NUEVO PROYECTO NOVELÍSTICO
Trabajador constante, Vargas Llosa se embarca en un nuevo proyecto novelístico. En este particular caso, al parecer se aleja del Perú como el eje motivacional del que parecía no poder desembarazarse. Esta vez busca en la vida de Roger Casement, un extraño personaje de la vida inglesa quien osciló entre la adoración y el desprecio. Que fue elevado hasta las más instancias del privilegio inglés, pero que terminó vilipendiado y ajusticiado. Parte del misterio sobre la vida Casement tiene que ver con la autenticidad de unos diarios personales que terminaron por incriminarlo. Nunca llegó a negarlos ni tampoco a aceptarlos como suyos. Para Vargas Llosa, esos documentos, antes que una verdad peligrosa e incriminadora de sus pecados, fueron los diarios de su fantasía, de ese mundo verbal con aires de verosimilitud que quiso vivir y que no vivió, pero por los que pagó con su vida, tal vez gustosamente.
El escritor boliviano Edmundo Paz Soldan aprovechó la asistencia de Mario Vargas Llosa Santillana del Mar en donde dio lección magistral sobre literatura para tener una grata conversación con el escritor peruano. Parte de esa conversación ha quedado guardada en las "páginas" de su blog Boomerang.
Vargas llosa está feliz, exultante. A la hora de la comida en el parador de Gil Blas (Santillana del Mar), nos cuenta detalles del ambicioso proyecto novelístico en el que se ha embarcado. Habla con pasión de Roger Casement, el irlandés de quien tuvo noticia por primera vez al leer una biografía de Conrad: él fue quien acompañó al autor de Corazón de las tinieblas en su viaje al Congo. Casement, nacido en Irlanda en1864, era un típico colonialista europeo, hasta que los abusos de los belgas en el Congo lo hicieron cambiar de opinión y se convirtió en un antiimperialista. Recibió los honores más importantes de la Corona británica, al mismo tiempo que contrabandeaba armas para los nacionalistas irlandeses (Efraín Kristal me susurra: "Esto parece una versión de ‘Tema del traidor y del héroe'"). La Corona británica lo llevó a juicio; cuando las voces más destacadas de la intelectualidad inglesa -Chesterton, Conrad, Conan Doyle- salieron en su defensa, la Corona mostró unos diarios que decía haber hallado en poder de Casement y que no dejaban lugar a dudas en cuanto a su homosexualidad (y su predilección por los adolescentes). Cuando Casement, interrogado sobre si los diarios los había escrito él, no dijo nada en su defensa (tampoco aceptó haberlos escrito), Conrad y otros le quitaron el apoyo. Casement fue encontrado culpable y colgado en 1916. Vargas Llosa nos cuenta que en poco tiempo viajará al Congo, y que el próximo año planea pasar seis meses en Irlanda. Alguien en la mesa sugiere que el nacionalismo de Casement va a contrapelo de las ideas de Vargas Llosa, que ha escrito con mucha lucidez acerca de los peligros del fanatismo nacionalista. Vargas Llosa acepta la contradicción, lo cual no es nada nuevo en su trayectoria: muchas veces, el novelista le ha llevado la contraria al intelectual (...) Vargas Llosa dice que hasta el momento hay dudas acerca de la autenticidad de los diarios de Casement, y él tiene su propia teoría acerca del silencio del irlandés al respecto: cree que Casement escribió los diarios, pero que lo que se cuenta en ellos no ocurrió de verdad. "Los diarios eran más bien sus fantasías", sentencia (...) Así, Casement se convierte en un personaje más cercano al Somocurcio de Travesuras de la niña mala que a cualquiera salido de sus grandes novelas épicas anteriores, y el nuevo proyecto, en una condensación y actualización de las temáticas, la poética y la estética presentes en toda su obra.
2 comentarios:
Muy interesante nota, seguramente esto también provocará polémica cuando sea publicado por el doctor Vargas Llosa, y sobre los diarios de Casement pues es una pena todo lo que pasó aunque creo que deben haber estado muy bien escritos para que los demás pensaran que era real y el autor se salió con la suya porque nunca reveló la verdad de todo aquello, gracias. Y felicitaciones por el blog, profesor.
La verdad de la mentiras, una vez más la obsesión vargasllosiana.
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