lunes, 27 de diciembre de 2010

Miguel Ruiz Effio y sus lecturas preferidas en 2010

Miguel Ruiz Effio cuenta con una decena de reconocimientos en concursos literarios del país. Finalista en la XII Bienal de Cuento “Premio Copé 2002”- Su primer libro, La habitación del suicida, obtuvo una mención honrosa en el V Concurso Nacional de Cuento 2004 de la Asociación Peruano-Japonesa. Relatos suyos han sido incluidos en las compilaciones Maldito amor mío. Cuentos y relatos de amor, así como en otras colecciones. Por ejemplo, “Guitarra de palisandro” y los cuentos ganadores y finalistas del “Premio Copé 2002” (Ediciones Copé, Lima, 2005), Disidentes: Muestra de la nueva narrativa peruana (Revuelta editores, 2007), Nacimos para perder. Simplemente cuentos (Editorial Casatomada, 2007). Recientemente, ha sido ganador del Primer Concurso Municipal de Narrativa Ten en Cuento a La Victoria.
Para 2011 piensa lanzar dos libros, ambos de cuentos. Un proyecto en el que trabaja desde hace varios años, Y si el olvido un día nos, que cierra el ciclo inaugurado con anterior libro, La habitación del suicida. Y unos meses después debería aparecer el libro premiado en el último Concurso de cuento de la APJ, tentativamente llamado Un nombre distinto.

Transcribo la amable nota que me envía Miguel sobre sus lecturas preferidas en 2010 y le expreso mis mejores deseos para sus proyectos:

Debido a que solo puedo aprovechar el tiempo libre que me deja el trabajo formal, leo desordenadamente. Este año, en su mayoría, he leído libros de cuentos. Con el riesgo de ser injusto y olvidar alguna, enumero las mejores lecturas.
1. El guardián entre el centeno y Nueve cuentos, de Salinger. La novela es muy buena, pero me gustaron más los cuentos. Su estilo preciso y sin ornamentos se acomoda y luce mejor en los temas de los cuentos, que buscan, sobre todo, mostrar detalles de sus personajes. Contradice todos los manuales: no evita los momentos muertos y conserva el ripio y aún así, milagrosamente, los cuentos funcionan. Sus trabajos están en la línea del llamado cuento epifánico, sin serlos del todo.
2. La palabra del mudo. He leído por primera vez algunos cuentos y releído otros, desordenadamente (insisto), y Ribeyro me sigue pareciendo un autor genial.
3. Relatos I, de John Cheever. Sus cuentos son ejemplos perfectos de una escritura directa, precisa y profunda. Un juglar de los suburbios.
4. La visita al maestro y Zuckerman desencadenado, de Philip Roth. La segunda es una fina ironía de las ventajas y desventajas de la fama. Muy probablemente este notable narrador reciba el Nobel en el futuro.
5. La guerra del fin del mundo, a inicios del año, y motivado por el premio a Vargas Llosa, releí Los cachorros. Después de Coetzee, no ha habido en los últimos años un Nobel tan justo como el otorgado a Vargas Llosa.

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