sábado, 30 de mayo de 2009
Periodismo y literatura
martes, 26 de mayo de 2009
Manual para suicidarse emocionalmente
¿Usted cree que está enamorado? ¿Cuándo ella, le habla usted observa cómo su cabello se desliza sobre sus hombros o cómo sus labios se despegan lentamente, o cómo sus pestañas siempre dicen que no? Señor, tengo que advertirle que está usted obsesionado / fascinado con esa mujer.
¿Usted cree que está enamorado? ¿Cuándo ella le habla usted observa cómo su cabello se desliza sobre sus hombros o cómo sus labios se despegan lentamente, o cómo sus pestañas siempre dicen que no? Señor tengo que advertirle que está usted obsesionado, fascinado y empecinado por esa mujer.
Tengo que advertirle que los caminos a partir de ahora no serán fáciles. Ella ya sabe que usted huele su aroma a vainilla cuando la abraza. Ya se dio cuenta que cada vez que le invita un cigarro, aprovecha para tocarle levemente la mano. Ya se percató que usted nunca ve ninguna película, cuando van al cine juntos, sino que la espía durante las dos horas.
Para esa mujer usted es un amigo seguro, un confidente entrañable, un compañero de celos, un seguro de confianza. Usted es quien siempre la mira a los ojos. Quien la busca en las fiestas. Quien siempre está para contestarle el teléfono. Quien nunca le negará una cita. A quien nunca amará.
Para que usted pueda aplicar este manual, tiene que saber que no habrá vuelta atrás. Tiene que comprender que todos los consejos, aunque parezcan contradictorios, lo llevarán al éxito.
Usted debe desaparecer de su Messenger. No debe responder a sus comentarios en el Facebook. No debe responder ninguna de sus llamadas al celular. No debe ir a saludarla cuando se la encuentra en un bar. No debe buscar más esas coincidencias premeditadas. Y si el destino lo acompaña y la encuentra en medio de una turba de pretendientes, debe levantar una ceja, saludarla y apartarse.
Es todo un riesgo, lo sé. Es la sin razón de alejarse de quien más quiere. Es elegir el camino contrario que lo llevara al destino esperado. Una ruta en círculo, en donde tendrá que caminar de espaldas y en sentido contrario.
Ya no le envié flores, es muy tarde. Ya no le haga un CD, con todas las canciones que la recuerdan. Mejor escriba todo lo que sienta por ella. Deje salir esa arteria literaria que lleva dentro y repita la frase "me gustas por" en cada una de las oraciones. Vaya de lo mundano a lo inspirador. No se olvide de los detalles tiernos y también de los dolorosos. Después no se le ocurra mandárselo por mail. Guárdelo con usted.
Luego de escribir sus sentimientos espere su próxima llamada con paciencia. Tendrá que ser un francotirador esperando al presidente. Ella necesitará contarle cual fue última conquista. Y usted, como siempre, será los oídos para sus relatos. Una vez que haya sido torturado con su íntima historia, solo mírela y sonría. Luego llévela a su casa. Maneje lento pero seguro. Ponga en el equipo del auto la canción "The Blower's Daugther " de Damian Rice (de la película Closer). Una buena canción para un momento mortal.
Cuando este a punto de salir de su auto, deténgala. No deje que se vaya. Dígale la famosa frase "tengo algo que decirte". Ella esperará lo peor. La bendita declaración que siempre quiso evitar. Usted deslice lentamente el arma que guardo al costado del asiento y cuando ella se percate sáquela. Saqué su laptop y abra aquella verdad escrita con sangre y sinceridad. Enséñesela. Ella lo leerá y luego le tocará el rostro y dirá. "No se que decir". Después dirá que no quiere perder su amistad y huirá tan rápido como el decoro le permite.
Tras este desastroso acontecimiento, usted sentirá un alivio interminable. Por fin todo habrá terminado. Por fin.
domingo, 24 de mayo de 2009
NOTAS DE LA CIUDAD
En pocos minutos ya se había formado un aceptable grupo de curiosos que rodeaban a los dos hombres. Algunos miraban con simpatía a Zutano: pobre hombre, uno presta porque es buena gente, pero hay tanto caradura en este país. Otros, más bien, apoyaban al gordito que, después de todo, tenía algo de cada uno, porque – dígame usted - quién no cabecea en este mundo. Algunos bocinazos, como los se que dan cuando se respalda alguna marcha, se empezaron a oír. Desde las otras veredas, la gente aguzaba la mirada tratando de saber lo que sucedía. En medio del círculo que habían formado los curiosos, Zutano y el otro hombre discutían a toda voz.
- Te juro que ya tenía el dinero y que te llamé por teléfono
- Te juro, nada, y a mí tú nunca me llamaste por teléfono
- Bueno, fatal para ti si no me crees, pero yo sí quería pagarte
- Entonces págame ahora
- Es que ahora no tengo
- No me importa. Hace meses que deberías haberme pagado
- Tú no entiendes que la crisis nos ha fregado
- Por eso, yo también estoy jodido y quiero la plata
De pronto, Zutano se dio cuenta de que estaba rodeado por gente que no conocía, pero que esperaba, ansiosa, la siguiente escena del espectáculo que él les estaba ofreciendo arrastrado por su desesperación. Alguien del grupo le aconsejó, de buen corazón, que lo llevara a la comisaría; otros dijeron que eso era por las puras; del otro sector, más que opinar, murmuraban por un borrón y cuenta nueva y, que caray, la amistad estaba por encima del dinero y, además, – esto sí lo aprobaron todos – la crisis nos estaba obligando a tantas cosas injustas como ésta. En la mirada de Zutano – antes cargada de decisión - comenzó a notarse una sombra de agotamiento o quizás - no estoy seguro - de resignación. Miró la ciudad y se sintió cansado. El hombre gordito intuyó que ya había ganado la batalla; hubo en su rostro un gesto de escamoteador experimentado que lo delató: se dispuso a dramatizar el colofón de su actuación.
- En verdad te voy a pagar, te lo juro por lo más sagrado.
- ¿Cuándo?
- Antes de una semana... Yo mismo te voy a buscar... Te doy mi palabra...
- ¿No te creo?
- Hermanito, créeme, por favor, a pesar de la situación, yo te voy a cumplir.
Zutano lo miró fijamente y pareció comprenderlo todo. No obstante, como que se sintió abrumado, sin fuerzas ni ganas de insistir, y, poco a poco, fue aflojando la tensión con la que había sujetado al gordito. Con el nudo de la corbata ahora mal puesto y las puntas del cuello de la camisa hacia arriba, Zutano parecía haberse resignado a la evidencia contundente: otra vez se le iba a escapar.
Los bocinazos aumentaron, se oyó muy cerca los silbatazos de la policía. El gordito deudor se diluyó rápidamente. Zutano se marchó silencioso, derrotado, solo. Mientras el gentío se disolvía presuroso en la bruma de las seis de la tarde.
jueves, 21 de mayo de 2009
Hildebrandt sobre Benedetti
Beber agua del siglo X
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La gripe AH1N1 a la ficción
Antígona de Yuyachkani
Magaly Solier en concierto
En este concierto, Magaly estará acompañada por un plantel de reconocidos músicos peruanos, entre ellos María Elena Pacheco (violín), Magaly Luque (contrabajo), Fredy Gómez (vientos andinos), Coco Vega (guitarra acústica) y Cali Flores (batería y dirección musical).
El premio de Alberto Durand
Se estrena una película peruana en Lima, y empieza el chongo. El premio de Alberto Durant ya está por culminar su paso por la cartelera, con una aceptable recaudación, y un recibimiento tibio tirando para frío de la crítica local. Es la primera cinta que se estrena tras el “Efecto Teta”, y sin dudas se ha visto favorecido por el posicionamiento logrado por aquello que llamamos “Cine peruano”. Un caso extremis de recibimiento con brazos abiertos lo podemos ver en el Blog de Pepe Derteano, un extenso texto de alguien que disfrutó viendo El premio, y que ha conseguido una alucinante cantidad de comentarios (312 hasta el momento), la mayoría de personas también comentan positivamente la pela. Al parecer, el propio director también habría dejado su comentario (que ha sido borrado, por vaya a saber uno qué razón):
Alberto Chicho Durant dijo…
Gracias Pepe, muchísimas gracias por tus comentarios y por el espacio que has abierto al cine… y sobre todo gracias a los que han dicho su verdad, sus reflexiones y opiniones sobre EL PREMIO. Me han emocionado y me han hecho sentir que el esfuerzo no ha sido en vano. No siempre uno tiene la posibilidad de escuchar las voces de la gente real y estoy emocionado. Me ha regresado el alma al cuerpo. Después de leer esta avalancha de comentarios favorables a la película siento que hay un Perú positivo, que cree y valora lo suyo. Porque, les confieso, por un momento sentí que araba en el mar. Ustedes me dan fuerzas para seguir… Gracias desde el fondo del alma. Chicho.
Si les da el tiempo, léanse el post de Derteano, y los cientos de comments. Es, como dije, alucinante.
Luego vendrían las críticas en medios, la de Bedoya, la de Silva, la de De Cárdenas,la de Beteta, quienen sazonaban sus posiciones con contextos históricos y comparaciones con otros filmes, peruanos y extranjeros. Hasta que llegó la crítica de Alonso Izaguirre publicada por Perú21. Él sí fue directo a la yugular, y al parecer tocó fibra en un grupo de cineastas. Una semana después el diario publica una extraña carta, que firman los directores Augusto Tamayo, Francisco Lombardi, Aldo Salvini, Frank Pérez Garland, el productor Gustavo Sánchez, entre otros:
Expresamos nuestra consternación por la crítica cinematográficapublicada en Perú.21 el 7 de mayo sobre la película El premio, del director Alberto Durant. Es inaceptable utilizar la crítica como un mecanismo de agresión y agravio a la persona y de exposición de una postura visceral y arbitraria contra el cine peruano, tal como lo hace reiteradamente el crítico Alonso Izaguirre.
Él vuelve a practicar la adjetivación ofensiva contra la persona como forma de comentario cinematográfico. Resulta deplorable que se conciba la crítica como algo que endilga patadas y que estas deben repartirse a diestra y siniestra, cual matones de esquina, contra personas cuyo único delito es haberse esforzado por hacer una película peruana [...]
Para continuar leyendo, hacer clic en Cineencuentro.
Sables y utopías
Además de nuestro mejor novelista, Mario Vargas Llosa es un intelectual riguroso y coherente y, por ello, es respetado mundialmente. Acaba de publicarse una reunión de sus artículos, desde los años 60 hasta el presente, en lo que seguimos los cambios en sus ideas respecto a la política, a Latinoamérica, a la cultura y a otros temas. Sables y utopías ya está está en librerías a 64 soles.
“Esta selección de artículos fue hecha por un escritor colombiano, Carlos Granés, que trabajó con completa libertad. No los he corregido –excepto alguna errata– y tampoco he cambiado ninguna idea. Son textos escritos a lo largo de muchos años en los que hay opiniones muy diversas, por supuesto, pero me pareció que era mejor presentar todo tal como fue escrito para mostrar una evolución, un cambio de opiniones políticas, literarias, etc. Es una especie de autobiografía que se ha armado sola y que ha sido editada por Granés”, explica acerca de Sables y utopías, libro que reúne artículos suyos desde los años 60.
Para continuar leyendo la entrevista hacer clic en Perú.21.
domingo, 17 de mayo de 2009
ADIOS, MARIO BENEDETTI
viernes, 15 de mayo de 2009
Luis Freire ganó concurso de El Comercio
En 2005 obtuvo el prestigiado premio nacional de novela corta “Julio Ramón Ribeyro”, que convoca el Banco Central de Reserva del Perú (BCR), con la novela “El sol salía en un Chevrolet amarillo”.
Evangelina retorna de la Breña
La obra se presentará el miércoles 27 de mayo a las 10.00 hrs. en el Teatro “Mario Vargas Llosa” de la BNP, Av. De la Poesía 160 San Borja. El costo de la entrada es de S/. 5.00 soles y las delegaciones escolares que deseen asistir deben adquirir sus entradas con anticipación. La capacidad es limitada.
Delfina Paredes
Nuestra primera actriz y dramaturga Delfina Paredes, estudió en la ENAE (Escuela Nacional de Arte Escénico) entre 1956 y 1957. Su primera pieza “Micaela Bastidas”, fue premiada en 1967 en el Concurso Nacional de Teatro Escolar del TUSM. En 1975 escribió “Evangelina” creando así uno de los personajes más populares del teatro y la televisión. En 1994 escribió el monólogo “Evangelina retorna de La Breña”.
La destacada actriz también ha realizado trabajos para la televisión y el cine. Recientemente recibió el homenaje de sus colegas por el Día Mundial del Teatro y el Ministerio de la Mujer reconoció públicamente su destacada trayectoria en el mundo de la actuación.
Halagos bonaerenses para Oswaldo Reynoso
miércoles, 13 de mayo de 2009
Vuelve Kundera con "El encuentro"
Dejo un fragmento de El libro entre la risa y el olvido
lunes, 11 de mayo de 2009
NOTAS DE LA CIUDAD
Ahora bien, que no apareciera el número de quien hacía la llamada, sino la palabrita “desconocido” también fue eficientemente explicado por una amiga que me hizo recordar que, cuando las llamadas se hacían desde un locutorio o cabina pública, se procedía a esconder el número para evitar la devolución de las llamadas al locutorio. Podía ser, es más tenía que ser así. Aunque también estaban los que yo llamo extraterrestres, que son quienes esconden su número porque se consideran demasiado importantes y constantemente acosados por sus admiradoras. De todo hay en este mundo ancho y ajeno.
No obstante, esa casualidad podía suceder alguna que otra vez por semana, digo en la peor de las casualidades; mas, en mi caso, las llamadas equivocadas se fueron repitiendo cada día y con una secuencia de dos y hasta tres por jornada. El teléfono vibraba, aparecía la palabra desconocido, yo apretaba el botoncito verde para recibir la llamada, decía aló, y listo, conexión cortada.
Entonces pasé a la segunda y más humana fase, aquella en la que se comienza a hacer una lista de posibles sospechosos. Katherine me iba dando nombres de conocidos y me mencionaba también los circuitos que frecuentaba para que yo cogiera al vuelo algunos sospechosos. Claro, ingenuo yo, no me daba cuenta que, de paso, ella iba haciendo también su propia lista de sospechosas con las que yo podía estar enredándome como para que me hagan llamadas de ese tipo. Pero cómo darme cuenta de la segunda caída si las mujeres, en general, suelen tender sus trampas con habilidades de hechicera.
Por varias semanas creí, quise creer, necesitaba creer, secretamente, que las llamadas desconocidas eran de Margarita. Aun cuando todo ya estaba terminado entre los dos desde hacía tiempo, y de que ella había escogido su camino e ignorado los últimos puentes que le había tendido. No sé, ella a veces tenía sus arrebatos de amor y de locura. Sin embargo, poco a poco, entre llamada y llamada desconocida, y el aló, aló rutinario, fui entendiendo que no era ella. Lo cierto es que la última vez que vi a Margarita estaba tan repleta de ella misma que, por mucho tiempo, iba a ser totalmente incapaz de hazañas románticas como la de llamar y colgar por amor.
Paulatinamente, las llamadas fueron organizándose a dos por día, una por la mañana y otra por la noche, raramente por la tarde. Yo sacaba el teléfono y contestaba con la tranquilidad de quien se sabe de memoria la rutina. Semanas después, Katherine terminó por hacerme una escena y reñimos porque ella me pedía que le diera el teléfono para que contestara, y yo no quería. Qué sé yo. Me estaba acostumbrando a esas llamadas. No digo que Katherine se haya marchado por culpa de esas llamadas. Seguro que ya había demasiados motivos previos y que yo me había ganado su abandono a punta de desplantes y distracciones. Katherine sencillamente me dejó. Por supuesto que me hizo una última llamada desde su teléfono móvil y su número apareció en la pantallita de mi celular: nítido. Me llamó para decirme que ella era lo suficientemente madura para decir adiós sin apelar a números escondidos. De paso, me espetó que yo fuese tan inmaduro o demente como la persona esa de las llamadas escondidas. Se acabó y punto. Katherine se apartó de mi vida y yo me quedé, otra vez, navegando a solas.
Ya no me importa realmente saber quién está detrás de las llamadas. Hace unos minutos volvió a vibrar el celular y confieso que estaba extrañándola. Por supuesto que se cortó a los dos segundos de haber dicho aló. ¿Quién puede tener tanta persistencia? Más tarde saldré a tomar una copa con un amigo que ha llegado desde muy lejos y quizás vayamos a visitar a otros amigos. Será una buena noche. Las noches de Lima cada vez están mejor. Ahora bien, en algún momento tendré que volver a casa y ya será muy tarde para escribir o para leer un libro. Habrá que tomar un lexotán para dormir un poco porque al día siguiente hay que hacer mucho y de todo, no hay que quedarse quieto. Seguro que antes de las diez de la mañana vibrará el teléfono con el número desconocido. Yo, lo reconozco, contestaré con la exultación demencial propia de un hombre que ya está tan acostumbrado a esas llamadas que, si faltara, digo se dejara de llamar, no sabría qué hacer con los largos días.
José Emilio Pacheco, ganador del Premio Reina Sofía
Ahora bien, sí deja claro que las musas no son suficentes para hacer poesía: "Desde luego, creo que hay que sentarse a trabajar. Yo no creo en la inspiración, pero existir, existe".
El Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana lo confirma como una la voces poéticas más importantes de este tiempo. Sin olvidar que nuestra querida Blanca Varela también fue galardonada con este premio poco antes de su fallecimiento, les dejo un poema José Emilio Pacheco que encuentro en internet
Que otros hagan aún
domingo, 10 de mayo de 2009
Cuba: restricciones para navegar en internet
Es domingo, y mañana comienza la semana con demasiadas tareas pendientes. Simplemente buscaba navegar un poco por internet para ponerme al día sobre alguna que otra cosa cultural que haya sucedido en el Perú y en el mundo. Una mirada a ojo de buen cubero por algunas páginas y blogs de mi preferencia. Después de ello, me iba apoltronar en el sofá, ver una película, fumar un par de cigarrillos y disfrutar de las últimas horas del fin de semana.
miércoles, 6 de mayo de 2009
Premio Rómulo Gallegos convoca a 274 novelas
domingo, 3 de mayo de 2009
POEMA INÉDITO DE BENEDETTI
Además, la fundación ha publicado un crucigrama sólo de títulos de obras y poemas del poeta creado por Mambrino, y la propuesta de gran éxito de dedicar una composición al autor del Inventario bajo el título Amar a Mario.
Cuando la poesía abre sus puertas
uno siente que el tiempo nos abraza
una verdad gratuita y novedosa
renueva nuestro manso alrededor
cuando la poesía abre sus puertas
todo cambia y cambiamos con el cambio
todos traemos desde nuestra infancia
uno o dos versos que son como un lema
y los guardamos en nuestra memoria
como una reserva que nos hace bien
cuando la poesía abre sus puertas
es como si cambiáramos de mundo.
Poema inédito de la obra en marcha de título provisional: Biografía para encontrarme
© Editorial Visor
El quechua es un idioma oculto en Lima
El quechua está escondido en Lima. No se le ve, no se le nota, no se le encuentra. Pero existe y está en todo lugar. Nuestra cuatricentenaria capital –colonial, republicana, cosmopolita, pero también migrante– es la urbe con más cantidad de quechuahablantes que cualquier otra ciudad, región o país en el mundo. Los dos últimos censos han arrojado cifras similares sobre el tema: más de medio millón de personas con las cuales caminamos por las mismas calles hablan esta lengua. La Lima del siglo XXI, colorida, abigarrada, caótica y discriminadora, es también multilingüe. Se habla español en la capital, pero también quechua, aymara y una que otra lengua menos conocida. “El quechua es la lengua mayoritaria de las lenguas minoritarias. En Lima, contra lo que se piensa por prejuicio, está en todos los estratos sociales. No solo en las zonas periféricas o pobres”, precisa Cecilia Rivera, antropóloga de la Universidad Católica que ha realizado estudios sobre el tema.