Esta semana tuve la oportunidad
de presenciar la “Controversia de
Valladolid”, obra de teatro escrita por Jean-Claude Carrière y dirigida, en
esta oportunidad, por Jorge Chiarella. Las funciones continuarán hasta julio, en la sala Ricardo Blume.
En un convento de Valladolid, en
1550, se debate una cuestión fundamental: ¿Los indígenas del Nuevo Mundo son seres
humanos? ¿Tienen alma? Tales
interrogantes deben ser respondidas
y suficientemente probadas de una vez por todas. De las conclusiones que se obtengan, dependerá
la suerte de los millones de indígenas que, hasta allí, sufren la ignominia de la conquista. Dos
hombres van a debatir. Uno de ellos es el filósofo Ginés Sepúlveda para quien, ciertos
hombres son esclavos natos, necesitan ser conquistados y ser “protegidos” por
la salud del alma. El otro es Bartolomé de las Casas, protector de los indígenas,
quien buscará denunciar la barbarie de la conquista y buscará que la Iglesia
acepte la “humanidad” de los indios y, de esa manera, eliminar el respaldo
religioso con el que cuenta la corona española para la explotación de los nativos de América.
Desde el arranque, la obra
captura toda la atención. El representante de la Iglesia quien, luego de
escuchar el debate, deberá tomar una decisión definitiva, se encarga de señalar
la importancia del debate y los alcances
históricos que esta controversia va a tener. A partir de esa inicial escena, el espectador seguirá con atención la
argumentación de ambos hombres. Debate
inflamado, barroco, profundo y premonitorio. Una historia que fluye inteligentemente gracias
a la agudeza del texto de Carrière. El desenlace que llega a tener la obra, no
solo sorprende al espectador, sino que despierta sentimientos encontrados con
las mezquinas decisiones que ha ido tomando la historia humana.
Para este montaje, Chiarella
convocó al respetabilísimo Alberto Isola
(Bartolomé de las Casas) y al uruguayo Augusto Mazzarelli (Ginés Sepúlveda);
esto con el fin de contraponer a dos grandes actores, y así equilibrar correctamente el debate. Con el respeto que siempre me merece Alberto Isola,
considero que el trabajo actoral de Augusto Mazarelli destaca mucho más. El personaje del filosofo
Sepúlveda luce largamente mejor construido. Pero esta es solo una apreciación
que apenas si sombrea un gran montaje teatral. La obra
también cuenta con la participación de Alberto
Herrera (sobria personificación del
representante del papa) y - por lo que
entiendo – con actores egresados del Centro de Formación de Aranwa como Javier
Pérez, Janncarlo Torrese, Renato Medina y Steffani Rojas, así como Sergio
García-Blásquez, Jeshua Falla, Edson Dávila y los niños, Kevin Sánchez y
Gonzalo Candelo.
Recomiendo largamente este
montaje. Me alegro de haberla visto. Luego de verla, estuve varias horas
leyendo datos que me permitieran contextualizar
la historia de Carrière. Estoy seguro de que eso les va a pasar a muchos
de los asistentes. Cuando esto sucede, significa que la obra caló en el
espectador.
4 comentarios:
Richar, qué bueno que hayas ido a ver el montaje. Y mejor aún que compartas tus apreciaciones. Gran abrazo. Percy E.
Jorge Bruce psicoanalista nos conversa que esa controvesia nunca se dió en la vida real.
Todo es pura ficción del guinista de Buñuel.
El teatro de las ideas es tan creativo.
esa controversia si existió en realidad y además fue vital para el curso de la historia.
Me gustó la reseña. SALUDOS
Esa Controversia fue positiva por lo nativos de América pero fue también fatal por los Africanos... que fueron los que se "usaron" para perseguir la Conquista y la construcción de los imperios en América.
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