viernes, 6 de marzo de 2009

¿Se puede leer a Proust en un libro electrónico?


Leer los siete tomos de la monumental obra de Marcel Proust, En busca del tiempo perdido, es claro que no podría realizarse con placer en un libro electrónico. No solo por la extensión desmesurada de la historia que nos cuenta, una novela que sería un acierto que los políticos lean puesto que uno de sus grandes temas es la memoria y cómo esta es necesaria para darle aunque sea un sentido a la existencia. Dos datos. El primero para aquellos jóvenes lectores que busquen respuesta, es más que seguro que en esta novela las encontrarán, pueden empezar leyendo el siguiente libro para principiantes: Proust para principiantes. Una de las enseñanzas de la novela se puede observar en la estupenda película Little Miss Sunshine, ganadora del Oscar a mejor guión original. En ella, sabemos que siempre tenemos un oportunidad para reparar nuestros errores. 

Es difícil leer a Proust o a Hegel en libro electrónico

Su impresionante trayectoria avala a Antoine Compagnon (Bruselas, 1950), catedrático de Historia de la Literatura, como uno de los intelectuales que más ha estudiado la evolución del libro y de la lectura. En la actual encrucijada entre la cultura impresa y la revolución digital, Compagnon se muestra cauto y equidistante entre la nostalgia o el apocalipsis. "Es cierto que los jóvenes", comenta este erudito que imparte clases en universidades de París y de Nueva York, "están más acostumbrados a leer en una pantalla y está claro que las nuevas tecnologías resultan muy útiles a la hora de una búsqueda concreta o de una lectura fragmentada. Ahora bien, está por demostrar que sea más cómoda la pantalla que el papel impreso cuando se trata de un libro de gran volumen. En suma, es difícil una lectura prolongada de Proust o de Hegel en un libro electrónico. Conviene tener en cuenta que un libro impreso responde a una memoria espacial y a un paisaje. En realidad, un libro implica de algún modo un paisaje, un territorio a explorar. En ese sentido, una pantalla no permite una representación espacial del texto".

Profesor del Colegio de Francia y miembro del Alto Consejo para la Educación, Compagnon ha visitado esta semana Madrid para dar una conferencia en el Instituto Francés. Ponderado y afable, se resiste a los pronósticos fáciles a los que tan aficionados son algunos de sus colegas. "Lo cierto es que ignoro", explica, "si los libros electrónicos llegarán a adquirir más relevancia que los volúmenes en papel". Nada aficionado a caer en el pesimismo, según confiesa, Compagnon recuerda que la escasa afición de los jóvenes a la lectura supone uno de los más graves problemas de nuestra sociedad. "No obstante", matiza, "existe hoy una magnífica literatura infantil y juvenil, al tiempo que la extensión de la educación ha favorecido que mucha más gente que antes pueda leer Madame Bovary, por ejemplo. Nunca se ha leído tanto como hoy y eso no podemos perderlo de vista".

Compagnon desprende una actitud didáctica, fruto de muchos años de clases, y al hilo de sus reflexiones sobre la lectura afirma: "Leer requiere de largos momentos de soledad y el ritmo de la lectura no guarda ninguna relación con el ritmo de los medios audiovisuales, de los portátiles, de los móviles... Puede sonar a broma, pero el aburrimiento estimula la lectura y muchos recordamos aquellos largos veranos de nuestra adolescencia y juventud cuando leímos grandes novelas. Hoy parece que esté prohibido aburrirse".

Desde su doble perspectiva de profesor y de autor -ha publicado varios ensayos, entre ellos Los antimodernos (El Acantilado)-, Compagnon subraya que el futuro de los suplementos culturales y de los críticos está en el aire. "Está demostrado", apunta, "que las recomendaciones de la prensa hacia un libro no logran aumentar apenas sus ventas. Entretanto, Internet se ha convertido en el salón literario del siglo XXI donde la gente aconseja libros. Pero este sistema incluye fenómenos inquietantes, ya que en la Red existen posiciones dominantes y algunos jugadores disponen de mejores cartas".

2 comentarios:

Andres, un ladrillo menos dijo...

Bueno, me parece imposible. Curiosamente me he hecho la misma pregunta hace unos minutos atras. Podré leer algunas paginas del per la cote de Guermantes electronicamente, pensando en la facilidad de un copy/paste a mi blog de aquellas frases celebres?
es delicioso un libro hecho de arbolitos, mas si se puede sentar uno bajo un arbol o un espino blanco

Anónimo dijo...

Buen día, pues me parece cuestión más de maña que de utilidad... yo me lo he leído con tanta pasión como cuando tome los libros en mis manos, quizá más porque cuando tuve los libros impresos no sabia que tenia, ahora lo releí en formato digital y "en un iphone" y realmente ha sido una experiencia... la concepción del espacio para la generación anterior es diferente que a la actual, saludos.