Hombres talentosos dependen de otros hombres también talentosos. Barack Obama es uno de los ejemplos más recientes, quien tiene en el joven Jon Favreau a uno de los pilares de su retórica de la esperanza con la cual el día 20 de enero llegará a ser el hombre más poderoso del planeta. La nota siguiente fue recogida de El Comercio.
Cuando Jon Favreau conoció a Barack Obama en 2004 tenía solo 23 años. Ahora es el principal encargado de redactar los discursos de quien mañana será investido presidente de Estados Unidos y se ha hecho famoso por sus dotes de orador.
Favreau, a quien todo el mundo llama Favs, y el próximo presidente estadounidense se cruzaron en un momento crucial para Obama, en julio de 2004.
Fue entonces, durante la convención del Partido Demócrata en Boston, cuando Obama, un desconocido senador estatal de Illinois, pronunció el discurso que lo lanzó a la escena política nacional.
"No hay un EE.UU. blanco y un EE.UU. negro, sino los Estados Unidos de América", dijo quien mañana se convertirá en el 44 presidente del país en un discurso conciliatorio e impregnado de esperanza.
En una de esas casualidades del destino, Favs, que trabajaba en 2004 para la campaña del entonces aspirante presidencial demócrata John Kerry, se encontraba en la parte trasera del escenario mientras Obama ensayaba su discurso.
Y en un momento dado interrumpió a Obama para advertirle de que tenía que cambiar una frase porque había una repetición."Se me quedó mirando, un tanto confundido como diciendo, quién es este joven", recordó Favreau el año pasado en una entrevista con el diario The New York Times.
La derrota de Kerry en las elecciones presidenciales de noviembre de 2004 dejó a Favs desempleado pero con buenos contactos que lo recomendaron a quien ahora es su jefe.Obama tenía entonces bastante tiempo libre, y él y Favreau se conocieron bien.
Favs se impregnó de lleno de la retórica de Obama para poder redactar discursos que reflejaran su voz.
El engranaje entre ambos, a juzgar por los resultados, ha funcionado a la perfección.Los dos han trabajado estrechamente en el discurso más importante de Obama, el que pronunciará mañana frente al Capitolio estadounidense.
Según Jen Psaki, portavoz de la oficina de transición de Obama, éste se reunió con Fravreau y su asesor político David Axelrod antes de la celebración de Acción de Gracias, que tiene lugar el cuarto jueves de noviembre en EE.UU.
Favreau acabó el primer borrador a principios de diciembre.Tras conversaciones adicionales con Obama, Favreau y su equipo escribieron un segundo borrador durante las vacaciones de Navidad.
Hace dos fines de semana Obama editó y reescribió el discurso tras recibir varios comentarios y sugerencias de Axelrod y Favreau.
Se espera que el texto provoque la inspiración de John F. Kennedy, refleje los sueños de Martin Luther King y los desafíos que afrontó Franklin Delano Roosevelt, quien en 1933 dijo a sus compatriotas sumidos en la Gran Depresión que lo único que tenían que temer era al miedo en sí.
Obama ha dicho que el principal objetivo de su discurso es definir el momento histórico en el que se encuentra EE.UU.."Creo que esa es la principal tarea para mí en un discurso de investidura (...) el intentar capturar lo mejor que puedo el momento en el que nos encontramos", dijo en una entrevista reciente con la cadena de televisión ABC.
El contenido del discurso es un gran secreto, pero Favreau no oculta que acude a las palabras de JFK, de su hermano Robert Fitzgerald Kennedy y de Martin Luther King en busca de inspiración.
En cuanto a sus predecesores, los encargados de escribir discursos para presidentes, ha confesado que Peggy Noonan, quien trabajó para Ronald Reagan es su favorita.Noonan reconoció el año pasado que el mensaje de Obama es efectivo porque, dijo, va unido a la persona que lo pronuncia y a la inspiradora historia de su vida.
Favreau dice admirar también a Michael Gerson, quien trabajó para el presidente saliente George W. Bush.Obama descubrió su poder dialéctico durante una marcha contra la segregación racial en la universidad en la que se dio cuenta de que había captado la atención de los asistentes tras empezar a hablar.
"Los congregados se quedaron callados y me miraban", recuerda en sus memorias: "Dreams From My Father" (Sueños de mi padre).
Mañana captará también la atención, pero de un grupo mucho más numeroso: los millones de personas dentro y fuera de EE.UU. que están pendientes de su toma de posesión.
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