LA JAURÍA
viernes, 31 de octubre de 2008
CUENTO DE RAÚL TOLA
martes, 28 de octubre de 2008
ARTURO PÉREZ-REVERTE Y SU AVERSIÓN CONTRA LA POLÍTICA
lunes, 27 de octubre de 2008
APUNTES SOBRE LA PELICULA "CEGUERA"
domingo, 26 de octubre de 2008
Sigo escribiendo sobre el Perú
Se ha hablado mucho de ti como el escritor peruano joven más interesado en el tema político. ¿De dónde viene ese interés en tu narrativa?
Eso ocurre porque cuando empecé mi primera novela, "Los años inútiles," venía de la época terrible del primer gobierno de Alan García y era imposible escapar de ello. Era una época sumamente politizada. En España escribí desde esa sensación. Y esta novela llevó a la otra y mi interés en hacer una trilogía. El interés contemporáneo más lejano resultó ser el gobierno de Velasco. Pero la novela que vengo escribiendo ahora ya no es tan política.
¿Tienes todavía el interés de hacer una novela sobre Montesinos, tal como declaraste hace unos años?
Lo que yo planteé más bien fue que me interesó incorporar a Montesinos como un personaje de mi novela "Un millón de soles", porque él fue asesor del general Montagne y eso me pareció muy interesante. En todo caso, la historia de Montesinos es muy difícil de novelar porque, como tantas cosas reales en el Perú, resulta difícil de creer. Pero por ahora no me provoca. No tengo un convencimiento emocional.
¿Tus temas no son una especie de ajuste de cuentas con el Perú frente a tu exilio voluntario?
Creo que sí. Una novela se parece más a una psicoterapia y desde ese punto de vista es un ajuste de cuentas. Siempre estás preguntándote por tu relación con el país. Yo vivo veinte años en España y, no obstante, sigo escribiendo sobre el Perú, pero no soy un fervoroso nacionalista. El Perú es una cosa a la que renunciamos cada quince minutos, pero en esa renuncia hay una esencia de la que no podemos escapar.
¿A qué escritores peruanos te sientes próximo?
A mis amigos: Fernando Iwasaki, Iván Thays, Fernando Ampuero, Alonso Cueto, Gustavo Rodríguez, por una cuestión de inmediatez, los tengo más cerca. A otros estupendos escritores recién los estoy conociendo como Nieto Degregori. Pero la vinculación solo es una cosa de azar. No necesariamente quiero decir que sean los mejores. Mi vínculo es la amistad. No obstante, al congreso que organizamos en Madrid invité a andinos y a criollos, y a los que quieren pasar como de ambos grupos.
¿En España los ven a ti y a Iwasaki, por ejemplo, como una comunidad especial?
Sí. Iwasaki dice que por mucho que vivamos allá vamos a ser siempre escritores hispanoamericanos, pero cuando llegamos al Perú somos los peruanos de fuera, no participamos de nada. Flotamos en una especie de limbo. Ahora, como en España hay un interés muy grande por la nueva escritura latinoamericana, echan mano a los escritores que tienen más cerca, y nos invitan mucho, a Santiago Roncagliolo, Iwasaki o a mí. Eso no nos hace necesariamente mejores, sino que les sale más barato invitarnos. Ahora, Fernando y Santiago me parecen dos estupendos escritores. Como son reconocidos allá Cueto y Bayly, al que he notado que aquí le mezquinan mucho.
¿A ti te gusta Bayly?
Unas cosas sí y otras no. Es un tipo que ha escrito diez novelas, mucho más que un camión de otros escritores, y yo sé lo difícil que es eso, requiere de mucho tiempo. He leído "Los últimos días de La Prensa", "La noche es virgen" o esta última, "El canalla sentimental", que me parece destacable hasta donde he llegado a leer. Creo que le mezquinan su situación de escritor por su faceta en el espectáculo y la televisión.
¿Los círculos literarios españoles admiten a los escritores peruanos con facilidad?
Estamos plenamente integrados. En España hay una actitud muy positiva. Cuando llegamos como que hay una mirada de respeto, muy sutil, pero de ninguna manera nos miran por sobre el hombro. Yo participo activamente de la vida cultural española y lo mismo le ocurre a Fernando. Bueno, también hemos ganado el derecho a piso.
¿También estás sometido a las influencias que sienten los escritores españoles?
Nunca me lo había planteado así. Pero uno es su evolución, sus lecturas y yo con veinte años en España aún no he escrito nada de allí. Mi última novela transcurre en muchas ciudades: arranca en Damasco y termina en el Cusco, es quizá la primera novela europea que escribo, aunque con personajes peruanos, porque me resulta muy difícil inventar un personaje no peruano, imitando un acento que ni siquiera se me ha pegado oralmente. Pero no sé qué ocurrirá en el futuro. Me siento peruano y español, tengo mi novia y mis amigos allá, me han abierto las puertas y tengo la nacionalidad española. Pero eso no me quita un ápice de peruanidad.
¿Has tenido la tentación de regresar al Perú?
Por el momento no. Me gusta mucho venir de vacaciones a ver a los amigos, pero Lima es una ciudad incómoda para mí, porque es muy grande y mal comunicada. Yo vivo en Madrid por la Plaza Mayor y a todo voy caminando. No he cogido un auto desde que salí de Tenerife y creo que ya no podría conducir. Aquí peor, sería la locura; me abruman mucho las distancias. Además allá tengo mi biblioteca cerca, mis cafés, muchas cosas.
Entrevista por Enrique Sánchez Hernani aparecida en El Dominical este domingo.
viernes, 24 de octubre de 2008
LARGA VIDA A LA MÚSICA CRIOLLA
Como a las seis de la mañana de este lunes, el repique de una guitarra y luego la voz cascada del Zambo Cavero irrumpieron en mi semana para cambiarle el ritmo y el tono a mis tranquilos amaneceres. Mi vecino, un respetable señor de muchas canas, de quien no se puede mal hablar, porque ha sido un solitario caballero de excelentes modales desde su llegada, inició lo que el ha llamado las jornadas previas a la celebración del criollismo. ¡Pero a las seis de la mañana! ¡Qué bárbaro!
Sin embargo, por lo menos yo no tengo corazón para oponerme a su inusual euforia. Hay algo que ilumina esos ojos cansados, como un pequeño brillo que revive tiempos “como los de antes” cuando la música y, en general, la cultura criolla presagiaba una larga vida que finalmente se truncó. Eran los tiempos - lo escucho - en los que una serenata con guitarra y cajón eran comunes junto a la ventana de la mujer amada. Caray. Qué bonito. Eran otros tiempos. Yo también me acuerdo un poco de aquello, porque perdí el corazón una tarde de aquellas cuando el amor nos llama. Eso le cuento a don Ramiro, que así se llama, aunque tranquilamente podría llamarse Oscar Avilés por el mostachito y el cabello peinado hacia atrás todavía con gomina. Para qué le conté que hubo una mala sombra en mi vida y que lejano estoy de un gran amor aunque de la lejos aun la estoy queriendo. Para el martes por la tarde, me esperó con tremenda colección valses como para cortarse las venas, y yo, por supuesto, puse las copitas de pisco acholado.
Claro que no a todos les ha caído bien aquello de la jornada criolla con casi quince días de anticipación. Porque una cosa es una canción de cuando en cuando y otra atosigar la semana con tanto valsecito. Pero don Ramiro es de la vieja guardia y sabe cómo manejarse con la gente. Ni hablar, para el miércoles Los Morochucos nos pusieron en nota a todos porque eso de llora guitarra porque eres mi voz de dolor sí que afecta. El jueves quise convertirme en el discípulo amado de don Ramiro y traté de despertar el espíritu criollo entre mis amigos de otros lados. Pude poco. Un almuerzo criollo. Un par de piscos y, luego: ya no jodas más con la cantaleta de la canción criolla porque ese género hace tiempo está fuera de cuenta. Pero claro que no – dije yo, que ni bailar vals sé, pero aprovechando que el Zambo Cavero se manda con y se llama Perú -: la música criolla es un componente imprescindible de la cultura peruana. Pero ellos, nada: el vals se ha quedado entrampado en la nostalgia de un tiempo que no llegó a existir por completo, compadrito, así que cambia de disco.
No importa, cada quien sabe cómo toca su guitarra. En lo que respecta a mí. También me he aprovisionado de muchos compactos valsísticos en el auto. Y si alguien me cae por casa será recibido de entrada con algo de Chabuca Granda, y toda la conversación tendrá como fondo los valses, ese género que sobrevive principalmente por la nostalgia de criollos y acriollados. Esas canciones de letras algo ahuevadas, pero que se han quedado prendidas en el tiempo.
lunes, 20 de octubre de 2008
CUENTO DE EDUARDO GONZÁLES VIAÑA
Puedes creer que mi nombre es un nombre lánguido y pálido, y puede ser el nombre de un sueño, y como dices parece el nombre de una mujer que nunca hubiera salido a la calle. Y es exactamente como te lo imaginas. Soy rubia y delgada, y mis piernas son largas y lánguidas, y el color de mi cuerpo se parece al color de mi vida. Y el color de mi vida se parece al color de esta habitación de donde nunca he salido, y por eso mi carne tan sólo ha sido calentada por la luz de la luna, y cuando la luna entra en mi cuarto, me desnudo y le muestro todos mis rincones, y me acuesto y me miro y me toco y me huelo y me enrosco y, me abro hasta el infinito, hasta que la humedad forma caminos en mis piernas, hasta que todo mi cuerpo es un desierto silencioso y hambriento, hasta que mi silencio se convierte en un gemido, y mis piernas largas, mis muslos dolorosos, mi cadera redonda, mi cintura estrecha, mis senos duros, mis labios abiertos y mis ojos iluminados: toda yo soy un cuerpo solitario, una playa olorosa, una cueva profunda, una herida que palpita, un pensamiento enfermizo y una voz como un aullido que repite tu nombre hasta que le sobra el amor y, le falta la vida.
Si quieres, dame tu nombre. Dame un nombre cualquiera, y te comenzaré a llamar y a reclamar en esta celda donde tan sólo hay una cama caliente y una mujer solitaria. Dime cómo te llamas o cómo quieres que te llame, y te traeré a mis sábanas y a mis sueños. Y mencionaré tu nombre muchas veces cuando rezo desnuda, de rodillas sobre la almohada. Y te rezaré y te traeré a mi vida. Y podrás olerme, y podré tocarte. Y primero nos miraremos con una mirada fría como el frío que, en este instante, eriza mis vellos y mi carne. Y primero estaremos a un metro de distancia. Y primero nos miraremos como dos animales bellos. Y primero nos desearemos como dos caníbales. Y primero se mojarán nuestras lenguas y nuestros labios. Y primero estaremos llorando de hambre. Y primero nuestros ojos brillarán como brilla el infierno. Y nunca habrá después porque cuando nuestros cuerpos se encuentren será siempre primero antes de después.
Ese nombre que me das ya lo conozco...
Alonso Cueto en Internet
domingo, 19 de octubre de 2008
DIOSES
Así como con la película sobre el libro de Saramago, les daré mi opinión acerca de estas cintas apenas las vea.
Blindness
Les dejo un enlace para se empapen de los pormenores de Blindness. Un sugerencia obvia: primero leer el excelente libro de Saramago.
viernes, 17 de octubre de 2008
'La hermandad de la buena suerte' (Savater - Premio Planeta 2008)
-¿Qué es 'La hermandad de la buena suerte'?
-Es una novela de ficción, sin pretensiones realistas o históricas. Transcurre en el mundo del turf: se aproxima la carrera de caballos más importante del año; hay dos magnates que se odian y quieren dirimir sus diferencias humillando al adversario por medio de la carrera. Uno de ellos tiene un gran caballo, pero muy especial y difícil de montar. Y el único jinete que podría montarlo ha desaparecido. Hay cuatro personajes aventureros que tienen el encargo de encontrarle antes de la carrera. La novela está contada con varias voces y cada capítulo tiene entidad propia, su propio narrador. Es una novela de aventuras con un poquito de metafísica: qué es la buena suerte, hasta qué punto se puede perseguir...
-¿Qué dificultad tiene escribir una novela para alguien que habitualmente no produce ficción?
-Como autor de artículos, me gusta comprimir y resumir. En cambio, el 90% de una novela es puro relleno; todo se dilata y tarda en llegar. Como lector me gusta, pero como escritor me aburre. Es un reto que ese relleno no se convierta en frases vacías. Esta es una novela desgrasada, 'low fat', que no engorda.
-Me horrorizan las novelas largas. Una novela de 800 páginas en España sólo se la tolero a Javier Marías y pocos más. Pero en fin, la mía tampoco es un cuento; desgrasar no es lo mismo que deshojar... La grasa se quita de dentro.
-En el libro aparece una de sus pasiones, el mundo de la hípica. ¿Están también sus otras obsesiones: la política, la filosofía, el nacionalismo...?
-Quiero tranquilizar al lector. Mis lectores habituales están resignados a aguantar mis sermones sobre política, filosofía... En este libro me he tomado unas vacaciones de mí mismo. Aquí no hay teorías. Marcel Proust decía que una novela con teorías es como un regalo con el precio puesto; las teorías en una novela deben ir por dentro, sin que se note. He escrito sobre lo que me gusta y me divierte. Como Borges, soy un lector hedónico y también un escritor hedónico.
-Bueno, yo soy hedónico en el terreno literario, porque es lo que escribo sin necesidad. Mis artículos, mis libros de ensayo, son parte de mi vocación pedagógica, educativa, que es a la que he dedicado mi vida, y eso lo escribo con un sentido de la responsabilidad. En la literatura soy yo el dueño y el pacto con el lector es: 'Yo me voy a divertir y procuraré divertirte a ti'. Nada más. Eso es lo que he hecho. A veces hablan de la vida desgraciada de Edgar Allan Poe, pero yo creo que se lo pasó estupendamente escribiendo 'La verdad sobre el caso del señor Valdemar' o 'La narración de Arthur Gordon Pym'. En la vida hay muchas desgracias, pero poder escribir un relato o una aventura, algo que a uno le guste, es un privilegio y una suerte.
-Primero ganó el Planeta Álvaro Pombo, candidato de UPD; ahora, usted, promotor del mismo partido. ¿Cree que la diputada Rosa Díez debería presentarse al premio?
-¿También lo ha ganado Mario Vargas Llosa! Habría que preguntarle a Rosa si piensa escribir una novela...
-Bueno, muy detectivesca no es. No es un thriller, es más bien una novela de aventuras. Hay acción al uso, pero también hay una acción interior. Por ejemplo, uno de los personajes va contando todo lo que le ocurre al fantasma de su mujer. Otro relata un sueño que ha tenido...
-Alguna vez ha dicho, citando a Picasso, que su ambición es ser rico para vivir como un pobre. ¿Los 600.100 euros del premio ayudan?
-El verdadero lujo de nuestra época es no pensar en el dinero. Hay dos tipos sociales que viven obsesionados por el dinero: los que tienen mucho, porque tienen que aumentarlo y asegurarlo y cuidarlo como un rebaño para que no se escape; y los que no tienen nada, porque lo necesitan para comer. A mí me gustaría tener esa cantidad de dinero que le permite a uno dejar de pensar absolutamente en el dinero. Yo soy un jubilado ya y necesito completar la pensión...
Fuente: http://www.ideal.es/granada/20081017/cultura/fernando-savater-premio-planeta-20081017.html
CUENTO DE GUSTAVO RODRÍGUEZ
La última vez que viajé a Trujillo en un ómnibus de estos tenía tu edad. Nada ha cambiado. Siguen siendo nueve horas mirando en esta pantalla la misma película, la arena como protagonista omnipresente y alguno que otro matorral marrón que entra en escena para desaparecer como un extra cualquiera. En vez de acomodadores tenemos a toda esta gente que sube ofreciendo pacaes, pacaes, ahí tiene los ricos pacaes.Lo único bueno es que si vas al baño, al fondo, no te pierdes nada. Todo sigue igual. Hasta los baches por los que estamos pasando ahora. Maldito aeropuerto. Felizmente aquí no proyectan el famoso cartelito de la disposición municipal con el cigarro tachado.¿Te molesta si fumo? Qué bien. Espero que tampoco te moleste mi conversación. En todo caso, si te aburre, será mejor para ti. Te puedes quedar dormido mientras mis palabras te entran por un oído y te salen por el otro. Por si acaso, si te llego al pincho, no te molestes en contestarme. Yo te comprendo. Yo tuve tu edad hace no mucho y los tíos habladores eran un suplicio para mí. Hasta eso sigue igual.Ya sé en qué estás pensando. Si le molesta viajar por tierra, porqué no tomó el avión, huevón. Ah, sonríes. Yo hubiera pensado lo mismo. Ha sido esa maldita huelga de aeropuertos. Justo hoy, que tengo que llegar a Trujillo a como dé lugar. Tengo que despedir a un amigo que se está yendo. ¿A dónde? Es una buena pregunta. Nando, carajo. A Nando lo he salvado de muchas, pero de ésta ya no lo va a sacar nadie. La primera vez que lo salvé, era menor que tú. Un pata que estudiaba en nuestro colegio, un ídolo por su forma de trompear, se lo estaba llevando para estropearlo. Ese cojudo era un caso para ser estudiado. En los recreos agarraba a la gente del cuello y la atenazaba bajo el brazo preguntándole quién es tu papá, di, quién es tu papá. Y si no le contestabas mi papá es el Loco Cienfuegos, te sacaba la mierda.Se llamaba Agustín. Pero todos lo conocían por esta chapa: El Loco Cienfuegos. Pero antes de que agarrara de punto a Nando, ya me había echado el ojo a mí.Para que entiendas bien lo que te voy a contar, déjame explicarte mejor cómo era el Loco. Por esa época yo tenía catorce años y estaba en tercero de secundaria. El tenía dieciocho o diecinueve, y estaba en quinto. Lo recuerdo enorme, con el pelo siempre corto, y con un ropero en vez de cuerpo, sin duda por la disciplina del Ramón Castilla. Sí, ese mismo, el colegio militar...
miércoles, 15 de octubre de 2008
CUANDO ESCRIBIR ES UN PELIGRO
martes, 14 de octubre de 2008
QUE NO REGRESEN LOS AÑOS DE TERROR
sábado, 11 de octubre de 2008
CUENTO DE CARLOS DÁVALOS
—¿Aló? —contestó.
—Aló. ¿Carolina? —se escuchó una voz de mujer.
—Sí, ella habla.
—Hola, habla Gina, la amiga de Sandra... Nos conocimos antes de anoche, en su reunión. ¿Te acuerdas?
Carolina pensó. Hizo memoria y se acordó. Sandra las había presentado en su cumpleaños y habían pasado gran parte de la noche conversando, bebiendo juntas.
—¡Ah!, hola, Gina —dijo Carolina al fin—. Ya me acordé ¿cómo estás?
—Ahí bien. ¿Qué haces?
—Nada, viendo tele.
—Oye, que tal si vamos a la playa.
—Bien. Bacán.
—Entonces, te paso a buscar en veinte minutos. ¿Te parece?
—Okey. Pero, ¿tienes mi dirección?
—Sí. Sandra me la dio.
—¿Ella va?
—No. Dice que tiene que estudiar, que mañana tiene examen.
Carolina colgó el teléfono. Por un instante dudó, se acordó. Gina y ella conversando, tomando, le había caído bien. Abrió el closet y buscó su ropa de baño. Se lo puso. Y encima ¿qué? Sacó un polo y un pareo. El polo largo hasta los muslos. Se lo amarró para que no cayera, el ombligo quedó al aire. Abajo, el pareo. Entró al baño y terminó de acicalarse. Listo. Regia.
Esperó diez minutos. La casa sola, no había nadie. Sonó un claxon. Se asomó. Era ella, la reconoció. Estaba en un Civic rojo. Subió al carro y la saludo. Dentro se sentía el olor a Hawaian Tropic. Gina puso primera y arrancó.
—¿Adónde vamos?
—Al sur. ¿Te parece?
—Sí, bacán. ¿A qué playa?
—Primero vamos a punta hermosa, comemos algo y de ahí nos vamos más al sur. Conozco una playa donde va poca gente —dijo Gina y subió el volumen de la radio.
Llegaron a Punta Hermosa y la playa llenecita: tablistas con pelo largo y quemados por el sol. Chicas lindas y bronceadas. En playa blanca sólo señores y gente bien. Al lado, playa negra, se notaba la diferencia. Más gente y de todos lados, mezclados. Se sentaron en un restaurante y pidieron cebiche, choritos y cerveza.
—Esta playa siempre para llena, acá sólo vengo a comer —dijo Gina.
—Yo no vengo mucho acá. Paro en Santa María.
Pidieron otra cerveza. Se tomaron cuatro grandes. Cuando terminaron de almorzar se dieron una vuelta por el malecón. Ambulantes en el suelo vendían chaquiras y esas cosas. Eran la una y el sol mataba.
—Vamos a meternos al agua —dijo Carolina sofocada por el calor.
—No, espera vamos a la playa que te digo, acá hay mucha gente.
Subieron al carro. Salieron por las estrechas calles de Punta Hermosa, a la carretera. Pusieron la radio a todo volumen. Ya en la carretera Gina pisó el aceleredor a fondo. Para el camino cervezas en lata, infaltables.
—Oye, Carolina, me caes bien— dijo Gina de repente. Estaba alegre. La cerveza había hecho efecto—. Eres de puta madre.
—Tú también...
Haga click aquí para seguir con el cuento en el blog Escritores Peruanos Contemporáneos
viernes, 10 de octubre de 2008
LOS 80 AÑOS DE CARLOS FUENTES
Volví a leer la novela apenas terminada la primera lectura, porque quise comprender, en caliente, las claves que hacían de ese libro una obra monumental. La muerte de Artemio Cruz, 1962, me proponía una visión panorámica de la historia del México contemporáneo desde la mirada del personaje principal. Un industrial y político que desde su agonía recordaba las etapas más importantes de su vida: sus inicios, sus amores, su estrategia para hacerse del poder, su manera de entender la revolución mexicana y, posteriormente, la manera como poco a poco fue perdiendo sus ideales a la par que el amor de la única mujer que de verdad lo amó. Mal hablado, audaz, corrupto, oportunista, Artemio Cruz representaba las paradojas de la historia del México de esos tiempos: su sistema político eternizado, las costumbres de la clase media y de la clase alta arraigadas en el poder. Fue una novela que me descolocó porque mientras más avanzaba la historia hacia la muerte de Artemio Cruz, los saltos temporales me llevaban al principio de todo: el nacimiento. He leído otras obras de Carlos Fuentes y considero que no todo lo que ha escrito ha sido estupendo, pero basta con tres o cuatro novelas suyas para entender que es un escritor que distingue la lengua castellana.
Ahora leo que Fuentes ha publicado una nueva novela que lleva por título "La voluntad y la fortuna" ". "Una novela que se anuncia como uno de sus mejores trabajos, el que todo el mundo querrá leer, el que enorgullece por su vigor, por su capacidad narrativa, la de retratar a un México sangriento en el que hay pugnas por el poder político y económico", explicó la directora editorial de Santillana, Marisol Schultz.
"La historia es la de dos amigos que de jóvenes se encuentran y entablan esa complicidad que hay cuando uno es adolescente, está descubriendo el mundo, que te lo quieres comer y empiezas a entender lo que es la filosofía y a cuestionarte todo".
Autor de más de 60 libros, Fuentes, quien también ha sido diplomático, editor y profesor universitario, ha recibido importantes premios a lo largo de su carrera, como el Cervantes, en 1987, y el Príncipe de Asturias, en 1994.
Cuando se pueda, no está demás, un encuentro o reencuentro con algunas novelas de este importante escritor latinoamericano.
jueves, 9 de octubre de 2008
JEAN MARIE LE CLÉZIO - NOBEL DE LITERATURA 2008
El flamante ganador, nacido en 1940, se crió en el seno de dos idiomas (el inglés paterno y el francés materno). Finalmente, eligió el francés para expresar por escrito su inconformidad con asuntos sociales como la colonización de la isla Mauricio por los ingleses.
"Escribir, dice en otra parte, consiste en encontrar una base de vida en la sociedad occidental "huérfana de sus mitos" y considera que la ficción coherente es la mejor manera de conseguirlo. Su denuncia de la confusión, de la angustia y del temor de la gran ciudad occidental, presente en sus primeros escritos, dieron paso poco a poco a una escritura más centrada en la experiencia íntima de sus personajes, como la historia de un chico que va en busca de su padre por África, la historia de los emigrantes judíos, las aventuras de su abuelo materno o su propia infancia, como en una de sus novelas más trascendentes: “El africano”.
Por otro lado, el desdén contra el ganador arrancó muy temprano y el escritor y crítico Camilo Marks, desde Chile, considera al ganador como “una lata”, “como todos los escritores franceses del noveau roman y de esa época". Sostuvo que, tras leer libros como "El diluvio" y "El éxtasis material", ve "poco argumento" y "una visión de personas desarraigadas que están alienadas en una sociedad mecanizada o muy urbana y consumista, entonces se refugia en la textura de lo místico". "Se fija en la tipografía, cambia las letras, el tamaño, incluso la textura de las páginas es distinta, por ahí va la cosa".
Bueno, Camilo Marks ya no nos sorprende. Lo recordamos mucho por su ojeriza gratuita contra el escritor Daniel Alarcón. Aquí una perla más de los exabruptos de Marks. Consultado por los escasos lectores del francés en Chile, retrucó que "en ese país no es conocido nadie porque en Chile no se lee; aquí el libro no está en vías de extinción, sino que se extinguió, se acabó".
Y con respecto al premio Nobel en sí, agrega: "Es un premio que no tiene ninguna importancia, siempre es noticia, como el Oscar; pero si tú revisas los 110 Nobel, te das cuenta que hay 80 escritores, como (el polaco Henryk) Sienkiewicz, (el sueco Eyvind) Johnson, (el italiano Grazia) Deledda", que no merecían el premio".
miércoles, 8 de octubre de 2008
CUENTO DE RICARDO SUMALAVIA
lunes, 6 de octubre de 2008
¿QUIÉN GANARÁ EL NOBEL DE LITERATURA 2008?
Por lo pronto la espera desespera y, para los apasionados por la literatura, el Premio Nobel - con todo lo discutible que puede ser - aún atrae nuestra atención. Por ejemplo, Ivan Thays, desde sus Notas Moleskine, invita a una encuesta brevísima para votar por el posible ganador. Es muy sencilla porque solo hay tres opciones: o lo gana un autor muy celebrado y conocido que está en la lista (Claudio Magris, por ejemplo); o lo gana un autor que siempre aparece en la lista pese a no ser tan traducido (Ko Un, por ejemplo); o lo gana un absoluto desconocido, un outsider, un descubrimiento, una sorpresa de esas que a los suecos les encanta (ahí no hay ejemplo).
domingo, 5 de octubre de 2008
ANOTACIONES DE UNA MARATÓN
jueves, 2 de octubre de 2008
CUENTO DE SANTIAGO RONCAGLIOLO
EL PASAJERO DE AL LADO
Fue sólo un susto.
El frenazo y el golpe. Los golpes. Estás un poco aturdido, pero puedes moverte. Abres la portezuela y te bajas sin mirar al taxista. No te duele nada. Eres un turista. Tu única obligación es pasarlo bien.
Para tu suerte, un autobús frena en la plaza. Te subes sin ver a dónde va. Caminas hacia al fondo. Aparte del mendigo que duerme, no hay nadie más ahí. Te sientas. Miras por la ventanilla. La ciudad y la mañana se extienden ante tus ojos. Respiras hondo. Te relajas.
En la primera parada, sube una chica. Tiene unos veinte años y es muy atractiva. Rubia. Todos aquí son rubios. Es la chica que siempre has querido que se siente a tu costado. Va vestida informalmente, con jeans ajustados y zapatillas. Su abrigo está cerrado, pero sugiere su rebosante camiseta blanca. Se sienta a tu lado. No puedes evitar mirarla.
Notas que te mira.
Al principio es imperceptible. Pero lo notas. Voltea a verte rápidamente con el rabillo del ojo, durante sólo un instante. Cuando le devuelves la mirada, vuelve a bajar los ojos. Se ruboriza. Trata de disimular una sonrisa. Finalmente, como venciendo la timidez, dice coqueta:
-¿Qué estás mirando? ¡No me mires!
Vuelve a apartar la vista de ti, pero ahora no puede dejar de sonreír. Hace un gesto, como cediendo a su impulso:
-¿Por qué me miras tanto? ¿Ah? Ya sé -Ahora se entristece-. Se me nota ¿No? ¿Se me nota? Pensaba que no -Sonríe pícara-. ¿Te la enseño? Si se me nota, ya no tengo que esconderla. ¿Quieres verla? -Se da aires de interesante, pone una mirada cómplice y habla en voz baja, como si transmitiese un secreto-. Está bien, mira.
Se abre el abrigo y deja ver una enorme herida de bala en su corazón. El resto del pecho está bañado en sangre.
Ríe pícaramente y se pone repentinamente seria para anunciar:
-¿Ves? Estoy muerta.
Haz click aquí para seguir con el relato en el blog Escritores Peruanos Contemporáneos
miércoles, 1 de octubre de 2008
DIA DEL PERIODISMO
Ser periodista en el Perú significa las puertas abiertas al despido arbitrario, la ley de la Mordaza en las redacciones y el avasallamiento de los sindicatos que destrozaron con la amenaza del “despido arbitrario”.
Pero también ser periodista en el Perú , es enfrentarse a los mercantilistas de la comunicación y los gobiernos de turno, con denuncias que han mandado a su casa a más de un político corrupto.
Ser periodista en el Perú significa la tarea diaria y tesonera de los combativos reporteros en radioemisoras de provincias que se enfrentan a los caciques locales, aunque muchos colegas hayan perecido por las manos asesinas financiadas en las arcas de alcaldes que deberán pagar sus culpas, aunque la mano de la Justicia tarde más de lo debido.
En todas partes se cuecen habas. Ser periodista en el Perú es seguir el camino de reporteros que se enfrentaron a los verdugos de la guerra sucia, como Jaime Ayala, ante el comandante AP, Allvaro Artaza , “Camión”, prófugo por obra y gracia de un mal entendido espíritu de cuerpo”, o los Mártires de Uchuraccay, despedazados en una masacre nunca esclarecida.
Ser periodista en el Perú es mantener en alto nuestras banderas de lucha aunque los horizontes se tornen sombríos.
Ser periodista en el Perú es saber que existe un largo camino para la verdadera libertad de prensa, sin mordazas ni patrones que utilizan los medios de comunicación para sus intereses políticos o económicos.
Ser periodista en el Perú es dar la batalla desde nuestros gremios, sin banderas oportunistas ni ambigüedades, dando la batalla con la Asociación Nacional de Periodistas del Perú,.ANP, la Federación de Periodistas y el Colegio Nacional de Periodistas.