Mucho se ha hablado
sobre Ernest Miller Hemingway. Escritor y periodista estadounidense. Uno de los
principales novelistas y cuentistas del siglo XX. Narrador que mantuvo, y sigue manteniendo, una gran influencia sobre varias generaciones de
escritores posteriores. No solo por la larga y contundente lista novelas que ya son parte de la literatura
universal, sino porque – para mí, más importante aún - marcó un estilo de
narrar sobrio y minimalista.
Obviamente, a
todo lo dicho hay que agregar la fascinación que siempre suscitó la leyenda
de una vida de aventuras, además de un carácter indomable. Por allí leí que era
capaz de amedrentar a puñetazos a quien
osara interrumpirlo cuando estaba sumido en sus cavilaciones.
En fin, que
era extravagante, que escribía de pie porque, para él, la literatura era un trabajo
semejante a la tarea de cualquier obrero,
al punto que tenía un mínimo de
quinientas palabras que debía escribir por día y, si acaso, quería hacer otra
actividad - por ejemplo pescar -,
entonces un día antes debía llegar a las mil palabras.
Pues Ernest Hemingway
también tuvo a bien dejar unas recomendaciones para escritores. De la misma
manera que su escritura y su vida, sus consejos se muestran duros y directos.
Aquí se los
dejo:
1.
Nadie trabaja todos los días durante los meses de
calor sin ponerse rancio: hay que tomarse el tiempo de asearse y vivir un poco,
no ser un zombi de lápiz y papel (o no quemarse las retinas frente a la
computadora), el mundo más allá del escritorio tiene posibilidades que solo
puedes explotar si sales y vives un rato.
2.
No crees personajes, crea personas comunes en
situaciones no tan comunes.
3.
Los personajes deben ser tan reales que den la
sensación de que lo que se narra pasó realmente. Deberán estar proyectados
desde el corazón, desde la cabeza, desde el conocimiento, desde la experiencia
acumulada del propio escritor.
4.
No se deben recargar los escritos de palabras
resonantes, ni crear personajes tan increíbles que ni al autor convenzan.
5.
Nunca sé lo que va a suceder en una novela, a medida
que avanza pasa lo que tiene que pasar.
6.
Todas las historias que continúan lo
suficiente terminan en la muerte: ésta es pues una premisa ineludible tanto
para el lector, como para el escritor, no se puede narrar la historia de la
vida sin la antagónica muerte acercándose más y más conforme se alarga el
propio relato.
7.
El escritor no puede vivir de
espaldas a la realidad social de su época.
8.
Releer lo escrito una y otra vez,
cientos de veces, y mejorarlo. Hemingway dejaba sus libros terminados dos o
tres meses para retomarlos luego y corregirlos con cabeza fría, libre de
influencias, y con nuevas ideas.
9.
El autor debe alejarse de las
preocupaciones cotidianas para escribir. Su mesa de trabajo es un lugar
tan lejano en la memoria y la imaginación, que sólo el autor —y quienes lean su
obra— alcanzarán a vislumbrarlo.
10. La
vida del escritor es solitaria, no esperes rodearte de multitudes que alaben tu
trabajo. Nada te asegura el éxito instantáneo. Las grandes obras universales se
descubrieron muchos años después de la muerte de sus autores.
11. Transformar
la soledad en algo positivo te ayudará a enfocarte en lo que quieres plantear y
a dónde quieres llegar.
12. No te
rindas. No te conformes.
13. Comer
bien para que el hambre no te interrumpa el trabajo.
14. No
escribas por dinero.
15. Estudia
a fondo el diccionario.
16. Evita
el uso de adjetivos, especialmente los extravagantes como “espléndido, grande,
magnífico, suntuoso”.
17. Un
escritor, si sirve para algo, no describe. Inventa o construye a partir del
conocimiento personal o impersonal.
18. Escribe
frases breves. Comienza siempre con una oración corta. Utiliza un lenguaje
vigoroso. Sé positivo, no negativo.
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