Contribución del artista gráfico Pepe San Martín |
He leído muchos respetables deseos para este 2016. Por supuesto que todos ellos han sido – técnicamente - solo amables detalles retóricos. Claro que, a la vez, también actos simbólicos que han conmovido por su afán altruista.
Como suele suceder se coincide más con
algunos que con otros y, en ciertos casos, sencillamente hubo que guardar
prudente y comprensivo silencio.
Lo valioso fue comprobar que, en la
mayoría de los textos, hubo mucha sinceridad en los buenos deseos para el mejoramiento
de nuestra vida colectiva: en la salud, en la educación, en lo cultural, en la
superación de nuestras bajezas, y hasta en lo político (esto último ya tan
venido a menos que, cualquier buen
augurio para que mejore, es bien
recibido, aunque con mucho escepticismo, lo confieso).
Me aúno a todos los buenos deseos. Prometo que intentaré – como casi todos ustedes
– contribuir, de la mejor manera, a nuestra superación colectiva, al menos desde
mis escasas habilidades.
Y comienzo el año, agradeciendo una imagen
que envía en un correo colectivo el artista Pepe San Martín. Una imagen que
señala una de las tareas esenciales de la humanidad, si estamos hablando de
acciones trascendentales: el cuidado de nuestro planeta.
Que lo urgente no nos haga olvidar lo
importante
1 comentario:
Gracias querido Richar!
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