A VEINTE AÑOS DE SU MUERTE,
HUMAREDA REUNE A SUS AMIGOS
Lo cierto es que yo - y supongo que alguno de ustedes también - reconozco ser un admirador espontáneo y básico de la pintura. Sin mayor preparación que la de algunas clases de apreciación, más la asesoría de los amigos que sí entienden del lenguaje de formas y colores, logré llegar a una valoración novata de la pintura. Para muchos de de nosotros que hemos visitado una y otra vez galerías y exposiciones – lo siento, tengo que apoyarme en este recurso, para difuminar mi insensatez de meterme a hablar de pintura – la necesidad de remontar lo sensorial para poder verbalizar nuestras impresiones con relación al cuadro ha sido frustrante. Una tarea muchas veces inútil, no sólo por incapacidad, sino porque, en verdad, la fuerza de la pintura opaca su verbalización.
Hago todo este preámbulo – que me obligará a buscar algún amigo para que regale a este blogs un artículo sobre apreciación cromática – para avisar que encontré una nota en la zona de Paolo de Lima sobre un conjunto de actividades conmemorando los veinte años de la muerte de Víctor Humareda. Habrá desde un recital de poesía en el cementerio Presbítero Maestro (acto tan extravagante como la propia vida del artista) para luego hacer un alto en el viejo hotel Lima, residencia del extraño pintor que vivía fascinado con Marilyn Monroe. La nota aumenta de intensidad cuando la gente se reúna en el Cordano de Lima para, entre copas, imagino, se recuerde al gran Maestro.
Hago todo este preámbulo – que me obligará a buscar algún amigo para que regale a este blogs un artículo sobre apreciación cromática – para avisar que encontré una nota en la zona de Paolo de Lima sobre un conjunto de actividades conmemorando los veinte años de la muerte de Víctor Humareda. Habrá desde un recital de poesía en el cementerio Presbítero Maestro (acto tan extravagante como la propia vida del artista) para luego hacer un alto en el viejo hotel Lima, residencia del extraño pintor que vivía fascinado con Marilyn Monroe. La nota aumenta de intensidad cuando la gente se reúna en el Cordano de Lima para, entre copas, imagino, se recuerde al gran Maestro.
La noticia me llega un poco tarde, pero haremos el esfuerzo de llegar.
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