domingo, 2 de enero de 2011

Guillermo Niño de Guzman y sus lecturas preferidas en 2010

Guillermo Niño de Guzmán nació en Lima, en 1955, y es una de las principales voces de la nueva narrativa peruana. Publicó su primer libro de relatos, "Caballos de medianoche", cuando tenía 25 años, y en 1955, luego de una larga pausa, dio a conocer dos títulos: una novela histórica para jóvenes "El tesoro de los sueños" y el libro de relatos "Una mujer no hace verano". Escritor y periodista. Estudió literatura en la Pontificia Universidad Católica del Perú, en donde se graduó con una tesis sobre Ernest Hemingway, y luego se dedicó al periodismo.
Ha escrito guiones para el cine y televisión, y ha llevado a cabo una activa labor editorial. En 1985 obtuvo el primer premio en el certamen "El Cuento de las 1000 palabras" de la revista Caretas, y, en 1988, el premio "José María Arguedas" del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. Como periodista, ha cumplido misiones de corresponsal en la guerra de Bosnia, en la ciudad de Sarajevo, en 1994, y en el frente del río Cenepa, durante el conflicto armado entre el Perú y Ecuador, en 1995.
Que este sea otro buena año para ti, estimado Guillermo.

Entres sus principales lecturas de 20110, menciona:

  • Árbol de humo, de Denis Johnson. Una alucinada incursión en la guerra de Vietnam digna de Conrad y Ford Coppola.
  • El sueño del celta, de Mario Vargas Llosa. La lección de un viejo maestro: historia y novela se dan la mano para desentrañar las raíces del mal.
  • Correr el tupido velo, de Pilar Donoso. Incisiva reconstrucción de la vida de un escritor, con todas sus fobias y complicaciones, hecha por su hija.
  • La isla del segundo rostro, de Albert Vigoleis Thelen. Obra maestra desconocida sobre la existencia errabunda y picaresca de un alemán en la isla de Mallorca antes de la guerra civil española.
  • Cuerpos divinos, de Guillermo Cabrera Infante. El gran testamento novelístico del autor cubano, donde vuelve su mirada con agudeza e ironía características al recuperar en la ficción su ciudad perdida, La Habana de fines de los cincuenta y comienzos de la revolución.

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