia y me regresé a la casa. Todos ya estaban sentados a la mesa. Comían extasiados, como transportados a una especie de paraíso. Yo comí despacio, apachurrando el arroz con la papa, saboreando cada bocado, rezando en mis adentros para que no se vaciara mi plato.
En eso oí un chasquido. Era el abuelo, que, relamiéndose los labios, exclamó suspirando: “¡Carajo, qué bueno que había estado el cojo!”
La comida regresó desde mi estómago al plato. Clavé mis ojos en los de mi abuela y ella me devolvió una mirada de piedra, ordenándome que contuviera las lágrimas. El cojo era mi pollo. Mi mascota. Mi pata del alma. Casi mi hermano. Todos le decían el cojo porque rengueaba de la pata derecha, pero se llamaba Jesús. El nombre se lo puse yo, en honor a mi abuela. Y justo, por pura coincidencia, nos lo comimos en Semana Santa. Años más tarde, a mi abuela Jesús le amputaron la pierna derecha.


viernes, 16 de enero de 2009

El curioso caso de Benjamin Button

A propósito del inminente estreno de "El curioso caso de Benjamin Button", les doy el dato que el guión se basó en el cuento homónimo de F. Scott Fitzgerald, gran cuentista estadounidense, autor de "El gran Gatsby". Les dejó las primeras líneas del cuento, tomado de la edición Alfaguara, y el dato para que puedan leerlo íntegramente.

Fue difícil vender El extraño caso de Benjamin Button (aparecido en la revista Collier el 21 de mayo de 1922). Fitzgerald le escribiría más tarde a su agente Harold Ober: « Ya seque las revistas sólo quieren mis relatos sobre chicas a la moda; los problemas que has tenido para vender Benjamin Button y Un diamante tan grande como el Ritz lo demuestran». Benjamin Button fue su segundo relato (le había precedido The Cut-Glass BowL en 1920) de corte fantástico o superreal, un estilo en el que escribió algunos de sus cuentos más brillantes y que quizá le atraía por su tensión entre romanticismo y realismo, por el desafío que la fantasía plantea: convertir lo imposible en verosímil. Fitzgerald explicó la génesis de Benjamín Button cuando lo incluyó en sus Cuentos de la era del jazz: «Me inspiró el cuento un comentario de Mark Twain: era una lástima que el mejor tramo de nuestra vida estuviera al principio y el peor al final. He intentado demostrar su tesis, haciendo un experimento con un hombre inserto en un ambiente absolutamente normal. Semanas después de terminar el relato, descubrí un argumento casi idéntico en los cuadernos de Samuel Butler.»

I. 
Hasta 1860 lo correcto era nacer en tu propia casa. Hoy, según me dicen, los grandes dioses de la medicina han establecido que los primeros llantos del recién nacido deben ser emitidos en la atmósfera aséptica de un hospital, preferiblemente en un hospital elegante. Así que el señor y la señora Button se adelantaron cincuenta años a la moda cuando decidieron, un día de verano de 1860, que su primer hijo nacería en un hospital. Nunca sabremos si este anacronismo tuvo alguna influencia en la asombrosa historia que estoy a punto de referirles. 

Les contaré lo que ocurrió, y dejaré que juzguen por sí mismos. 

Los Button gozaban de una posición envidiable, tanto social como económica, en el Baltimore de antes de la guerra. Estaban emparentados con Esta o Aquella Familia, lo que, como todo sureño sabía, les daba el derecho a formar parte de la inmensa aristocracia que habitaba la Confederación. Era su primera experiencia en lo que atañe a la antigua y encantadora costumbre de tener hijos: naturalmente, el señor Button estaba nervioso. Confiaba en que fuera un niño, para poder mandarlo a la Universidad de Yale, en Connecticut, institución en la que el propio señor Button había sido conocido durante cuatro años con el apodo, más bien obvio, de Cuello Duro. 

La mañana de septiembre consagrada al extraordinario acontecimiento se levantó muy nervioso a las seis, se vistió, se anudó una impecable corbata y corrió por las calles de Baltimore hasta el hospital, donde averiguaría si la oscuridad de la noche había traído en su seno una nueva vida. A unos cien metros de la Clínica Maryland para Damas y Caballeros vio al doctor Keene, el médico de cabecera, que bajaba por la escalera principal restregándose las manos como si se las lavara —como todos los médicos están obligados a hacer, de acuerdo con los principios éticos, nunca escritos, de la profesión. 

El señor Roger Button, presidente de Roger Button & Company, Ferreteros Mayoristas, echó a correr hacia el doctor Keene con mucha menos dignidad de lo que se esperaría de un caballero del Sur, hijo de aquella época pintoresca.

Para leer el cuento íntegramente copiar este enlace: http://www.scribd.com/doc/10904195/El-Extrano-Caso-de-Benjamin-Button

jueves, 15 de enero de 2009

Volvió la China Tudela

Se anunció en la edición de Caretas anterior y se confirmó en la de hoy, jueves, la China Tudela ha vuelto de sus vacaciones, u ostracismo, para rajar de toda Lima. Nuevamente, Rafo León publicará su tan limeñísima columna "China te cuenta que..." donde repasa desde un punto de vista singular el quehacer político y social peruano. Les dejo con sus primeras palabras, lamentablemente, la edición online está reservada para suscriptores. Solo nos queda comprarla.

"Cholita, qué crees, llego a mi casa hecha un watex de cansancio, pucha, con seis días de vuelos entre Mahabaratarkandastara, que queda en el culo del Ganges, con un jet lack que te lo juro, casi se me borran del disco duro los dos años de meditación vehédica que estuve trabajando con mi swami Cachaparada hasta que un día el viejo se me mandó, hija, y yo salí cueteada del monasterio y no paré hasta Benarés, donde me conseguí un brasileño regio que me trajo de vuelta a la terrenalidad después de tanta huevada transcendentalista, bueno, llego al Jorge Chávez y ahí hago conciencia de que he regresado a mi patria querida..."

martes, 13 de enero de 2009

El Prado en Google Earth


Es una buena noticia que los museos del Europa también se abran al mundo y permitan mostrar los tesoros que en ellos se guardan. Gracias a Google Earth y el Museo del Prado cualquier internauta, debidamente provisto de una computadora, podrá observar al detalle, o al detalle que la alta resolución permite, un conjunto de obras maestras de la pintura. Es cierto, no es lo mismo que estar en una de las salas sentado observando en silencio cómo las ideas cobran forma o cómo el color puede imitar la vida, pero ya es un gran avance. Los amantes de la pintura celebramos la noticia.

Madrid (EFE) .- El dicho de "una imagen vale más que mil palabras" se cumple en el proyecto lanzado por Google y el Museo del Prado, que permite contemplar catorce obras maestras pertenecientes a la colección de la pinacoteca española en mega alta resolución a través de Internet.

Esta iniciativa, denominada "Obas maestras del Prado en Google Earth", permitirá ver detalles de los cuadros que el ojo humano no puede percibir directamente y convierte al Prado en el primer museo internacional en el que es posible acercarse a catorce pinturas reproducidas a tamaño natural.

La costura en el lienzo de "Las Meninas" de Velázquez, los detalles escondidos en "El Jardín de las delicias" de El Bosco, las lágrimas casi imperceptibles de San Juan en "El Descendimiento" de Roger van der Weyden o la abeja que se posa en una flor de "Las tres Gracias" de Rubens se hacen visibles.

Este proyecto también da la posibilidad de contemplar en toda su dimensión "El emperador Carlos V, a caballo, en Mühlberg" de Tiziano. Completan la lista de las catorce obras maestras "La Crucifixión" de Juan de Flandes; "El caballero de la mano en el pecho", de El Greco; "El sueño de Jacob", de Ribera; "El 3 de mayo", de Goya; "La Anunciación", de Fra Angelico; "El Cardenal", de Rafael; "La Inmaculada Concepción", de Tiepolo; "Autorretrato", de Durero, y "Artemisa", de Rembrandt.

La selección de estas obras responde a la propuesta que hace el propio Museo del Prado en su página web; son obras que se consideran imprescindibles desde un punto de vista didáctico ya que en ellas están representadas las escuelas presentes en la colección del Museo.

Así lo explicó durante la presentación el director del Prado, Miguel Zugaza, para quien también podrían haber sido seleccionadas cualquiera de las otras mil obras expuestas.Aunque estas imágenes no pueden sustituir a la experiencia de contemplar la obra de arte en directo, "el nivel de calidad de excelencia del trabajo acerca la obra a nivel universal y permite llegar a un detalle inalcanzable con la obra en directo", comentó.

El director del Prado también dijo que no hay mejor manera de rendir tributo a los maestros del arte que universalizando sus obras. Esta universalización es uno de los objetivos del proyecto pero también, "más allá del deleite de las imágenes", Zugaza quiso destacar la importancia del mismo para la investigación y la docencia, aspectos a los que incorpora un nuevo valor. La precisión extraordinaria lograda "permite observar hasta los detalles de restauraciones llevadas a cabo, así como experimentar un placer extraordinario al poder contemplar cada uno de los fragmentos de una obra de una complejidad tan extraordinaria como el Jardín de las delicias", señaló Zugaza.

Así, bromeó con el hecho de que Goya y Velázquez "estarían atemorizados" ante el descubrimiento de estas precisiones "y se sentirían fascinados como nosotros". A través de la imagen digital "se ve la disección científica, aunque en ella no vamos a contemplar el alma que se halla en la contemplación directa de la obra", dijo el director, y aseguró que el futuro de los museos tendrá que ver con las nuevas tecnologías y las nuevas formas de comunicación". El proyecto, único en el mundo, según recordó Javier Rodríguez Zapatero, director de Google España, "es un avance más en la democratización del acceso a la información y la cultura, en este caso acercando el arte a todo el mundo".

Sin coste alguno para el Prado, la iniciativa, que podría verse ampliada dependiendo de su acogida, permite contemplar imágenes con cerca de 14.000 megapíxeles y una precisión 1.400 veces superior a la que se obtendría con una cámara digital de 10 megapíxeles.

Nota aparecida en El Comercio

La envidia subjetiva

La envidia, pecado capital, se define en el ser humano como el simple hecho de querer con ciertos tintes negativos lo que otro posee. La envidia ha sido un motor frecuente en la historia de la literatura. Recuerdo como en algunas clases de literatura, en esas veces que me aventuraba a contar sobre lo que había leído sin mayor rigurosidad que el amor por la literatura, les decía a mis alumnos que los celos en la obra Otelo de Shakespeare no se debía entender como solo la pasión amorosa que siente el moro de Venecia, es cierto, la envidia cuando de amor se habla se convierte en celos. ¿Habrá alguna diferencia? Celo se define como el recelo que alguien siente de que cualquier afecto o bien que disfrute o pretenda llegue a ser alcanzado por otro. En cambio, envidia, es el deseo de algo que no se posee. Entonces, ambos poseen algo en común: desear aquello que no se tiene. Otelo monta en cólera, cegado porque otro poseía lo que era suyo. Hyago envidiaba lo que tenía Otelo. Entonces, les explicaba cómo este sentimientro movilizaba la obra. El escritor Jean-Francois Fogel advierte en el estupendo libro El viaje a la ficción de Vargas Llosa los hilos de la envidia que en nuestro escritor se transformaron en tributo.


El ensayo de Mario Vargas Llosa sobre Juan Carlos Onetti (El viaje a la ficción, Alfaguara) pertenece a un género específico: escritores que escriben sobre escritores. Son textos que dicen tanto sobre el autor como sobre su tema. Más allá de la expresión de una admiración hay envidia o desconcierto:¿Cómo puede ser una obra tan potente? En el caso de Vargas Llosa frente a Onetti, veo:

 
1. El celo de la crueldad. Me explico: Onetti es un autor que insulta y ridiculiza a sus personajes. Vargas Llosa no sabe o no se atreve a hacerlo. En el momento de escribir su ensayo, descubre que no tiene aquella violencia.
 
2. La pasión para Faulkner, compartida por ambos autores. Las páginas sobre la influencia de Faulkner son excelentes. Pero no se trata de la influencia de Faulkner sobre Onetti. Se trata de lo que Vargas Llosa sabe de Faulkner. Vale la pena escucharle.
 
3. El celo para la creación de la ciudad imaginaria de Santa María. No existe un lugar parecido en la obra de Vargas Llosa. Y con gran honestidad, el escritor peruano compone lo que es para mí la frase clave de su texto: "Santa María es una realidad literaria, ficticia, artificial: una antirrealidad" (página 95). ¿Cuántos autores pueden como Onetti, dentro de una misma novela, ubicar un mismo personaje a veces en la realidad y a veces en la ficción? Muy pocos, Vargas Llosa no figura entre ellos pero explica el proceso en la obra de Onetti con una transparencia genial.
 
4. El desconcierto frente al estilo de Onetti: "inusitado, infrecuente, intricado, a veces hasta la tiniebla, a menudo neblinoso y vago" (página 115). Para decirlo de manera rápida: la casa de Onetti es un caos; la casa de Vargas Llosa es la casa de un señor donde cada cosa está en su lugar. Cuando escribe, Onetti no se comporta bien, con el lenguaje y con sus personajes, tiene un "estilo crapuloso" según Vargas Llosa: me encanta esta manera de decirlo.

El libro de Vargas Llosa me parece de una lectura imprescindible por los amantes de la literatura. Pero aún más por los que se interesan en América latina, pues Mario Vargas Llosa proclama en una especie de mensaje político obvio (y no solo una vez sino dos veces) la victoria de la ficción sobre la realidad en la política del continente. Después de reconocer a los personajes de Onetti el derecho a la desesperanza, a la frustración y, al final, el derecho a fugarse a lo imaginario, denuncia este mismo comportamiento en los habitantes del continente que optan "por lo irreal" en su vida real, creyendo en revoluciones y lideres locos. La victoria de la ficción sobre la realidad se puede aguantar en una novela pero es insoportable, para el novelista peruano, en la vida diaria. En otras palabras: el mundo real no puedo copiar al arte sin provocar una catástrofe. "La mejor definición del subdesarrollo tal vez sea, escribe Vargas Llosa: la elección de la irrealidad, el rechazo del pragmatismo en nombre de la utopía, negarse a aceptar la evidencia, perseverar en el error en nombre de sueños que rechazan el principio de realidad" (página 231).