jueves, 28 de septiembre de 2006

"Tú serás Cortez" (II)


II
Colaboración de ARZA

Ariana. Tres sílabas son como son las tres opciones que expande en la mesa antes de acostarse. Las pastillas son mejores que la navaja, la navaja es mucho mejor que la soga. Entre las pastillas y la soga el veredicto es contundente. La navaja, aunque eficaz, no es inmediata. La soga requiere una viga, un punto de apoyo, un vacío, una fuerza de caída y el azar confabulado. La noche no permite el azar. La habitación encierra una serie de posibilidades inútiles: una puerta mal cerrada es posible, el timbre del celular nacer desde un punto incógnito provoca erguirse, buscar, acabar rápidamente con el periodo de impertinencia. Dos toques de buenas noches, pasos ir y venir, incluso una conversación agónica o el arrullo de una radio prendida altera el espacio. No, la soga es uno de los extremos de la decisión. Pero Ariana, impertérrita, evalúa la soga, se acerca a los dinteles, a los marcos de las ventanas, duda de lo ocioso de abrir la puerta del closet, pero la abre, sujeta la soga, acerca la cabeza al recortado vacío que forma y la introduce con cuidado obsesivo. Provoca una fuerza proporcional a su peso, esta mueve las bisagras con violencia. Esboza una fórmula en su cabeza como si lo hiciera en su cuaderno; y sabe que sus cuarenta y cinco kilos son escasos. Masa, fuerza centrípeta, gravedad, vectores, peso: nociones irrelevantes ante la lógica de los veinte años de la bisagra. Una cuerda manifiesta una naturaleza de dos extremos. Esta cuerda solo confirma uno. Las pastillas son amarillas. Su cubierta es gelatinosa. Su sabor es indefinido. Ariana cuenta dieciséis pastillas, las reduce a quince, Ariana es cabalística y recuerda la cantidad de años en la cantidad de velas que hubo en el pastel de lúcumas del mes de febrero. Busca equivalencias: encuentra caramelos en los bolsillos de su maleta, los fracciona con cuidado y cuenta quince. El vaso con agua también reposa en la mesa. Empieza a contar, el sexto caramelo lo siente extraño y el agua se acaba: la ingesta es interminable. Intenta nuevamente. La capacidad de flujo de la boca no es compatible con la geometría de los dulces. Descarta procedimientos. Busca sus vitaminas. Ariana apaga las luces de su habitación. No se escucha el televisor de la sala. A su dormitorio ya no llega más que el sonido de la noche. Para igual número de vitaminas, se necesita un nuevo vaso de agua. Sobre un papel la solución de las vitaminas se esparce por el aliento de Ariana que porfía por abrir la última cápsula. El calor de la lámpara es incompatible con el clima. El vaso contiene quince cápsulas flotantes, la boca del vaso contiene quince cápsulas flotantes: el diámetro es saturado, la inclinación del agua puede dificultar la ingesta. No existen equivalencias, pero sí riesgos en el ensayo. La saturación y lo minucioso son extremos de lo vacío y lo trivial. Dos procedimientos extremos equivalen para Ariana a un extremo superlativo. Se reprocha su negligencia. Vuelve a pensar en la navaja. El papel puede producir un corte en la piel. La piel es más delicada que una simple hoja de papel. Inclinación y fricción se corresponden para lacerar en primer grado el tejido cutáneo. Inclinación, deduce Ariana, más un ángulo apropiado. Compara la hoja de la navaja con el grosor de un papel. Aunque el artefacto es una antigüedad, la hoja nueva es contundente. Un simple corte es un simple corte. Esa afirmación la perturba. Un simple corte es por implicancia superficial. La eficacia no radica en la navaja. Ariana no abandona sus cavilaciones: una navaja no es peor que las pastillas ni mejor que la soga. El ángulo de visión influye en la interpretación. Una navaja es el absoluto medio que posee. Tres cortes en el mismo lugar, uno más fuerte que el anterior, uno más rápido que el anterior. Ariana prefiere la rapidez que lo inmediato. Un estado alterado endurece los músculos, excita el ritmo de respiración, segrega la suficiente fuerza en todo el cuerpo para realizar un ataque vertical en la enramada de venas verdosas que rodea la nívea muñeca. Estas venas están llenas de vida. Ariana esconde las posibilidades, se acuesta, sueña: pastillas, soga, navaja; navaja, pastillas, soga; soga, navaja, pastillas. El espacio, la gravedad, la rapidez.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Un saludo muy afectuoso al nuevo blogger. intrigante y agradable publicación ah. Espero que nos siga deleitando con más. Abrazos. Henry

Anónimo dijo...

Kuando entregan el III???

Anónimo dijo...

gran tension... sentia la navaja... un dato : la navaja arde